CONTINUIDAD ATADA
CONTINUIDAD ATADA
“Tomad
al revolucionario más radical y sentadlo en el trono de todas las Rusias
e investidlo de poder
dictatorial (…)y, antes de un año ¡será peor que el propio zar!”
Mijail Bakunin
Se acaba el sexenio del
presidente López Obrador en medio de las conjeturas de su continuidad, más allá
del encargo formal. La lectura de lo que se muestra no es solo la continuidad
de un modelo, de unas ideas que se venden como cuarta transformación, sino que
para muchos es en realidad la continuidad del ejercicio del poder de un
personaje que ha logrado maniatar a su sucesora, y por ende, puede imaginarse
como la actualización de un esquema de control ocurrido en nuestra historia
política hace casi 100 años con el maximato.
Múltiples mensajes referencian
a un presidente distante del demócrata respetuoso que asume el fin de su
ejercicio público y da un paso al costado. Nada de eso. Declinar su
protagonismo es un camino que no piensa inaugurar. No, cuando es el único dueño
del cambio de régimen, el que ha desmontado las columnas del largo proceso de
construcción democrática que existía en nuestro país para instalar un régimen
autoritario y autocrático a su medida; en su plan no está dimitir de su égida.
Lo que se vislumbra, es la posibilidad de un asalto, de la toma de una
presidencia acotada, débil en su liderazgo y asediada por la megalomanía.
“Quien mucho se despide pocas
ganas tiene de irse” dice el refrán, y el actual presidente se ha despedido más
veces de las que la sensatez política recomendara. Sus despedidas acompañadas
de la presidenta electa parecen dejar claro que en realidad él no se irá, pues para
ello ajustó sus tuercas institucionales, políticas, incluso partidarias; “todo
atado y bien atado”.
En las despedidas, al lado del
gran timonel, una acartonada sonrisa le acompaña la que no ha dejado de ser la
corcholata ganadora, festejando los cambios que fueron requeridos y le fueron
entregados como los regalos al señor, como las “garantías” de que nada
detendrá, ni desviará la gran marcha de “la revolución de las conciencias” y con
eso el advenimiento de los nuevos tiempos. En ello se centra el ideario del “ser
superior que encarna al pueblo”, las trompetas han tocado y las murallas se han
vencido, ahora los poderes son tres pero en uno.
“Equilibrando principios con
eficiencia”, o sea, al costo que sea, se alcanzaron los arreglos legales e
institucionales requeridos. Los pactos y acomodos políticos por ruines y
degradantes que sean, deben “valorarse” en su importancia patriótica e
histórica porque además, ellos favorecen una continuidad que se basa en el
linaje y para ello su instrumento político partidario también debía ofrecer
certezas, como en cualquier monarquía, por eso se encomendó al príncipe
heredero, con el respaldo de los nuevos nobles, a las nuevas familias señoriales
que hoy por hoy constituyen los núcleos duros del poder de los que no son iguales.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
Parece que también continuará negar la realidad como
base del manual de los otros datos.
X: @mquim1962