¿CÓMO PREPARARNOS EN FAMILIA EN ADVIENTO?
Sandra B. Lindo Simonín
Son fechas que como familia
esperamos con mucho júbilo y amor. Preparar junto a los pequeños
de la casa el nacimiento, el árbol y la corona de adviento. Porque nuestros hogares
se visten de fiesta, adornamos con guirnaldas, coronas, luces, nuestro árbol, todos
participamos poniendo nuestra creatividad en el nacimiento; ya que sin pesebre
no hay Navidad; por eso, este debe tener un espacio y lugar privilegiado en el
hogar.
Un símbolo que tampoco debe
faltar es la corona de adviento, ya que es un signo que expresa la alegría del
inicio y la preparación a la Navidad, cuando asistimos a misa en familia
pasamos a bendecirla, al encender la vela, la luz nos muestra el camino, que nos
aleja del miedo y nos reúne. La luz es símbolo de Jesucristo (luz del mundo).
Al encender semana tras semana estas velas, expresaremos nuestra peregrinación
con el Pueblo de Dios, con María y con José, al encuentro de la gran luz de la
Navidad, que es Jesucristo. El color verde de la corona significa la vida y la
esperanza que nos trae Jesús. La corona es un símbolo de esperanza.
La mayoría de los padres
tenemos la costumbre de leer cuentos o contar historias antes de dormir. En
esta época podemos elegir historias navideñas con transmisión de valores. Si
somos más creativos podemos, incluso, inventar cuentos donde los protagonistas
alrededor del pesebre sean nuestros hijos, llevando regalos de amor a Jesús.
Recemos todas las noches en
familia frente al nacimiento haciendo una oración sencilla, donde los más
pequeños puedan dar gracias haciendo peticiones, terminando con alguna canción
o villancico. Suele gustar mucho a los niños el aprovechar ese momento de
oración familiar para arropar al Niño Jesús; asimismo por cada buena acción que
realicen, le acercamos a su cuna un corazón de papel elaborados por ellos; de
esta manera, esperamos que el día de Navidad, el Niño Jesús pueda nacer en una
cuna repleta de buenas acciones.
Embellecer el alma con
virtudes, cultivando en ellos buenas acciones hacia los demás, pudiendo ser: respetar,
amar y ser solidario.
El prepararnos con lo que
caracteriza a los nuños: sencillez, alegría y humildad, sin olvidar quién es el
protagonista de tanta fiesta. Que Dios encuentre en estas fechas nuestros
corazones encendidos de amor.