CREAR CIUDADES COMPACTAS PARA HACERLAS MÁS CAMINABLES
CREAR CIUDADES COMPACTAS PARA HACERLAS MÁS CAMINABLES
· Las personas están dispuestas a transitar
y usar la bicicleta para viajes de 10 a 20 minutos, aseguró Manuel Suárez
Lastra
· La huella de carbono anual, por persona,
es de 5.9 toneladas; vivir sin coche puede reducirla a 3.6 toneladas, según la
Organización de las Naciones Unidas
Ciudad Universitaria, CDMX, 30
diciembre 2024.- Caminar y andar en bicicleta son las alternativas de
transporte más sostenible que tenemos, pero para optar por ellas debemos
desarrollar ciudades más amables, más compactas, afirmó el investigador del
Instituto de Geografía de la UNAM, Manuel Suárez Lastra.
“No se trata de que tu trabajo
te quede a dos cuadras, pero sí que las actividades cotidianas como ir al
supermercado, salir a comer o a comprar lo básico te impliquen distancias
caminables”, indicó el experto en estructura urbana y transporte, y director
general de Divulgación de la Ciencia en la Universidad Nacional.
Señaló que, de acuerdo con
diversas investigaciones, la mayoría de las personas apoyan estas opciones,
pero están dispuestas a desplazarse solo de 10 a 20 minutos, lo equivalente a
ocho cuadras u 800 metros. Lo mismo sucede con la bicicleta, la disposición a
usarla es de 15 a 20 minutos, que corresponden a aproximadamente tres
kilómetros.
“Si decides subirte a la
bicicleta debe haber infraestructura para que te sientas seguro, además de que
no te la vayan a robar, un lugar donde la puedas estacionar, etcétera”, indicó
al ser entrevistado sobre el transporte sostenible.
El experto de la UNAM expuso
que en urbes como la Ciudad de México es común encontrar que las colonias de
alcaldías centrales -y las más antiguas y compactas- tengan usos de suelo
mixto, con edificios de tres a cinco pisos de viviendas que en la parte baja
cuentan con comercios y oficinas. Esta situación logra acortar distancias,
destacó.
Sin embargo, estas
catalogaciones se han ido perdiendo y en la medida en que se avanza hacia la
periferia de la ciudad disminuyen, hasta encontrar fraccionamientos cerrados,
constituidos por casas rodeadas por una barda y en las que se necesita salir en
auto para llegar a la tienda más cercana.
“Lo que hay que hacer es
condicionar que el desarrollo urbano tenga esas características, que se
construyan verdaderas ciudades. Si un desarrollador va a levantar un edificio
nuevo, plantearle que puede tener permiso para construir un nivel más, por
ejemplo, pero el nivel de abajo será de comercio o servicios”, añadió el
experto de la UNAM.
Algunas de estas acciones deben
ser implementadas por el gobierno y a los ciudadanos corresponde, en la medida
de lo posible, elegir realizar sus traslados caminando, en bicicleta, o en
transporte público. “Esto disminuye la huella de carbono de las personas”,
subrayó el especialista.
De acuerdo con la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) es de 5.9 toneladas por persona, y vivir sin coche
puede reducirla hasta en 3.6 toneladas.
Transporte y contaminación
La importancia de caminar e
impulsar el uso de las bicicletas para trasladarnos puede tener efectos
positivos en la mitigación de la contaminación del aire, pues una gran
proporción de esta se genera por el transporte. Cerca de 90 por ciento del
combustible que se usa en vehículos terrestres proviene de combustibles
fósiles, refirió Suárez Lastra.
La ONU señala que el sector
del transporte es el causante de aproximadamente una cuarta parte de todas las
emisiones de gases de efecto invernadero, acotó.
“Es fundamental para la vida
de los seres humanos, sin este no podríamos hacer nuestras actividades
cotidianas, ir a trabajar, a la escuela; no podríamos tener comercio, viajar,
tener relaciones con otros países. Es indispensable para nuestra vida y no
podemos pensar solo en reducir qué tanto nos movemos, nos tenemos que
transportar. El problema no es que nos movamos, sino cómo lo hacemos”, reiteró
el universitario.
Para trasladarnos a través de
las fronteras, el aéreo es vital -ya sea de carga o personas-, pero es
demasiado contaminante. “Si yo hago un viaje a Europa duplicó mi huella de
carbón de un año, con un solo viaje”, argumentó Suárez Lastra.
Además, la velocidad es
crucial para que siga funcionando el mundo, pues mientras un avión requiere una
decena de horas entre Europa y México, el marino -que contamina menos- tarda
semanas.
A nivel regional, propuso, se
pueden utilizar los trenes que son más eficientes que los autobuses y el
automóvil, y que se han fomentado en Europa. Lamentablemente, en nuestro país y
en otras naciones los viajes regionales se llevan a cabo en aviones, autobuses
y automóviles.
En el ámbito local, en las
ciudades, en las que se genera un gran porcentaje de la contaminación, hay tres
alternativas: los más eficientes son los públicos como el Metro; luego están
los masivos como el Metrobús y el tren ligero; y posteriormente los de mediana
o pequeña capacidad como los microbuses.
Cualquiera es más eficiente
que el automóvil que tiene un motor de combustión trabajando para trasladar a
una sola persona. Si compartiéramos los autos y le metiéramos cinco personas a
cada uno sería más eficaz. “Con la misma energía que nos trasladamos un
kilómetro caminando, en bicicleta nos podemos trasladar tres”, puntualizó.
Estos transportes sostenibles,
continuó, son ideales en urbes estructuradas para que los viajes sean cortos.
En el caso de la Ciudad de México las distancias de desplazamiento son de 8 a
10 kilómetros aproximadamente.
Naciones Unidas también revela
que cambiar un vehículo tradicional por uno eléctrico puede reducir la huella
de carbono en una media de dos toneladas al año. Sin embargo, el experto de la
UNAM apuntó que se debe considerar que aún con los autos híbridos y eléctricos
sigue habiendo combustión, pues la energía eléctrica que requieren se produce
en algún lugar y lo más probable es que sea de combustibles fósiles.
FUENTE: UNAM