Colonia de la Nestlé y mis recuerdos
Norma Carretero Rojano
Durante algunos años, cuando niña, viví con mi familia en la calle de Justo Sierra numero cuarenta y ocho de la Colonia de la Nestlé, muy cerca del Hongo –una cancha donde por las tardes los vecinos solíamos jugar un rato-; mis vecinos más queridos lo eran Cristy Martínez (la gorda, qpd), amiga de la familia, parece que aun la veo, grandota, de tez morena, de pelo largo recogido en una trenza, siempre linda y amorosa con nosotras: mi mamá, mi hermanita Elichabe y yo; acostumbrábamos jugar con Miguelito, su hijo, que ahora sé, es un gran, médico.
Cristy, como le llamamos de cariño, vendía piezas de cristal cortado, ropa y otros enceres de importación y, puedo decir que medio Coatepec era su cliente, claro, mi mamá una de sus más asiduas compradoras. Fueron amigas desde muy jóvenes, así que el cariño era reciproco y entrañable.
Justo al lado de mi casa vivía la familia González Rojano, Lucero, compañera de escuela de mi hermana, en una amistad amalgamada por los años y el cariño que hasta la fecha continua. Por las tardes me inquietaba escuchar a Lucero practicar en su acordeón, de ahí mi gusto por este y años más tarde el estudio por el mismo. Recuerdo mucho a su hermanita menor, pues ya todos éramos más o menos grandes –de diez u once años- y Malú era la pequeñita de la casa, contaba con apenas unos tres o cuatro añitos, si mucho.
Hace pocos meses tuve la oportunidad de cenar con Malú en la ciudad de México y se lo decía: te recuerdo chiquita, con tu pelito oscuro, cortado de peluquita, en fin… eras una muñequita, ahora, eres una muñecota, ambas soltamos la carcajada, pero es así como la recuerdo desde niña. Por cierto, el domingo pasado, Malú González Rojano ofreció una rueda de prensa en un conocido restaurante de Coatepec para anunciar su candidatura a la diputación federal por el 9º. Distrito, a cuyo acto me fue imposible llegar –pues tuve la amable invitación de Malú-, por cuestiones de trabajo, pero que acompañé moral y profesionalmente desde donde me encontraba. Me llena de gusto saber que una mujer con una trayectoria política tan limpia, ahora pueda estar en las grandes ligas en pro de su pueblo. Una mujer de lucha constante, de ideales firmes, de humildad y trabajo arduo, que, además, no necesita decírmelo, sé qué hará un gran papel, pues su identificación con los sectores más vulnerables de Coatepec se ha ganado el respeto, la admiración, el cariño y credibilidad en ella y en su preocupación por el prójimo: ¡Es MUJER! y tiene la sensibilidad de los años y de sus experiencias.
Consultando la bola de cristal y, si ésta no miente, le auguro el triunfo.
¡Felicidades Malú por tu tesón!
“El político debe tener: amor apasionado por su causa; ética de su responsabilidad; mesura en sus actuaciones”. Max Weber (1864-1920). Sociólogo, economista, científico y político alemán.
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