Caminando por el centro de Xalapa
Caminando por el centro de Xalapa
Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez
Hacían ya varios meses que no bajábamos
al centro de Xalapa, debido a la pandemia y al mejor quédate en casa, pero este
miércoles anduvimos por las calles del primer cuadro de la ciudad y encontramos
muchas novedades, que nos alegraron en su mayoría, aunque también hay cosas
tristes.
Encontramos que en el parque Juárez,
hay una exposición y venta de libros con grandes ofertas que hay que
aprovechar, nada más a la pasada vimos que hay hasta de tres ejemplares por
cien pesos. Esas si son ofertonas.
Ahí mismo, te pueden hacer una
caricatura por cincuenta pesitos.
Caminando por el Parque Juárez, nos
topamos con el armastrote, que según el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero es
un Kiosco, que no tiene ni pies ni cabeza, al parecer solo es una obra más,
para justificar gastos del presupuesto en obras inútiles, pero costosas.
En otro de los pasillos vimos una placa
sobre un arriate, para “informar” sobre alguna planta o árbol.
Bajando las escalinatas, vimos que hay
una exposición en la Galería de Arte Contemporáneo, del maestro caricaturista
Helio Flores, sin lugar a dudas el mejor artista de ese género y que para
orgullo de los veracruzanos y xalapeños, es paisano.
Aprovechando el viaje, fuimos a saludar
a nuestro querido amigo Rafael de la Huerta en su notaría en la calle de Úrsulo
Galván.
Nos topamos con dos marimbas que iban a
ocupar sus lugares estratégicos en la calle de Enríquez y en la puerta de
BANAMEX, para alegrar a los transeúntes.
En el mismo Parque Juárez, estaban dos
jóvenes músicos, armando tremendo escándalo con piezas de rock pesado, pero
como estaba el acto de entrega de premios a los científicos veracruzanos en el
patio central de palacio, les fueron a pedir -amablemente- que aguantaran hasta
las 3 de la tarde para seguir tocando.
Un joven, seguramente estudiante de la
facultad de música, se acercó y les dijo:
-Hola brother, ¿ustedes no son de aquí?
-No hermano somos de El Alto, pero
venimos acá en busca de unos dineritos-
¿Nosotros estamos armando un grupo de
rock, buscamos precisamente a un guitarrista y un bajista?
-Gracias, pero nosotros ya somos un
grupo de cinco, lo que pasa es que los otros no vinieron. –
Lástima brother, suerte.
Frente a la fuente, un niñito de apenas
tres años, correteaba a las palomas, mientras su mamá le gritaba: ¡Agárrala! ¡Agárrala!
Hasta casi nos topamos con el rector de
la Universidad Veracruzana, que iba acompañado de su coordinadora de
Comunicación Social, saliendo de palacio de gobierno.
Por los bajos de palacio de gobierno,
pasamos viendo las fotos de los y las desaparecidas, que fueron colocadas en
una exposición, de los rostros de los jóvenes y jovencitas, que son buscadas
incansablemente desde hace más de diez años, sin que a la fecha hayan podido al
menos localizarlos.
¡No podemos imaginarnos el dolor de
esas madres y padres, que no saben en donde están o quedaron sus familiares!
Alcanzamos a oír a una madre que entre
sollozos decía: La Fiscalía de Justifica, no hacen nada, ni los buscan, ni
mucho menos los encuentran. Hace tres meses que inauguraron un laboratorio forense
en Huatusco, pero igual que el presidente López Obrador no les interesa nada.
Hay cuerpos, pero no dan resultados de ADN para identificarlos, al menos.
Enfrente, en la Plaza Lerdo, la de las
manifestaciones, ahora estaban dos jóvenes disfrazados de el hombre araña y
otro héroe de película que daban machincuepas y se tomaban fotos con los niños.
También andaba por ahí enfrente del
letrero VERACRUZ ME LLENA DE ORGULLO, un Grinch Verde, como parte del espíritu
navideño.
Unos pasos más adelante, sobre la calle
de Enríquez, nos encontramos con una nueva donería -¿así se llamará a donde
hacen donas? Que la puritita verdad, se veían muy buenas, porque ahí mismo
estaban amasando la masa y en la vitrina se veían muy ricas y coloridas. Pero,
aunque usted no lo crea, me aguante las ganas de probarlas, pero no puedo
prometerlo para la próxima vez que pase por ahí.
Como era día de quincena, ya les cayó
el billetito a los Adultos Mayores del programa de Bienestar, la fila salía del
Pasaje Tanos y llegaba hasta el callejón de El Diamante, y los viejitos y
viejitas tenían que estar soportando el sol, para poder pasar al único cajero
del Banco de Bienestar.
No estaría de más, que le pusieran al
menos otro cajero para que pudieran retirar, porque hasta las cinco de la tarde,
seguía la enorme fila.
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