Ars Scribendi

Club Cotzoani

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Rafael Rojas Colorado

 

La Unidad Deportiva “Roberto Amorós Guiot” ha sido un semillero de buenos deportistas, jóvenes que llegaron a recibir las primeras enseñanzas de la educación física y en el entorno de este escenario natural, se fueron transformando en grandes atletas, algunos en entrenadores con capacidad de enseñar una disciplina competitiva.

Uno de estos ejemplos lo es, sin duda alguna, Adrián Osorio Méndez, disfrutó en su niñez la caminata, entrenamientos matizados por la belleza de este edén deportivo, el sudor, el esfuerzo y su sonrisa le permitían visualizar el futuro, un niño que apenas comenzaba a soñar y que, gradualmente, el tiempo le fue presentando los matices de las satisfacciones personales.

Las reminiscencias lo sitúan en el año de 1986, llegó al seno de la unidad deportiva con muchas ilusiones, los rostros del profesor Sergio Ávila Caudillo, Juan José Hernández Galván, y muchos compañeros de aquel ayer, aún laten en su corazón, de ellos recibió el conocimiento y las experiencias del atletismo alimentándole el alma de esperanzas y muchos anhelos, que más puede existir a esa edad cuando solo hay espacio para la felicidad, solo el viento posee la libertad de jugar con dichas emociones y sentimientos.

Muy pronto sintió la espiga del entrenamiento de la caminata, el dolor y el esfuerzo, el sacrificio de los que desean lograr algo en la vida se hacía presente; cada paso que avanzaba le exigía rigor y disciplina. El entrenar con sus compañeros Ulises Ramírez Cortés y Gerardo Hernández le empezaban a trasmitir la sensación de lo que exigen las competencias atléticas. El profesor Sergio Ávila Caudillo lo llevo a la ciudad de Cardel a competir en marcha, fue una distancia de 2k. y obtuvo el primer lugar a nivel estatal con un tiempo de 8:46. En la ciudad de México participo en las pruebas que organizaba el periódico “Ovaciones” quedando en tercer lugar a nivel nacional y al siguiente año consiguió la primera posición en categoría infantil, se convertía en una verdadera promesa de la marcha que deseaba emular las hazañas de Ernesto Canto. Más adelante comenzó a entrenar con el profesor Juan José Hernández Galván, con él estuvo tres años y llegó a ser campeón estatal en dos y cinco kilómetros, estas pruebas se realizaron en el estadio xalapeño y Boca del Río, Veracruz, como premio recibió las honrosas medallas que le acreditaban sus triunfos.

De pronto toma la decisión de convertirse en atleta pedestre, admiraba a su compañero de equipo Gonzalo Gutiérrez quien en el futuro sería un atleta internacional. Adrián comienza la aventura de correr, tenía 14 años y se convierte en campeón estatal en 3000 metros STEEPLECHASE. A los 15 años comienza a entrenar con Salvador Soler Cuevas, atleta de mucha experiencia y, además entrenador quien se esmera en depurar la técnica de Adrián y darle sabios consejos de la vida en general, lo convirtió en campeón estatal en 1500 metros planos, por ese entonces admiraba a Arturo Barrios y a Germán Silva. Aunque tuvo momentos de rebeldía como todo ser humano, se aplica también al estudio y obtiene su título de Profesor en Educación Física. Su formación académica la realizó en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”.

En el año 2012 formó el “CLUB COTZOANI” –correr con ligereza– y tiene a la fecha más de 50 alumnos de todas las edades. Su mejor prospecto lo es, Ramón Antonio Vásquez Sosa, especialista en 600 metros planos.

Recuerda con gratitud a sus maestros de atletismo: Sergio, Juan José y Salvador, siempre vio en ellos la solidaridad, amistad, respeto, la ética profesional, valores, educación y la buena disposición de aclararle sus dudas, hoy se refleja en ellos para guiar a sus alumnos.

Adrián Osorio Méndez a sus 39 años de edad está casado con la señora Mariel Olivo García, tienen tres hijos: Kelly, Diego y Adrián. Se siente agradecido con Dios y con los padres de familia porque depositan su confianza en él para que entrene a sus hijos. Agradece a sus padres, señor Anastasio Osorio Guzmán y señora Rosa María Pozos todo el apoyo que le brindaron desde siempre, al igual que a su hermana María Angelica.

Adrián acuñó un lema “El ejercicio físico es tu mejor amigo”.

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