CÓMO HAN GOBERNADO MUJERES EN EL MUNDO
CÓMO HAN GOBERNADO MUJERES EN EL MUNDO
· Una revisión de expertas universitarias
· Tesón, templanza, pasión,
firmeza, paciencia, visión, características de sus gobiernos
En el contexto de las elecciones presidenciales de México, Gaceta
UNAM se dio a la tarea de revisar brevemente cómo ha sido el desempeño
de mujeres en el poder en diferentes partes del mundo. El balance, en general,
es muy positivo, aunque hay que decir que no todos los gobiernos fueron
exitosos.
Al concluir esta edición, la tarde de ayer domingo, apenas comenzaban a
cerrar las primeras casillas electorales. Por tanto, Gaceta UNAM no
alcanzó a conocer el resultado preliminar de una elección en la que dos
distinguidas mujeres pumas disputaron la Presidencia de la República.
La constante de quienes han sido
jefas de Estado es que lideran sus países con determinación y visión. Y es que,
a decir de Karolina Gilas, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales (FCPyS), las mujeres pueden ser lideresas exitosas y lo han
demostrado. De hecho, cuando llegan a postularse a la presidencia tienen
trayectorias impactantes, con frecuencia mucho más robustas que las de los
varones que compiten por los mismos cargos.
Asimismo, explica Gilas, suelen comprometerse con causas de género, como
hizo Michelle Bachelet, en Chile, al crear el Ministerio de la Mujer y la
Igualdad de Género, impulsar cuotas de género y despenalizar el aborto. En
Europa, Angela Merkel, en Alemania, fomentó la integración femenina en el
mercado laboral, mejoró el sistema de cuidados y dio mayor acceso a guarderías
a las madres que lo requerían. Sin embargo, no todas han tenido el mismo
liderazgo transformador y ejemplo de ello son Cristina Fernández de Kirchner en
Argentina y Dilma Rousseff en Brasil, quienes se limitaron a promover algunos
apoyos sociales para las mujeres.
María Cristina Rosas, también docente de la FCPyS, precisa que Margaret
Thatcher fue la primera ministra en la historia del Reino Unido de 1979 a 1990
y es conocida por ganarse el mote de la Dama de Hierro. Cuando llegó a la
jefatura del gobierno de ese país, se distinguió por desarrollar una serie de
políticas neoliberales reduciendo los subsidios a las personas y favoreció al
sector privado.
Agrega que “al ser la primera mujer con dicho cargo, vivió discriminación
pues se desenvolvió en un ambiente en el que frecuentemente fue desestimada,
por la predominación de los hombres. Por ejemplo, al haberse desempeñado como
ama de casa y manejar las finanzas del hogar, conocía precios de alimentos, y
en el Parlamento ella insistía en que se debían hacer reformas económicas
refiriéndose a los precios de los productos, lo que le valió la burla de sus
colegas parlamentarios. Pese a ello, logró prevalecer en el poder lo que le
ayudó a la victoria sobre Argentina en la Guerra de las Malvinas”.
En tanto, menciona María Cristina Rosas, otra lideresa política que
experimentó un periodo complicado durante su gestión fue Violeta Chamorro,
quien fuera presidenta de Nicaragua de 1990 a 1997. Ella recibió un país
destruido por la Guerra Civil, durante su mandato tuvo tensiones con los
sandinistas (quienes conformaban una organización política-militar de
izquierda) y presiones por parte de Estados Unidos.
Además, “trató de feminizar la política nicaragüense y de desarrollar políticas
para incluir la presencia de las mujeres en la fuerza de trabajo, respecto a
ello se vieron algunos avances. En 1992 creó un código para castigar el crimen
hacia las mujeres en Nicaragua. Sin embargo, desde el fin de su presidencia no
se ha visto a otra mujer ocupando dicho cargo en ese país”.
“Indira Gandhi fue la tercera primera ministra en India, en dos
periodos, uno de 1966 a 1977 y otro de 1980 a 1984. Ella logró centralizar el
poder, lo que generó muchas tensiones con las diversas provincias de ese país,
siendo un causal de su asesinato en 1984. Durante su mandato se produjo un
conflicto armado entre India y China, la independencia de Pakistán Oriental hoy
Bangladesh, entre otras cuestiones de gran relevancia”, recuerda María Cristina
Rosas.
Los desafíos que mayoritariamente enfrentó, recalca la experta
universitaria, estuvieron relacionados con su política internacional, respecto
a la centralización del poder, que dejaba en desventaja a las provincias indias
e implementó políticas para el control natal, y lo más grave fue que India se
convirtiera en potencia nuclear en momentos en que ya se había adherido, a
nivel internacional, el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Aun así
se le recuerda por ser, a la fecha, la única mujer que ha regido los destinos
del hoy país más poblado del mundo.
“Golda Meir fue primera ministra de Israel entre 1969 y 1974 y es
recordada porque durante su gobierno se produjeron muchas tensiones con los
palestinos. También le tocó el incidente en los Juegos Olímpicos de Múnich de
1972, así como la guerra de Yom Kipur en 1973 cuya gestión fue criticada,
además se le consideraba una figura débil por ser mujer”, menciona Rosas.
Para resolver algunas de esas cuestiones, “buscó el apoyo de diversos
gobiernos, como el de Estados Unidos, y asumió el costo político de algunos
conflictos. Aunado a ello, gobernó enferma, pues tenía linfoma; pese a que su
cáncer avanzó ella siguió gobernando y falleció poco después de dejar el
poder”.
En contexto, podría decirse que en la mayoría de los países donde las
mujeres han ocupado los cargos más altos, la sociedad civil ha sido clave.
“Todos esos movimientos, articulados por el feminismo, han pavimentado el
camino; sin embargo, no ha sido fácil”, dice Karolina Gilas.
Negociadoras
Según ONU Mujeres, hay un 35 % más de probabilidades de alcanzar acuerdos
de paz durante 15 años cuando hay negociadoras involucradas en esos procesos;
sin embargo, a ellas suele no incluírseles en este tipo de pláticas.
De los 193 miembros de la Organización de las Naciones Unidas, hasta
mayo de 2024, sólo en 28 países se desempeñan mujeres como jefas de Estado y/o
gobierno, de acuerdo con el mapa Mujeres en la Política 2023.
Históricamente, la cúpula del poder político ha sido liderada por
hombres. La incursión de las mujeres en dicho círculo es reciente, y las
primeras en ocupar cargos ejecutivos lo hicieron tras la Segunda Guerra
Mundial.
A decir de Karolina Gilas, de 1945 a la fecha sólo el 13 % de los
puestos de las organizaciones multilaterales más importantes del mundo han sido
dirigidos por ellas. “Esa representación, en especial en el Ejecutivo, ha ido
incrementándose paulatinamente, pero aún persiste una enorme desventaja frente
al dominio masculino”.
En tanto, María Cristina Rosas asegura que la presencia de las mujeres
en el ámbito político siempre es escasa. Si nos atenemos a la información que
provee la Unión Interparlamentaria, se puede observar que hay legislaturas en
algunos países del mundo, como Ruanda, México o Suecia, donde, a nivel
legislativo, se ha buscado impulsar la equidad de género y se ha logrado, ya
sea por decisión política de obligar, como en el caso de nuestro país, a buscar
la representación 50 % mujeres y 50 % de hombres.
“En el caso de Ruanda, debido a que en el genocidio el 75 % de los
muertos fueron hombres, no hubo otra opción que empoderar a las mujeres, lo que
les ha permitido ascender respecto a responsabilidades políticas y económicas,
en especial en el parlamento de ese país. En Suecia, ellas también han logrado
el empoderamiento, más por las necesidades del mercado, específicamente por el
tema de la escasez de mano de obra para una economía en expansión, que
forzosamente requería su incorporación y participación, y que posteriormente se
manifestó en las altas esferas gubernamentales”, indica María Cristina Rosas.
Karolina Gilas refiere que la primera mujer jefa de gobierno fue
Sirimavo Bandaranaike. Lideró Sri Lanka en 1960 y llegó en medio de una crisis
desatada por el asesinato de su esposo, quien era el primer mandatario de dicha
nación.
“Como ella, otras han llegado a ocupar responsabilidades similares en
medio de escenarios caóticos, como Ellen Johnson-Sirleaf, de 67 años, quien
asumió la presidencia de Liberia tras una guerra civil que concluyó en 2003. Le
tocó conducir a ese país africano durante la negociación de paz. Las historias
de lideresas que llegan a los cargos cuando las cosas se caen a pedazos son
frecuentes”, explicó Gilas.
Desempeño complicado
Por su parte, María Cristina Rosas insiste que el desempeño de las
mujeres en la alta política a nivel mundial es complicado, ya que no depende de
ellas, sino justamente de los contextos, incluso en países donde están muy
empoderadas, no se han tenido las condiciones apropiadas para que puedan
gobernar.
No obstante, añade que “se ha demostrado que las mujeres son más
empáticas cuando se trata de temas sociales o del bienestar de las personas,
pero es difícil valorar su papel en sociedades fuertemente masculinizadas”.
“En esta ha sido preciso adoptar estrategias para lidiar con los
estereotipos y expectativas” y, al respecto, agregó la importancia de recordar
que, incluso cuando llegan al poder, “ellas se ven sujetas a reglas políticas
hechas por hombres (‘y para hombres’) que castigan o soslayan lo femenino, y
que sugieren que las mujeres deben comportarse como varones y ostentar un
liderazgo similar al masculino si quieren darse a respetar. Además, se les pide
que no muestren sentimientos y que usen pantalones (el famoso traje sastre)”,
indica Karolina Gilas.
Asimismo, deben soportar un escrutinio público severo y enfrentar
múltiples obstáculos que dificultan el ejercicio de sus cargos. “Si buscas
verte femenina y pones mucha atención a tu físico, se piensa que eres una
muñeca con cabeza vacía que nada tiene que hacer en política. Pero si no lo
haces, entonces quiere decir que no estás a la altura, que no eres presentable
y que no te ves como debería lucir una mujer que desea acceder a altas
encomiendas. El mismo rasero no se aplica a varones”, señala Gilas.
Otras dificultades a enfrentar y, quizá, las más importantes, son las
violencias verbal y simbólica a las que son sometidas, así como a la
ridiculización, negación de su legitimidad, chantajes, amenazas y hasta
agresiones sexuales y físicas de distintos tipos. “Es difícil pensar que,
enfrentándose a todo eso, las mujeres sean plenamente libres en el ejercicio
del cargo”, advirtió.
De acuerdo con ONU Mujeres, el desarrollo sostenible es un motor clave
del empoderamiento económico femenino. No obstante, todavía hoy menos del 20 %
de quienes tienen tierras son propietarias. Las diferencias de género en el
acceso a terrenos y al crédito restringen las oportunidades económicas de las
agricultoras.
“Nosotras somos personas, formamos parte de esta sociedad y tenemos los
mismos derechos de incidir en el destino de nuestra comunidad política que
nuestras contrapartes masculinas”, finalizó Karolina Gilas.
FUENTE: UNAM