¡Confirmado, Héctor es el candidato de Javier!
Línea Caliente
Edgar Hernández Premio Nacional de Periodismo
¿De algo sirve?
Yanga, Ver.- Fue el miércoles…
Pasada la tarde en “Casa Veracruz” el primer priista Javier Duarte ratificó lo pactado en el sentido de ir con todo en favor de Héctor Yunes por la gubernatura de dos años.
Tres mil millones de pesos será la inversión para la federal y estatal.
El jefe del ejecutivo regresaba de vacaciones no solicitadas en donde se dio tiempo para tomar la última decisión de su mandato de cara a un poder prematuramente acabado, ya sin fuerza política ni financiera.
Lo que no previó o pretende ignorar es que el pacto Pepe-Héctor se sustenta en dos alcances: echar a andar un nuevo proyecto de gobierno a partir del 2016 y castigar a los responsables de la quiebra financiera de Veracruz.
¿Héctor le va a cumplir a Javier o a Pepe?
Yunes Landa tendrá que tomar una decisión de vida en la eventualidad de que fuera el candidato y luego el gobernador de dos años que tanto ha desdeñado.
“Esto es, o acepta e= l acuerdo de Javier Duarte de no barrer para atrás o se sigue de frente en su compromiso pactado conmigo de llevar ante la fiscalía a los autores del quebranto a las finanzas gubernamentales”, comenta José Francisco Yunes Zorrilla en charla con este reportero en Yanga, tierra libertaria.
“¡Ese es el dilema!”
Por lo pronto Duarte ya tomó la decisión final. Previamente enteró a quien de siempre quiso que fuera su sucesor Alberto Silva Ramos lo que de meses atrás se venía gestando en torno al juego sucesorio de poder en donde nomás no tenía cabida.
De meses atrás Javier le había dicho que iba a poner el mejor de sus empeños en llevarlo a la primera magistratura estatal pero que era claro que la circunstancia política tendría que imponerse.
Y así fue.
Silva al igual que Erick Lagos y Adolfo Mota tendrán que migrar al DF para refugiarse en el fuero y evitar que el peso de la ley caiga sobre ellos en momentos en que el gobierno federal está a punto de intervenir no solo en las finanzas estatales para parar el desorden, sino en meter la mano hasta el fondo en la estructura del gobierno para dar un escarmiento a quien ha hundido en desprestigio a la república.
Y es que todos los días se habla de Veracruz. La corrupción, la seguridad, el desempleo, la marginación e injusticia social son un pan cotidiano a nivel nacional e internacional.
Desdora al ya de por si cuestionado gobierno de Enrique Peña Nieto que en la suma de lo peor que ha pasado a su régimen esté Veracruz. Por ello es que antes de nueve semanas los federales penetrarán la estructura de gobi erno.
Y ello, consecuentemente, tiene aterrada a la cúpula del poder que ya no sabe cómo explicar sus desaciertos, abusos de autoridad, el saqueo, las agresiones a los periodistas y en lo político el bandear de un lado para otro con filias y fobias.
Hoy, al jugársela con todo con Héctor, el primer priista queda seriamente cuestionado.
Se va al traste toda una escalada de insultos, denostaciones, bloqueos y agresiones contra quien desde finales del alemanismo trataron de pulverizar. Yunes Landa, es ahora el candidato de Duarte, pero tuvo antes que transitar por una desmesurada embestida mediática y constante acoso político para que se retrajera.
Llega de güevos y porque el temor empezó a invadir las esferas de gobierno a quien bastaran dos que tres advertencias de Héctor para recular.
Ese, sin embargo, es el juego local.
Habrá que esperar a ver el juego de la Real Polik que habrá de darse en el Distrito Federal, en la casa presidencial, con el grupo de interés que gobierna la república.
Es donde, ahí sí, están encendidos los focos rojos de lo que debió ser la entidad con menores problemas, Veracruz, en donde está la mayor riqueza natural, la reserva energética, el granero de la nación y la más importante veta de políticos que ha dado la historia del México inde pendiente.
Veracruz queda indexado al problema político suscitado a partir de septiembre del año pasado en donde se inició una caída en vertical del régimen de Enrique Peña Nieto, salpicado por la corrupción y los desaciertos mediáticos.
Veracruz entra al interés nacional al revelarse pasajes de corrupción no vividos en tan brutal dimensión en donde se ha llegado al grado de no tener ni para pagar la quincena de sus trabajadores.
¿Dónde está el castigo para los saqueadores?
Es la pregunta que día a día se hace la federación tras observar con azoro que los responsables de la quiebra financiera de las arcas públicas siguen incrustados en el gobierno o se pasean en campañas electorales de manera muy oronda.
Allá en el DF se habla de juicio político. También de un Comisionado Financiero de la Secretaría de Hacienda que vendrá a poner orden, así como la imposición de un juego político diferente.
Los modos y las formas pues, están a punto de cambiar.
La política en Veracruz regresará a su esencia. No habrá más marcas ni etiquetas, Pepe con Videgaray; Héctor con Beltrones; Erick con Peña Nieto; Mota con Gamboa.
La política lineal, la del infantilismo, la de la impronta llegó a su fin.
Ello al igual que la escalada nociva que desde el 2004 azota a Veracruz tras el arribo de la Fidelidad al imponerse en el corto plazo un nuevo orden financiero y político y es ahí justamente donde verdaderamente se sabrá quién es quién en el terreno sucesorio.
La asidera de Héctor con Javier de poco servirá a los afanes del primero y para Duarte, si permanece en el cargo hasta el 2016, representará el riesgo de que Héctor actúe congruente con su vocación política de escarmentar a quienes saquearon a Veracruz y cumpla con el compromiso de unidad que pactó con Pepe de cambiar el proyecto y llevar a la cárcel al Duartismo.
Pepe por su parte, seguirá su camino. Al frente de la Comisión de Hacienda del Senado seguirá bajando recursos para Veracruz, recorriendo Veracruz y en espera del 2018.
Mientras en Méx ico el juego de poder reinicia luego del 7 de junio.
De entrada es previsible que el PRI entregue en bandeja de plata a EPN el Congreso nacional lo cual le permitirá la recomposición de la imagen presidencial a la par de una serie de acciones de fuerza y poder.
La primera atajar a Manlio Fabio Beltrones.
Tanto Enrique Peña Nieto como su grupo de interés saben que si el aun diputado se les cuela nadie lo podrá detener en la sucesión presidencial. Le habrá de suceder lo mismo que a Fernando Gutiérrez Barrios cuando quiso suceder a Carlos Salinas… lo sacaron de Gobernación y lo atajaron tras la muerte de Luis Donaldo Colosio.
Y la segunda, legitimar el último tercio del sexenio combatiendo lo que más ha lastimado a la c� �pula, la corrupción. Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán tienen serios problemas de seguridad, de la mano de los financieros, pero Veracruz tiene un acentuado problema de corrupción por desvío de dineros públicos al grado tal que están totalmente desquiciadas las finanzas públicas.
Es una quiebra técnica.
La Auditoría Superior de la Federación ha enviado señales diversas –que el gobierno del Estado ha ocultado- en el sentido de que se registran daños patrimoniales en lo que va del sexenio por 42 mil millones de pesos y que la PGR ya tiene 21 órdenes de aprensión contra gente de primer nivel del gobierno de Javier Duarte.
Sabedores de ello, el gobierno ha quedado en total indefensión y apanicado. A bomberazos busca tapar l os hoyos de lo que hoy es un estado fallido.
Esas y otras señales como en pasada visita de Meade y Videgaray a la Parroquia en donde sentaron a Javier con Pepe Yunes, la retracción de los recursos públicos, la obra federal parada, etc., se han estado enviando sin acuse de recibo.
Por ello y muchas cosas más algo grande, no bueno, viene a Veracruz que habrá de dar un giro de 180 grados.
Tiempo al tiempo.