CASETAS TELEFÓNICAS; CONTAMINACIÓN VISUAL
CASETAS TELEFÓNICAS; CONTAMINACIÓN VISUAL
Por José Luis Enríquez Ambell
En diversas localidades por las esquinas de
calles y avenidas del estado continúan colocadas e instaladas, y sin funcionar,
las casetas con teléfono para ese servicio privado prepagado; de tarjetas con
saldo o monedas.
La llamada contaminación visual les vale muy
poco a empresas y las autoridades de Desarrollo Urbano de los Ayuntamientos del
Estado, deberían proceder en contra de ellas, para retirar ellos esos equipos o
incluso, la autoridad hacerlo, y parece que el esfuerzo municipal muy poco ha
servido en ese sentido.
Además de la contaminación visual y el espacio
que ocupan en las banquetas solo estorban a la población transeúnte al tener la
necesidad de caminar para desarrollar sus actividades.
Aproximadamente, desde hace una década a la
fecha, y muy particularmente debido a la accesibilidad de la población a la
telefonía celular y otras vías de comunicación, las casetas telefónicas en la
vía pública, se han vuelto obsoletas.
El reglamento de desarrollo urbano municipal en
todos los ayuntamientos en el estado, establece que deben cumplir con permisos
y/o licencias para la colocación o permanencia de este tipo de mobiliario
urbano, lo cual difícilmente se ha de contar con ello.
Algunas administraciones en los Ayuntamientos
se sabe que han realizado acciones para el retiro de este tipo de casetas,
previo proceso administrativo, las empresas de telefonía son notificadas y se
les otorga un tiempo perentorio para que las retiren, al concluir el lapso y en
caso de no hacerlo, la autoridad municipal tiene la atribución de retirarlas, y
esto lo agradecerían los peatones, lo cual también favorecería a la imagen
urbana y otros factores de salud social.
La limpieza de estas casetas en las vías públicas incluyendo el centro
histórico de municipios y localidades con atractivos de turismo, negocios y
comercio, resultaría un gran logro de
los ayuntamientos y por supuesto, para la población y visitantes.
La atención y actualización de los mecanismos
en los servicios públicos de los ayuntamientos de Veracruz, requieren de la
participación ciudadana, pues temas de la ecología, el medio ambiente, la
limpieza visual y urbana no debe dejarse solo en las manos de las autoridades
municipales, pues «también aporta denunciar lo que no ayuda ni favorece, a
través de la comunidad».
Se sabe que las empresas han ido buscando que
ayuntamientos retiren esas casetas y se las entreguen sin mayor daño en sus
instalaciones. «Vaya desfachatez de los negocios de telefonía».
DE SOBREMESA
Me parece que las áreas de Desarrollo Urbano
Municipal en los Ayuntamientos, bien pueden articular acciones con otras
oficinas en su universo, que les permita poner en marcha campañas o programas
en forma permanente de «limpieza visual y auditiva», teniendo que
incluir además de empresas como de la telefonía, a otros negocios del sector
comercial.
Y es que transitar por ciertas zonas de
localidades, así como ciudades de Veracruz, no resulta extraño hacerlo
padeciendo la música a muy alto volumen, los electrodomésticos, las sirenas y
los autobuses entre otros de los
contaminantes sónicos que más destacan, sin omitir a basurales
improvisados, también las vallas publicitarias, toldos y kioscos, y sin omitir
las famosas casetas telefónicas en banquetas, y todo ello resultan
«contaminantes en lo visual y auditivo».
UN CAFÉ LECHERO LIGTH
Limpiar las zonas comerciales y urbanas en las
ciudades por «la contaminación visual y auditiva», y avisando
anticipadamente a establecimientos comerciales
permitidos en la reglamentación, ya sea; de Ecología, Desarrollo Urbano
u otra, desde la solicitud de permisos de funcionamiento o posteriormente, en
busca de regularizar esa situación, son acciones que abatiran ese tipo de
contaminaciones.
A veces, en las banquetas y los camellones,
colocan anuncios publicitarios, y aún más, hasta entre árboles, palmeras,
postes o puentes peatonales.
UN CAFÉ CON PILONCILLO
El perifoneo que se realiza en las colonias de
las localidades (con vehículos en movimiento por la venta de productos, compra
de chatarra, recolección no pública de la basura, entre otros), suelen no
respetar los decibeles que están permitidos, ni en horarios o el tipo de
vehículo autorizado para ese tipo de servicios, y está es otra forma de
contaminar.
¡ES CUANTO!
JOSÉ LUIS ENRÍQUEZ AMBELL
enriquezambell@gmail.com;
enamjl62@gmail.com