¿CÓMO ACTUAR ANTE CASOS DE TECNOLOGÍA DISRUPTIVA?
¿CÓMO ACTUAR ANTE CASOS DE TECNOLOGÍA DISRUPTIVA?
· En la FES Acatlán estudian estas
situaciones, cuyos resultados permitirán crear un simulador para la toma de
decisiones, explicó Alba Gabriela Cabriada
Naucalpan, Estado de México,
27 diciembre 2024.- A fin de que estudiantes de diversas licenciaturas que se
imparten en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, de la UNAM,
analicen casos de disrupción tecnológica y cómo afectarían su quehacer
profesional al tomar decisiones, en esa entidad académica se desarrolla el
proyecto Comprender, actuar y transformar nuestra sociedad tecnológica mediante
la polemología.
La docente de la licenciatura
de Relaciones Internacionales de la FES Acatlán, Alba Gabriela Cabriada
Jarquín, en colaboración con sus pares y estudiantes de las 17 licenciaturas
que se ofrecen en esa unidad multidisciplinaria, elaboran un simulador.
La tecnología disruptiva es
cualquier innovación que cambie drásticamente la forma en que operan los
consumidores, las empresas e industrias. Cuando se crea por primera vez, a
menudo genera un nuevo mercado.
El objetivo es que con el
planteamiento de los casos la población estudiantil reflexione sobre lo que
realmente debemos trabajar y cómo se posicionan con respecto a la tecnología;
es decir, si la ven como una herramienta o como una necesidad sine qua non para
el futuro bienestar de la raza humana y qué medidas deberían tomar los estados
frente a ciertos cambios que pudieran presentarse, resaltó.
Comentó que el proyecto inició
en 2021 como una propuesta del Programa de Apoyo a la Investigación para el
Desarrollo y la Innovación de la FES Acatlán, donde revisaron sucesos
vinculados a dicha innovación, es decir, aquella que provoca necesidades en
nosotros y que desconocemos tener, ya que aporta calidad, eficiencia y
beneficios a nuestras vidas.
Cabriada Jarquín consideró que
en la vida cotidiana utilizamos internet, GPS o ChatGPT. Sin embargo, no
percibimos las transformaciones tecnológicas que implican.
Existe una situación de uso
para solucionar problemas ambientales, por ejemplo, pero no hay una reflexión
sobre la producción y consumo a nivel mundial, por ello es necesario
recapacitar acerca de cómo hacemos las cosas y los alcances para los humanos.
Recordó que en la primera
etapa de este ejercicio multidisciplinario de investigación estudiaron lo
sucedido con la primera persona reconocida como cyborg, el británico Neil
Harbisson, quien nació con acromatopsia –una disfunción que le limita la
percepción de los colores–, condición que lo llevó a que le adaptaran una
antena en el cráneo, dispositivo que le permite “escuchar” los colores.
Es una especie de sensor que
detecta, a través de vibraciones, el color del que se trate para después
transformarlas en sonidos. Por lo tanto, Harbisson “escucha los colores”,
abundó la profesora de la licenciatura de Relaciones Internacionales del
Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia de la FES Acatlán.
Observamos la controversia
tecnológica que comenzó cuando esta persona requirió renovar su pasaporte y el
gobierno británico le dijo que debía tomarse las fotos sin que apareciera la
antena. Pero era imposible porque está implantada en su cabeza y no puede ser
retirada, ya que “es como un dedo, forma parte de su organismo”.
A partir de ello sucedió un
proceso jurídico y el gobierno tuvo que admitir las fotografías con ese
dispositivo; entonces se constituyó en el primer cyborg, es decir, persona
modificada tecnológicamente, detalló la universitaria.
Hoy en día consultar internet
y ChatGPT parece que no afecta nuestro entorno o existencia diaria, pero que
haya que adaptar una política relacionada con la expedición de pasaportes por
modificaciones que nos hacemos los seres humanos, altera determinaciones y acciones
públicas que deben adaptarse para atender situaciones de esa índole.
Cabriada Jarquín rememoró que
la intervención médica que se realizó fue ilegal porque no había protocolos
para ese tipo de cirugías. “Ahí es donde nos damos cuenta de que existen casos
en los que la tecnología trastoca la toma de decisiones políticas”.
Nos hacía un poco de ruido
este ejemplo. En términos de seguridad nacional, cómo iba a entrar ahora Neil
Harbbison a un aeropuerto, pues si tiene una antena nadie sabría si solo “escuchaba
los colores”, o se trataba de espionaje o hackeo de sistemas de seguridad,
puntualizó.
De acuerdo con la experta,
todo ello condiciona el actuar de los estados a nivel interno e internacional.
“Esos son los casos que empezaremos a abordar en el simulador que permitirá
tomar decisiones al respecto, aunque es un proceso largo pues se requiere una
serie de programas y softwares para implementar un dispositivo que imite
circunstancias reales para enfrentar a los estudiantes a estas controversias, y
lo que decidirán desde la perspectiva de sus libertades”.
En la etapa inicial se
recopilaron acontecimientos de disrupción tecnológica, como el Proyecto Neom en
Arabia Saudita, una supuesta ciudad inteligente en términos ambientales que ha
sido blanco de múltiples polémicas, ya que ha puesto en evidencia cómo es que
la tecnología puede generar desigualdades en las sociedades.
“Deberíamos encontrar un punto
medio, nos falta explotar otro tipo de valores y principios; el simulador
pondría a nuestros estudiantes en ese dilema: no había pensado, no había
reflexionado sobre esta situación, qué va a pasar cuando haya personas como
Neil Harbbison que puedan realizarse modificaciones, no solo para implementarse
una antena, sino un sensor o un chip”, apuntó.
Indicó que en un futuro
cercano las sociedades empezaremos a clasificarnos en función de lo
tecnológico, por ejemplo aquellos que tengan visión de rayos X. “Esto parece un
poco simpático, pero es a lo que nos enfrentamos, a una distinción de seres
humanos con tecnología y sin tecnología, aunque esto tampoco es novedoso puesto
que lo vemos con la calidad de nuestro internet o en la falta de acceso a esta
tecnología”.
Estamos en el trabajo técnico
para la creación del simulador, ha sido complicado porque somos quienes
proponemos los casos sociales, pero también estamos realizando la ingeniería,
revisamos software y dónde se alojará la información que generemos, o sea, en
qué repositorio o red global podremos trabajar, finalizó Cabriada Jarquín.
FUENTE: UNAM