¿CÓMO JOSÉ AGUSTÍN CAMBIÓ LA VIDA DE JUAN VILLORO?
¿CÓMO JOSÉ AGUSTÍN CAMBIÓ LA VIDA DE JUAN VILLORO?
Francisco Morales
Agencia Reforma
Ciudad de México 16 enero
2024.- En un homenaje que Juan Villoro le rindió a José Agustín en 2016 ante el
50 aniversario de la publicación de su novela De perfil, el primero definió con
una frase la capacidad del segundo para revelar vocaciones: «José Agustín
decidió mi vida».
Una opinión que comparten escritores tanto de
su generación como posteriores, pero ¿qué hay en la obra del escritor
guerrerense, fallecido este martes a los 79 años, para impactar de tal modo en
los lectores jóvenes?
«De perfil es una novela ideal para
iniciarse en la lectura porque el protagonista es un adolescente cuyos días sin
brújula se vuelven apasionantes gracias a la destreza narrativa del
autor», confirma Villoro a REFORMA.
Y añade: «Si eso le pasa a ese chico sin
credenciales para ser un héroe, piensas que también te puede pasar lo mismo.
José Agustín logró el raro milagro de hacernos sentir que la literatura nos
incluía».
En otra ocasión lo llamó «el escritor más
radical que ha existido en México». ¿Dónde encuentra esta cualidad de
radical en su obra?
Desde el punto de vista formal, las
contribuciones de Agustín son múltiples: incorporó a la literatura recursos del
cómic, el cine, el rock y la cultura de masas en general. Además, fue un atento
testigo de las búsquedas introspectivas de los años 60, de la expansión de la
conciencia abierta por las drogas a distintas técnicas de meditación. Su obra
es atravesada por una religiosidad sin iglesia y por profundas búsquedas
místicas. No es casual que uno de sus autores de cabecera fuera Carl Gustav
Jung. Además, en el plano personal fue alguien ajeno a las prebendas del poder
y los grupos literarios, un escritor de clara independencia que pudo hacer un
fresco cultural y político tan divertido como crítico en su trilogía
Tragicomedia mexicana.
Ambos han cultivado la relación entre la
literatura y el rock and roll, tanto desde la ficción como desde el periodismo.
¿De qué forma abrió José Agustín este camino, antes inexplorado?
En muchos sentidos, José Agustín fue un autor
inaugural. La contracultura no podía tener cabal expresión en México porque los
conciertos masivos estaban prohibidos y, en cierta forma, él cumplió ese papel.
El punto de vista juvenil encarnó en sus páginas con la misma fuerza y a un
ritmo tan sincopado como el que practicaban los grupos de rock.
Si usted comenzó su trayecto en la obra de
José Agustín con De perfil, ¿recomendaría a un lector primerizo este mismo
camino? ¿O elegiría otro libro para comenzar?
En 2016 celebramos los 50 años de la novela en
Bellas Artes y tuve la suerte de compartir mesa con Rosa Beltrán y Enrique
Serna. Lo más significativo fue que en la sala había jovencísimos lectores,
entre ellos mi hija y su novio, de 16 años. La literatura de José Agustín no ha
dejado de ser un mecanismo para patentar lectores. Año con año, son muchos los
que descubren la magia de la lectura en sus páginas.
Ahora que la obra de José Agustín puede verse
como un conjunto terminado, en concierto con todas las otras obras, ¿qué lugar
le otorgaría en la tradición literaria mexicana?
José Agustín tuvo una fiel legión de
seguidores, pero también fue víctima de un malentendido. Ciertos críticos lo
consideraron más como un fenómeno pop que como un autor de auténtica valía
artística. El gran comentarista de la cultura popular, Carlos Monsiváis, era el
indicado para celebrar sus aportaciones, pero no lo hizo. Poco antes de morir,
me comentó que había releído De perfil y que le parecía una obra maestra. Esa
reconsideración tardía anticipa la valoración futura de la obra de Agustín.
Lejos ya de las asociaciones con la psicodelia, la Era de Acuario o la
«chaviza», sus novelas se establecerán como lo que es: un momento
superior de la literatura mexicana.