Compartir para ser mejores personas
Linda Rubi Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. La voluntad de dar sin esperar recibir algo a cambio es una disposición moral que se ha heredado de generación en generación pero que también ha tenido sus momentos de crisis, sobre todo cuando el materialismo se impone sobre los ideales intangibles que nos hacen ser humanos. El consumismo ha contribuido como en ningún otro momento a profundizar el abismo entre lo que es propio de lo que es de los demás, y palabras como compartir se han transformado para tener un sentido diferente: como una acción con intereses de por medio.
Lejos estamos de honrar a nuestro prójimo como imagen de Dios, de ayudar por el solo hecho de contribuir a una mejora universal. Sin embargo, compartir lo que tenemos es una de las acciones que más ennoblecen a nuestro espíritu y el de nuestra comunidad. No solo representa una mejora social sino más aún, un crecimiento individual. Tarea de nosotros será educar a nuestros hijos en escenarios que propicien este tipo de conductas, sobre todo en un contexto en el que cada vez hay menos recursos y espacios públicos, así como pocas probabilidades de subsistencia individual. El trabajo colaborativo en el que se comparten las actividades de orden público será la nueva línea de ruta por la cual tendremos éxito como sociedad. Y de hecho esta tendencia deberá ser encaminada desde la política, o de lo contrario, esta disciplina correrá el riesgo de no ir de la mano con las necesidades de la época.
Compartir tiene que enseñarse como algo natural a nosotros, y no como una obligación. Debe ser también un trabajo interno en el que se crea empatía, es decir, “el experimentar en los zapatos de otros” para comprender sus padecimientos, puntos de vista e historia de vida. Por ello, el trabajo no solo es escolar sino principalmente desde el entorno familiar, predicando con el ejemplo, utilizando palabras que inviten a tener la disposición de compartir, y sobre todo a mostrar que las buenas intenciones detrás son lo que cuentan.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.