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¿CUÁNDO HABLAR DE MI CÁNCER?

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¿CUÁNDO HABLAR DE MI CÁNCER?

Dalia Elena Gutiérrez Gutiérrez                  

Agencia Reforma

Monterrey, NL 31 marzo 2024.- Tras semanas de especulaciones sobre su salud, Catalina Middleton, la Princesa de Gales, reveló hace unos días que tiene cáncer.

 

 En un video, la mujer de 42 años y madre de tres niños pequeños no dio más detalles de la enfermedad, y pidió privacidad.

 

 La noticia ha dado pie a diversas reflexiones, entre ellas el derecho que tiene una persona con cáncer a decidir cómo y a quiénes compartir el diagnóstico. Y de qué sirve compartirlo.

 

 «El respeto al paciente, a cómo lo quiera comunicar, cuándo lo quiere comunicar y a quién lo quiere comunicar, es importante», señala Leticia Jaime, psicooncóloga y presidenta de la asociación Aira «Unidos frente al cáncer».

 

 No existe una respuesta única ni una fórmula a seguir, pues cada situación es distinta, pero existen recomendaciones tanto para quienes comparten la noticia como quienes la reciben, siempre buscando que quien atraviesa por la enfermedad pueda hacerlo acompañado.

 

 Este momento, a fin de cuentas, no tiene por qué ser un viaje en solitario.

 

EL PESO DEL ESTIGMA

 Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, lo primero que llega es el impacto de la noticia.

 

 «Por la naturaleza de la información transmitida equivale a un shock postraumático, a trauma, a estrés», apunta Jaime.

 

 «La mayoría de los pacientes menciona que, cuando recibieron el diagnóstico, se sentían sobrepasados, en shock o no podían pensar».

 

 Uno de los principales pensamientos que surgen es: «¿Qué va a pasar con mi familia?».

 

 En consulta, sobre todo madres de hijos pequeños, la psicooncóloga Isabel Centeno observa esa gran preocupación: «¿Qué les digo?», «¿se los digo?», «¿cómo se los digo?», son preguntas que usualmente escucha.

 

 De la misma manera, los pacientes se cuestionan si deben decirle a sus padres, a su pareja, a sus amigos, a sus compañeros del trabajo.

 

 Lo que más hace dudar de comunicarlo es el estigma de que el cáncer es sinónimo de muerte y temen que los demás los vean con lástima o que los traten diferente: preguntarles todo el tiempo sobre el tema, hablar de otros casos, a veces fatales.

 

 «Es una enfermedad que puede llegar a ser muy grave y a tener un diagnóstico terminal, pero no necesariamente siempre», apunta la psicooncóloga Jaime.

 

 Todavía existe un miedo muy grande a hablar sobre el cáncer, destacan las especialistas, como si fuera muy atípico, así como ese tipo de desinformación relacionada a que esta enfermedad afecta primordialmente a mujeres.

 

 Pero en realidad es un padecimiento con una incidencia a la alza y que cada vez afecta a población más joven, hombres y mujeres, por lo que es importante traerlo más a la conversación.

 

 «El cáncer está cada vez más en casa», dice Jaime. «¿Por qué lo seguimos viendo desde una perspectiva tan lejana?».

 

RED DE APOYO

 Cada quien elige con quién compartir el diagnóstico, algo que permitirá construir una red de apoyo durante el proceso.

 

 «Hay personas que son muy reservadas y eso es súper respetable, pero también es importante que tengas a tu lado a personas de acompañamiento de confianza, que te puedan ayudar», dice la psicooncóloga Jaime.

 

 Esta red de apoyo se puede construir con familia, amigos, compañeros de trabajo, sociedad civil y grupos de apoyo.

 

 Lo importante es que sea con personas a quienes se les tenga confianza y que se considere que pueden apoyar, sobre todo si sobrevienen cambios de ánimo abruptos.

 

 Y no hay prisa: puede esperar a que la persona se sienta lista para hacerlo.

 

 «Tienes que estar preparada y te puede llevar un tiempo», dice Centeno, psicooncóloga del Centro de Cáncer de Mama del Hospital Zambrano Hellion.

 

 «Si necesitas primero asimilarlo tú y luego poder decirlo, está bien».

 

 En consulta, Centeno acompaña a las pacientes para analizar cada situación y así buscar la mejor manera de abordarlo.

 

 Las especialistas recalcan a los pacientes que ellos tienen el derecho de compartir la cantidad de información que deseen, según la situación. Y es posible que habrá casos en donde sea mejor no comunicarlo.

 

¿Y LOS NIÑOS?

 Las dudas que comúnmente surgen en madres que atraviesan un diagnóstico de cáncer es: «¿Debo decirlo a los hijos?».

 

 Suelen pensar que están muy pequeños y no lo entenderán o será demasiado difícil.

 

 La recomendación general es informarlos de maneras formas que puedan comprenderlo, sin alarmar, pero con la verdad.

 

 «Tratar de darles la mayor información, que les dé tranquilidad y que abra el conducto de la comunicación», indica Centeno.

 

 «Más que la información per se, es mantener ese conducto de confianza que tú haces con los hijos, que siempre sepan que les estás diciendo la verdad».

 

 Es importante hacerlo porque, aunque se trate de ocultar la enfermedad, será inevitable que los niños observen cambios y la falta de información puede llevarlos a imaginar situaciones aún más catastróficas que la mera realidad.

 

 Pueden comenzar explicando que se está atravesando una enfermedad, que se está atendiendo y se buscará sanar, e ir agregando información con el tiempo.

 

 Así, sin duda es importante responder preguntas, aunque en ocasiones la respuesta sea un «No sé». Y es válido.

 

¿QUÉ HACER?

 Tú eliges a quién decirle de tu padecimiento.

 

 – Pregúntate en primera instancia: «¿Cómo me siento?».

 – Crea una red de apoyo con familiares y amigos.

 – Habla de lo que sientes (si lo requieres, busca un grupo de apoyo).

 – Mantén tu vida familiar, social y laboral lo más normal como sea posible.

 – No dejes de acudir al médico.

 – Acude con un especialista en caso de problemas emocionales.

 

 

Y CÓMO APOYAR

 ¿Qué pueden hacer quienes reciben la noticia de que un ser querido tiene cáncer?

 

 – Escuchar.

 – No dar consejos ni decir frases como «Échale ganas».

 – Pregunta: «¿Qué necesitas?». «¿Cómo te puedo ayudar?».

 – Da espacio, no abrumes con atenciones (ni anécdotas fatales)

 – Ofrece favores concretos como llevar alimento o recoger a los niños de la escuela.

 – Hazte presente.