CARDIOLOGÍA DEPORTIVA EN EL ALTO RENDIMIENTO

Por José Luis Enríquez Ambell

La práctica deportiva en un alto rendimiento viene aumentando el número de fallecimientos de jugadores y atletas.

El desorden entre los juegos y las prácticas de entrenamiento en los calendarios de jugadores de fútbol profesional – sobre todo – están alterandose por las empresas televisoras y dueños de equipos u organizaciones propietarias del balompié.

En el fútbol soccer son cada vez más los futbolistas que mueren casi de manera súbita, incluso en los campos deportivos, pero también fuera del terreno de juego.

Y es que a diferencia – ejemplo – del fútbol americano, el béisbol en grandes ligas y fútbol soccer en paises como Estados Unidos, hay temporada de juegos,- más menos de seis meses,- y otra temporada de descanso ante las exigencias del alto rendimiento, pues hoy casi todos los deportes son de un mayor esfuerzo físico atlético, y requieren descansos prolongados y esto parece que no lo están cuidando.

Hay equipos que juegan con una alta frecuencia por compromisos comerciales con patrocinadores y anunciantes, y esto se traduce en menor recuperación de las energías propias y necesarias de los deportistas.

Hace unos días en pleno juego de la Copa Libertadores de América entre los equipos de fútbol el Nacional de Uruguay y el Sao Paulo de Brasil, el número 3 y defensa charrúa Juan Manuel Izquierdo se desmayó, y tuvo que ser internado en el área de terapia intensiva, pero falleció días después por “muerte encefálica tras una parada cardiorrespiratoria” asociada a una arritmia, según se sabe.

Lo anterior demanda que los especialistas en cardiología, se deberían de sumar a los staff médicos y medicina deportiva, traumatólogos y ortopedistas, nutriólogos, kinesiólogos entre algunas otras especialidades de la salud y medicina, pero desde los clubes y estadios de fútbol, y pienso que de igual manera todos los dueños de la industria del fútbol y deportes de masas, habrán de ir pensando en «el ser humano y los deportistas» así como sus familias y claro es, sin dejar de obtener las millonarias ganancias, pero ordenadamente y «sin tener que descuidar a la materia prima» en el negocio, y que resultan ser los jugadores.

Recientes estudios publicados por la Revista Española de Cardiología (REC), asegura que  la muerte súbita asociada al deporte ocurre en un 96% de los casos a deportistas recreativos. Y que la causa más frecuente (un 63%) es por la cardiopatía isquémica; es decir, infartos al miocardio o anginas de pecho, y afecta de forma notablemente más alta a hombres que a mujeres y, en concreto, tienen más riesgo de sufrirla aquellos que practican fútbol, menores de 35 años, y ciclismo y carrera a pie a partir de los 39 años.

Estos datos, apuntan a que el número anual por muerte súbita asociada a la práctica deportiva sería de unos 167 casos.

DE SOBREMESA

Los talentos en el deporte de alto rendimiento, están siendo expuestos por la imposición de una mayor fuerza y de contacto fisico, y que demanda energía así como, más días de juego y menos espacio y horas de descanso o sea, lo material y mercantil está superando a la salud y cobrando vidas.

UN CAFÉ LECHERO LIGHT

En el caso de México, empresas de televisión son las dueñas de los derechos de transmisión, pero incluso de la cantidad de juegos que deban cumplir los equipos, sin detenerse en qué horario, sobre qué nivel del mar, y otras condiciones. Y aquí, juega otro factor además de la salud; la seguridad dentro y fuera de los estadios y entornos deportivos, pero ésta es otra historia.

UN CAFÉ CON PIQUETE

Hay equipos profesionales en el fútbol mexicano – Liga MX – que no tienen medicos especialistas en medicina del deporte, mucho menos en focalizadas arterias o especialidades muy necesarias para los deportistas y futbolistas del alto rendimiento que son ahora sus jugadores. Y es que la salud física y mental son de un gran cuidado en los practicantes del deporte de las patadas, pero ademas, lo mismo sucede en otras latitudes como el béisbol, boxeo, atletismo, entre otros en nuestro país, ya ni que decir en menores niveles.

¡ES CUANTO!

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