Crisis en la crisis
Crisis en la crisis
Pedro
Peñaloza
“Los pastores serán brutales mientras las ovejas
sean estúpidas”.
Fray Luis de León
Detengámonos un poco para hacer un corte de caja
del estado que guarda el país y sus actores. Lo que es inocultable y medible es
que nuestra compleja realidad está exhibiendo, con meridiana claridad, los
múltiples límites de una clase política dominante que no ofrece certidumbre a
los dominados. Los reflejos que muestran desde Palacio Nacional son
paquidérmicos y torpes. Sus acciones se diluyen en la espesa bruma de lo
intrascendente y, conste que el presidente López Obrador ha reiterado desde el
primer día de su mandato que él encabeza “un cambio de régimen y no sólo de
gobierno”. ¡Caramba! Su aspiración es atractiva, sin embargo, los pasos
concretos que ha dado en estos dos años muestran la reproducción de inercias y
la puesta en marcha de políticas públicas improvisadas y carentes de
rigurosidad científica.
En realidad, lo que se observa es la tendencia,
cada día más burda, de fortalecer un presidencialismo asfixiante. Es decir, la
inagotable sed del titular del ejecutivo federal para apoderarse de todas las
instancias públicas y desaparecer a aquellas que no puede controlar. Por lo
que, sus discursos tienden a edificar una moral binaria, donde él concentra lo
bueno, lo estoico y, sobre todo, lo heroico e incorruptible. Los que están
fuera de este oasis sintetizan la maldad, el pasado perverso y enemigo del
“pueblo”, sin precisar quiénes están incluidos en dicha volátil categoría. ¿Incluye
a su elitista comité asesor, donde están los dueños del dinero? Quienes se
carcajean de los saldos económicos de la pandemia.
En estos territorios monopolizados por el
“patriotismo” de un solo hombre y de nadie más, los desastres en el manejo de
la pandemia, la economía, la llamada seguridad pública, las violencias contra
las mujeres, la intocable concentración del ingreso, entre otras asignaturas
pendientes, se observa que el cambio proclamado por la autollamada “4ª.
Transformación” fue simplemente una quimera.
Ahora, frente a las campañas electorales se devela
la metástasis de un sistema hegemónico que no ofrece caminos distintos a los ya
anteriormente transitados. La singular oposición anuncia poner un dique a los
abusos y despropósitos del tabasqueño. La interrogante es si podrán hacerlo y
si su oferta es un nuevo andamiaje o es simplemente una careta electoral más.
Por lo pronto, la crisis del trinomio pandemia-economía-inseguridad pueblan al
país sin que el grupo en el poder tome iniciativas trascendentes. Y, el partido
del presidente riñe en su agencia de colocaciones. No más. En efecto, vivimos
una crisis, en una crisis acumulada y ya vetusta.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:
@pedro_penaloz