CON ESTUDIO 3D PREVIENEN LESIONES Y CORRIGEN MALOS HÁBITOS DEPORTIVOS
CON ESTUDIO 3D PREVIENEN LESIONES Y CORRIGEN MALOS HÁBITOS DEPORTIVOS
· Esguinces, desgarres y fracturas, de las más comunes
· Aunque el Laboratorio Universitario de Biomecánica se centra en atletas,
corredores y ciclistas, entre sus planes está trabajar con cualquier interesado
en evitar prácticas inadecuadas al ejercitarse, señala Daniela Trejo, del
Instituto de Neurobiología
Fabiola Méndez
Realizar un deporte está asociado al riesgo de
lesiones derivadas de prácticas inadecuadas, falta de equipo y un incorrecto o
nulo calentamiento previo. Éstas no sólo pueden afectar a los atletas
profesionales, sino a cualquiera que haga ejercicio. Entre las más frecuentes
se encuentran distensiones musculares, esguinces, desgarres, fracturas,
contusiones y lesiones del cartílago.
Los atletas deben modificar técnicas erróneas que
predisponen a lesiones, cuyo origen es variado, aunque no sepan cuál es. Por
ello, el Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM, ubicado en el campus
Juriquilla, cuenta con el Laboratorio Universitario de Biomecánica (LUB),
espacio donde se aplica la biomecánica en la prevención de lesiones, corrección
de malos hábitos en técnica deportiva e interacción con implementos en la
ergonomía (calzado, bicicletas o maquinaria).
El LUB trabaja dos líneas: investigación y servicio
al público. Entró en funciones en 2014 gracias a una colaboración entre la
Unidad de Investigación en Neurodesarrollo y la Unidad de Investigación en
Órtesis y Prótesis, ambas del INb, explicó Daniela Trejo Méndez, responsable
académica del LUB. El servicio al público inició en 2017.
Hasta ahora se centra en atletas, corredores y
ciclistas, “pero la intención es que puedan acercarse más personas y expandirlo
a cualquiera con alguna lesión o que quiera prevenirla”, afirmó.
Funcionamiento
El LUB permite medir y evaluar la situación
funcional de quien, tras sufrir un accidente, experimente la pérdida de
movilidad o algún tipo de limitación o dificultad para reanudar su actividad
profesional.
Usa herramientas como la cinemática (descripción de
cómo se mueve el cuerpo) para medir y analizar los parámetros biomecánicos del
movimiento. A partir de estos datos se pueden identificar las áreas de mejora
en la técnica de los deportistas y diseñar programas de entrenamiento
específicos que mejoren su rendimiento.
A decir de, Carlos Fernando Aranda González,
fisioterapeuta del LUB, los pacientes llegan con dolor de rodilla al
laboratorio y muchas veces la lesión no es propia de esa articulación. “Puede
venir del tobillo o la cadera. Con la cinemática podemos analizar un movimiento
completo del cuerpo y encontrar el área en donde se origina el problema”.
Una de las pruebas más realizadas por atletas en el
laboratorio es la de mecánica de la marcha, que incluye una baropodometría, la
cual utiliza videos de fotogrametría. Se trata de un método de captación y
tratamiento de imágenes digitales que permite valorar si la ejecución del
movimiento se realiza sin errores técnicos y sin patrones de movimiento
lesivos.
Consiste en grabar al deportista realizando el
gesto con marcadores adheridos al cuerpo y, a partir de las instantáneas,
construir una animación 3D. Los atletas de alto rendimiento, debido al gran
número de horas que dedican a entrenar, son candidatos perfectos para la lesión
ya que, en caso de haber asimilado un gesto incorrecto, la repetición cíclica
del mismo durante largas jornadas los pone en riesgo.
“Colocamos 23 marcadores en diferentes estructuras
corporales y con esto analizamos todos sus planos de movimiento. Reconstruimos
lo que es tronco, pelvis, cadera, rodillas y tobillo, y a partir de ahí
obtenemos una descripción de cómo se mueve el corredor. Con esa información se
hace un reporte y se establecen variables espacio-temporales que nos ayudan a encontrar
áreas de oportunidad para prevenir, tratar o mejorar rendimientos según lo que
esté buscando el atleta. Inclusive podemos valorar si el tipo de calzado es
adecuado o no”, explicó Carlos Aranda.
Dicho análisis se le entrega al entrenador, médico
del deporte u ortopedista que atiende al paciente, junto con un plan integral
de entrenamiento según lo hallado en los resultados de la prueba.
Este tipo de exámenes también se realiza a personas
con alguna extremidad inferior amputada y listas para recibir un dispositivo
protésico, a fin de que aprendan a distribuir las cargas de peso en el miembro
no amputado. Con ello tendrán una mejor recepción y adaptación. Asimismo, se
usa para saber si la alineación de la prótesis es correcta o si se debe modificar
para lograr una marcha más eficiente.
A decir de Daniela Trejo, cuando se tiene una
prótesis es común que las personas desconfíen de ella y carguen peso del lado
no amputado, lo que puede generar lesiones en la rodilla de la pierna no
mutilada “Es lo que queremos evitar. El objetivo de usarla es tener una marcha
más eficiente y distribuir la carga de peso; por ello, les enseñamos cómo
apoyar y les damos un seguimiento para evitar lesiones”, comentó.
Pacientes
Sofía Rodríguez es deportista de alto rendimiento,
tiene 22 años y desde los 11 práctica triatlón. En su trayectoria deportiva las
lesiones han estado presentes, la más reciente fue en la cadera. Hace más de un
año fue diagnosticada con bursitis trocantérea, un pequeño desgarro en el
labrum y sacroileitis. Por meses fue a distintas terapias y masajes, pero la
lesión persistió por más de un año. “Tenía mucho dolor al entrenar o después;
durante un tiempo lo sentía todo el día, incluso al dormir”, mencionó.
Un día, por recomendación de su actual entrenadora,
visitó el Laboratorio Universitario de Biomecánica de la UNAM y así pudieron
identificar el origen de la lesión de Sofía. “Ésta es lumbar y del glúteo; el
otro día vimos que también uno de mis pies no pisa bien, se va hacia el centro
del tobillo. Eso pudo generar la afección en la cadera”, describió la atleta.
Desde junio de 2024 la joven entrena con un plan
integral de ejercicios propuesto por fisioterapeutas del laboratorio, lo que le
ha servido para saber en qué movimientos debe trabajar para fortalecer los
músculos y ya ve los resultados. “Es bastante notorio, no sólo en la falta de
dolor, también he mejorado bastante en mis márgenes de potencia en la bicicleta
y ya estoy nadando mejor”, afirmó Sofía.
María Cruz Lozano es paciente de la Unidad de
Órtesis y Prótesis de la UNAM desde noviembre de 2023 y está en espera de su
prótesis. En agosto acudió a realizarse la prueba de marcha como parte del
protocolo para fabricarla; no le hablaron mucho sobre cómo sería, pero
enfatizaron que era importante realizarla antes de entregársela. “Me explicaron
que era para ver cómo andaba y vieron que mi pie derecho primero se iba para un
lado y luego para el otro. Es cierto, luego caminamos chueco”.
Los resultados de la prueba se envían a los
fisioterapeutas del área de órtesis y prótesis, quienes diseñan ejercicios de
acuerdo con las áreas de oportunidad que debe trabajar el paciente.
Sofía y María tienen distintos objetivos y ambas
–de la mano de especialistas de la UNAM– los están alcanzando. “Ahora me
preparo para la Copa del Mundo en Brasilia, en octubre, y para la final del
campeonato francés, pero ya sin dolor. Muchos entrenadores normalizan esto,
pero no debe ser así, el deporte hay que disfrutarlo y no padecerlo. Ante
cualquier síntoma es preciso acudir con los expertos. Las competencias cada vez
son más potentes y requiero estar al nivel y con fuerza. Para eso debo detectar
mis puntos débiles y robustecerlos”, dijo la triatleta.
Por su parte, María realiza sus terapias y sigue al
pie de la letra el plan integral que le diseñaron para usar de forma adecuada
su prótesis. Cuando eso suceda espera ir al supermercado y hacer las cosas que
antes acostumbraba, porque ahora la carga es para su esposo. “Me siento más
fuerte y ya camino mejor. Mi familia vive en Veracruz y me gustaría ir a
visitarlos, tratar de volver a mi vida normal”, finalizó.
FUENTE: UNAM
Imágenes: Eric Noxpanco.