COAHUILA E HIDALGO
COAHUILA E HIDALGO
Por Uriel Flores Aguayo
Las elecciones de esas Entidades
federativas se volvieron noticia nacional por las lecturas que de sus
resultados hicieron los partidos, analistas, medios y redes sociales. En un
ambiente altamente polarizado la explicaciones del caso también se fueron a los
extremos, volviéndose hegemónica la que dio como perdedor a Morena. Para
entender más de estos procesos electorales hay que tomar en cuenta algunos
elementos. Es una elección local que, en general, depende de factores propios
de cada lugar. Hay que observarlas por separado en tanto tienen rasgos
claramente distintos y ubicar lo que son sus elementos comunes. La elección de
Coahuila fue de Diputados, tal vez la menos atractiva para los electores y
dependiente en mucho de los aparatos partidistas y gubernamentales; en el alto
abstencionismo hay la expresión de subdesarrollo democrático y márgenes máximos
para la movilización de clientelas. Es el PAN el gran derrotado si consideramos
que ha disputado de cerca la gubernatura, encabeza municipios importantes y
tenía algunas posiciones legislativas. Si tienen algún liderazgo nacional
deberían estar preocupados para tomar medidas. El segundo perdedor es Morena:
no porque le resten posiciones que no ha ganado en lo local pero sí porque es
el partido del Presidente, ocupa relevantes espacios federales de
representación y cuenta con la simpatía natural entre los beneficiados de los
programas sociales. Ese partido se muestra frágil y poco competitivo en
condiciones adversas. La elección de Hidalgo fue municipal, tal vez la elección
más cercana e interesante para la ciudadanía. Sirve para ubicar los niveles
partidarios; aquí cuenta más el perfil de las candidaturas y en algo las
propuestas. Nuevamente el perdedor principal es el PAN por qué tenía bajo su
gobierno municipios importantes. Siendo dos Entidades federativas con
resultados negativos al mismo tiempo, ya se puede hablar de crisis. Aquí
también el segundo derrotado es Morena, pues cuenta con la cercanía de la CDMX y
el Estado de México, donde goza de gran influencia. Sus resultados son menores.
Disputa la capital, Pachuca, cuando debería haber ganado con clara ventaja. En
ambos Estados el vencedor es el PRI, demostrando existencia y recuperación para
un alcance regional.
Estamos ante unas elecciones locales
donde el único beneficiado por influencias nacionales podría ser Morena, pero
no fue así. PRI, PAN y los demás partidos únicamente podían basarse en sus
fuerzas locales. Es erróneo, a mi juicio, interpretar los resultados como una
derrota para AMLO y una tendencia nacional hacia el 2021. En la próxima
elección federal los resultados en ambas Entidades pueden ser muy distintos.
Espero quede clara la diferencia entre elecciones local y federal pero,
sobre todo, las abismales diferencias que puede haber entre coyunturas
sociales, económicas y políticas. No dejo de señalar que se esperaba mayor
competencia de Morena, que sus resultados son bajos y queda en desventaja para
el próximo año al menos en Hidalgo y Coahuila.
Estamos ante escenarios donde las
percepciones son poderosas y pueden volverse certidumbres o incertidumbres. El
PRI puede pensar que esos resultados serán posibles en otros lugares, aunque no
sea así reciben un tanque de oxígeno y la confianza para proseguir en sus
labores. El PAN está en un gran dilema si continúa en sus espacios de
confort, sin autocrítica y cambios a sus formas de hacer política. Morena
cometerá un gravísimo error, autogol, si cree que fue derrotado por sí
mismo y por una baja valoración de AMLO y su Gobierno; de ser así, actuarán con
desesperación y errores. Al parecer ya está en ese pasmo ocioso y auto
destructivo. Los líderes locales de aquellas Entidades se recriminan y acusan
de traiciones, los líderes nacionales Cantinflean y denuncian fraudes
imaginarios. En el caso de Veracruz, ocurre lo previsible. El gobernador sale a
desayunar al otro día de la elección, evidentemente influido por los
resultados; el coordinador de sus diputados, que habla como dirigente
partidario, se inscribe en la explicación dominante, la que les hace daño; como
es la voz oficial es la línea que tomarán sus afiliados y dirigentes
regionales. De perder en dos Estados el propio Morena lo vuelve una derrota
nacional y propicia que sus adversarios se lo remarquen y les hagan perder
confianza.
Recadito: va a pegar electoralmente en Xalapa,
la desaparición de varios fideicomisos.