Científicos a la cárcel; “hay que purificar…”, dice el Peje
Línea Caliente
Científicos a la cárcel; “hay que purificar…”, dice el Peje
Por Edgar Hernández*
¿Todavía
existe La Castañeda?
En
México se perdió la proporción de la gobernabilidad.
El
tránsito a la democracia por la vía de la Cuarta Transformación nos está
llevando a la peor de las dictaduras si pudieran calificarse.
A
una vida parecida a la cubana, acaso a la nicaragüense y si nos apuran un poco
más, al exterminio como sucede en la Venezuela de Maduro donde de plano dos
millones de ciudadanos han huido a otros países por hambre y represión.
Ni
en las más recalcitrantes dictaduras de África se observa tanto abuso de poder
como sucede en México.
Peleado
con los aspiracionistas; en guerra total con los clasemedieros; con un brutal
desprecio por los egresados de universidades extranjeras “se vuelven corruptos”;
en total rechazo a los arquitectos “es muy fácil que construyas tu propia
casita”, con persistentes descalificaciones a los ingenieros “no tiene ninguna
ciencia extraer petróleo, solo hay que hacer un hoyo” y en abierta
discriminación a los doctores y enfermeras “que en la pandemia medran con la
salud”- ahora la emprende contra los científicos quesque “para purificar la
vida nacional”.
Debería
de empezar por sus hijos, hermanos y demás familia enriquecidos a la mala en
una irrefrenable e irrefutable escalada de corrupción.
Y
ya para que su eventual sucesora, la jefa de gobierno de la Ciudad de México,
Claudia Sheimbaum y el máximo líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal,
hablen de los “excesos” en las acusaciones contra los 31 científicos que
pretenden mandar a los penales de alta seguridad por “lavado de dinero”, es que
la descomposición interna llegó a sus límites.
Universidades
de alto prestigio, académicos del Cide y hasta la Unidad de inteligencia
Financiera rechazan que los científicos estén ligados al crimen organizado. Asimismo,
la UNAM, la UAM, los exdirectores del Conacyt y la Universidad Iberoamericana,
han externado su apoyo a la comunidad científica.
La
propia línea editorial del diario Reforma dibuja con exactitud al régimen al
anotar que para los delincuentes hay abrazos y para los científicos hay
porrazos.
Así,
“si hoy llegaran los aliens a México, sería bien difícil explicarles que en
este país se libera en caliente al narco Ovidio Guzmán y, en cambio, se busca
encarcelar a 31 científicos y académicos, nomás por capricho… más cuando dos
jueces han desechado la denuncia de la Fiscalía General de la República por
improcedente”.
“No
se de que me hablas”, responde la atarantada directora del Conacyt, María
Helena Alvarado, al rechazar ser la responsable de la investigación contra los
científicos de su propia oficina.
¿Entonces,
de qué estamos hablando?
La
del Peje es la clara respuesta de repudio al conocimiento, a la sabiduría, al
estudio y a la ciencia.
Es
la venganza de quien por 14 años fue fósil de la Facultad de Ciencias Políticas
de la UNAM y a quien el propio director de la misma Enrique González Pedrero,
su paisano y aliado, terminó por regalarle el título con tal de que se fuera
del plantel.
Es
ese desprecio por la gente que busca superarse “hay que conformarse con un
pantaloncito, un par de zapatitos y un carrito de uso”; es el coraje por
quienes han construido a lo largo de una vida su patrimonio cuando quien hoy
nos gobierno, rodeado de puro inepto, nunca trabajó, solo vivió de los negocios
y transas que le daba la política.
Es
el mismo convencido de que a la gente pobre “hay que darle su comidita, hay que
llevársela como a los perritos”. A quien ve de lo más natural perdonar a
Ovidio, ir a saludar al pueblo de la mamá de El Chapo “a quien hay que respetar
y no decirle Chapo, sino Joaquín”, y aliarse con el crimen organizado.
Es
el llanero vengador quien recomienda a sus enemigos presentarse ante la
justicia ya que “no afecta ir a la cárcel cuando uno es inocente”, o revivir
viejas historias como es el caso Loret de Mola, a quien le desentierran -16
años después- una complicidad por el caso Florence Cassez, está si, ligada a
criminales, pero finalmente liberada por presiones políticas del gobierno
francés.
En
el recuento, son muchas las atrocidades cometidas por el régimen de López
Obrador, quien pareciera está perdiendo el sentido de la realidad con tantos abusos
de poder.
Lo
de los científicos es grave, muy grave.
Pero
más complicado entregar el poder a la ignorancia de cara a un pueblo que se
nota dormido, conformado con las migajas entregan a los adultos mayores y a la
chairiza e hipnotizado por un flautista que nos está llevando al despeñadero.
¿Hasta cuándo?
Tiempo al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo