Con la Pandemia, todo va bien.
Con la Pandemia, todo va bien.
Por Martín
Quitano Martínez
Es más fácil engañar
a la gente, que convencerlos que han sido engañados.
Mark Twain
Hoy se ha reconocido
oficialmente que en el país han muerto más de 53 mil personas y que los
contagios alcanzan casi medio millón, con la mayor tasa bruta de letalidad de
todo el continente. Estas alarmantes cifras parece que no lo son para los
responsables gubernamentales, pues en su alentadora versión de los hechos, las
cifras podrían ser aun peores.
Enfadado por los
cuestionamientos que se enderezan contra el trabajo desempeñado por su
designado subsecretario todopoderoso, el presidente reclama la sapiencia del
epidemiólogo que desde el inicio de la pandemia da muestras de conocimiento y
capacidad aunque haya incapaces o tendenciosos a quienes les moleste.
Según el presidente, con la
pandemia todo va bien, pues el blindaje de López Gatell es absoluto. Además de
su mal ejemplo nacional ante las medidas de prevención a contagios, el
presidente ha tenido que hacer varios respaldos públicos al responsable del
manejo y tratamiento de la pandemia ante los reproches o los ataques que se le hacen,
para asegurar que su experto no solo está haciendo el mejor de los trabajos
sino que cuenta con su reconocimiento. Nada hay que discutir. El científico López
Gatell camina con el andar sereno del favorecido por la venia del más poderoso.
Pueden continuar los señalamientos,
pueden seguir las malas opiniones de los expertos nacionales e internacionales,
pueden reunirse para solicitar su salida ante los desastrosos resultados,
criticar e insistir en la errática y fallida acción respecto del manejo del
COVID-19. Nada, ni los muertos ni la falta de medicamentos y equipo sanitario
en los hospitales, nada socava la autoridad conferida, la unción continúa
dándose cada mañana, que digan lo que quieran, estamos complacidos con lo hasta
ahora realizado.
Mientras las críticas le
pasan de largo al poderoso señor Gatell, el científico y funcionario de la
salud, trasmuta a vocero político y con esa metamorfosis asegura complacer a
quien debe hacerlo; custodio de los datos oficiales enfrenta a los
conservadores que se atreven a intentar poner en duda los empeños de una buena
estrategia en tiempos de la transformación; la miseria de sujetos e
instituciones que, despechados por la pérdida de privilegios, tan solo quieren
atacar, ahora tienen en el subsecretario la contención que se merecen, nada de
cuestionar, todo está bajo control.
Aquí se aplanan curvas
aunque las veas con pico, se doman pandemias que no obedecen, se asignan
semáforos a contentillo, según si el criterio es contagios o ventas, turismo o
enemigos políticos. Se encierra a la población cuando hay fase dos y se saca a
la calle cuando hay fase tres. La nueva normalidad se aplica si es que el
presidente lo pide porque quiere recorrer el país sin cubrebocas, dando besos,
abrazos, saludando de mano. Aquí los funcionarios usan cubrebocas sólo cuando
el presidente no los ve.
Entonces, ¿quién controla la
pandemia? Pues López Gatell, el súper subsecretario que lo mismo regaña a los
conservadores y neoliberales por criticar al presidente, que da consejos de
economía, que tiene el mal de la “chimoltrufia”, porque hoy se contradice con
lo que dijo ayer.
Un epidemiólogo que no le ha
atinado a ninguno de sus cálculos, por más generales que han sido. Un encargado
que desdeña públicamente el uso de cubreboca, que contradice a la OMS. Que se
ha peleado con todos sus compañeros del gabinete y con los gobernadores del
país, muchos de los cuales han solicitado su renuncia. Un responsable que no lo
es, porque la culpa siempre es de otros. Enfermos imprudentes que se mueren por
gordos o ancianos.
Un funcionario que se ha
convertido en un popular meme. Un tipo cuya imagen social y cotidiana se asocia
a la burla de los errores, las mentiras, las equivocaciones. Un claro ejemplo
de lo que se hace mal.
Sería más cómico si no fuera
tan trágico. Porque cada equivocación de este señor “responsable”, ha
significado miles vidas.
Pero como el presidente no
se equivoca, entonces López Gatell seguirá al cargo, haciendo lo único que es
obvio que hace muy bien, halagar al que le es necesario hacerlo.
LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Seguiremos en defensa de los
bosques de Coatepec, porque invadirlos y ocuparlos, es agredirlos.