Cerrazones
Entre Columnas
Cerrazones
Por Martín Quitano Martínez
En el contexto actual de la
palabra única, de la verdad absoluta, se intenta imponer una discusión pública
dicotómica, acotada desde los recovecos del conmigo o contra mí. Una discusión
nacional que parece más un guión teatralizado, un enredo fársico construido
exprofeso para “acomodar la realidad” a conveniencia. El ambiente político
nacional en campaña permanente, en una disputa falaz que cotidianamente
refuerza las prioridades definidas en el imaginario gobernante.
Mientras el país sufre los
embates de diversas crisis que dolorosamente se padecen por millones, en
materia de justicia, inseguridad, pobreza, salud, medioambiente y muchos
renglones de la vida cotidiana, los que requieren para su atención de una
convocatoria a la suma, a la reflexión y la unidad en la pluralidad, desde el
poder gobernante se blande la retórica de la confrontación, del denuesto al
diferente, de verdaderas ocurrencias que implican acentuar la polarización.
Es que acaso gobernantes y
representantes políticos no se han percatado que la sociedad mexicana ha demostrado
fehacientemente, que valora su vida democrática, construida con esfuerzo
ciudadano, a tirones, dejando en claro que amplios y mayoritarios sectores
abonan a la pluralidad, a la paz y la libertad. Una sociedad que exige mejoras
a las instituciones, que se combata la corrupción y la arbitrariedad con pleno
apego a los marcos jurídicos, con políticas públicas que efectivamente
transformen el presente y nuestro futuro.
A estos reclamos: oídos
sordos. Enfrentar una visión armada desde la soberbia moral de sus incuestionables
preceptos. Una visión que pretende invisibilizar la realidad trágica de nuestro
país, que prefiere no mirar los mensajes y mandatos de una sociedad ávida de
cambios. Que se niega a la reflexión y la autocrítica, que cancela la opción de
equivocarse, que se asume infalible, que se cierra al reconocimiento de
opiniones o ideas distintas. A contramano, acampa tranquila la intolerancia,
mientras los ruidos impiden escucharse y abrir la oportunidad que merece el
establecimiento del diálogo.
La suma cero, el discurso
bicolor, la falta de humildad real, no la incuestionable estatura del ego, el
entender que revisar la historia significa mirar mucho más allá de la anécdota
ideologizada. Enmascarar la utilidad política, en la renta que se cobra desde
la tergiversación de los ensueños que esconden nuestros pendientes presentes,
las responsabilidades ausentes.
El debate necesario debe
obligar a realizar los trabajos que están muy lejanos de la cerrazón dominante,
que favorece la exclusión, la persecución o la denostación de todo aquello que
suene o parezca discordante de la exigida obediencia. Sobreponerse a la visión
que cierra oportunidades, para que en las diferencias, se logren condiciones que
brinden salida a nuestros males.
LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
A pesar de lo que se diga,
Veracruz sigue encabezando a nivel nacional el doloroso tema de los secuestros.
Twitter: @mquim1962
“Es más fácil dogmatizar que discutir, vencer que convencer.”
Conde de Romanones