Charly Valentino
[responsivevoice_button voice=»Spanish Latin American Female» buttontext=»Pulsa para escuchar la nota «]
Por Martín Quitano Martínez
twitter: @mquim1962
Esa mezcla combustible de ignorancia y poder tarde o temprano, va a terminar explotando en nuestras caras.
Carl Sagan
Algunos de los representantes del “pueblo bueno”, de los que promueven la cultura de paz, de los que dan la cara por la 4T, los “diferentes”, los “nunca más”, dando espectáculos lamentables, viralizados en redes para que todo el mundo sea testigo. Inexplicables los niveles de discusión pública establecidos por personajes que supuestamente encabezan y reivindican las trasformaciones que el país requiere, frente a posturas de intolerancia mayúscula, mezcla de racismo y visiones excluyentes, lejos de cualquier visión medianamente progresista o democrática, a la que le daría pavor siquiera poder imaginar y mucho menos decir.
Me refiero puntualmente a la posición del diputado de MORENA por Tabasco, Charly Valentino León Flores Vera respecto de su “respetuosa” sugerencia al presidente López obrador para que la osamenta o los restos que queden de Hernán Cortés sean sacados del país ya que “solo da pena y vergüenza a nuestro país” y “sugeriría que saque esa porquería, ese puto foco de infección que solo mal nos pone”.
La fina expresión del diputado en cuestión, el alcance de su disertación histórica y la “trascendental” y “respetuosa” propuesta que realiza, deja en claro la advertencia de que regularmente la ignorancia es atrevida, su palabrería ofensiva, desbordada en menosprecios que sin duda muestran a una persona intolerante que, espero, no sea un referente de una transformación que resguarde valores y principios imposibles de ubicar en posiciones como la escuchada al insigne diputado tabasqueño.
Preocupa lo que pudiera ser una broma de mal gusto, cuando es posible que detrás de los dichos de Charly Valentino, existan muchos más representantes populares no solo de Morena sino de cualquier otra fuerza política o social, en similares, impúdicas y exaltadas manifestaciones pseudo-nacionalistas que hasta hace poco eran menos visibles o exacerbadas respecto de la defensa de la estirpe originaria del territorio nacional, de la que los mexicanos somos mezcla -claramente apreciable en los rasgos fisonómicos del diputado-, que estoy seguro debe ser valorada y reivindicada en toda su dimensión histórico-social.
Requerimos de muchísimos diálogos, no solo para debatir sobre lo que ha sido el proceso de construcción de nuestra nación pluriétnica y nuestra riqueza multicultural, sino también para debatir sobre nuestra democracia y sus resultados, sobre nuestro comportamiento político y social, para establecer propuestas que den respuestas a nuestros problemas, debates y diálogos serios que permitan el encuentro en las coincidencias que sin duda todos podemos tener, la construcción de pisos mínimos para impulsar juntos soluciones y superar los desafortunados afanes protagónicos de algunos, como el señor Charly Valentino, que se solaza en la intransigencia, en el discurso fácil y dañino.
La incomprensión de la pluralidad y la diversidad nacional, está plagada de lugares comunes, de vociferantes palabras, pero peor aún, quebranta la ley junto con cualquier posibilidad de forjar oportunidades para superar la polarización. Urge trascender las visiones autoritarias y de retroceso que se perciben en no pocas expresiones de exclusión e intolerancia reflejadas en los prejuicios y arrogancia de actores que en todos los niveles se asumen desde estaturas morales y presunciones cuestionables, en la contradicción entre los decires y los quehaceres.
Muchos Charlys Valentinos saltan a la palestra que en los nuevos tiempos parece que abren los espacios a la sinrazón, a la oprobiosa ignorancia y a la violencia impulsada desde esas palabras que deben de llamar a la preocupación y a pensar muy bien a quienes se eligen en todos los colores partidarios para ser representantes.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Los datos y los hechos son escalofriantes, la violencia, la de género y en todas sus manifestaciones debe detenerse.