¡CUANDO NO TRABAJAN…ES POR LA MAÑANA!
EL
FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
¡CUANDO NO TRABAJAN…ES POR LA MAÑANA!
Por Ramón
Durón Ruíz (†)
Hoy, en
el mes del niño, me permito parafrasear a la escritora Melisaa
Sher: “Los niños nos enseñan mucho de lo que realmente somos,
a su corta edad son los mejores maestros, ellos nos enseñan miles de cosas
entre otras:
1.- A
ser nosotros mismo, no una copia –a veces mala– de otros. Ser genuinos,
sensibles y estar dispuesto a expresar y sacar los sentimientos, aún los
vulnerables, sin miedo ¿Al qué dirán?
2.- A
soñar creativamente, intuitivamente saben que nos conecta con nuestro
maestro interior. Los sueños pueden crear la realidad, porque es evidente que
todas las cosas reales comienzan con pensamientos y sueños. Los niños tienen
el maravilloso talante de no limitar la capacidad de soñar.
3.-A
vivir el HOY a plenitud. Los niños pueden
concentrarse en cualquier cosa que está ocurriendo en su vida en ese momento.
Son espontáneos. HOY deje de estar obsesionado por el perfeccionismo y el orden
y dé oportunidad a la flexibilidad en su vida.
4.-A
no tener miedo a los errores o el fracaso. El fracaso es sólo una
palabra inventada por el hombre para limitar sus potencialidades, no tiene más
poder del que tú mismo le des. Los niños están puestos a
correr riesgos porque saben por intuición que los riesgos son la mejor manera
de aprender y crecer.
5.- Los
niños aceptan el mundo como es. Fluyen con la vida, no resisten, porque
saben que terminan atrayéndolo. Los niños disfrutan la vida,
con su sana alegría, risas y sonrisas son las personas más felices. Usted
no tiene que ser necesariamente tan ordenado, rígido, serio, tan adulto”.1
Cristo
dijo: ‘Dejad a los niños venir a mí’ y cuando lleguen a ti…
despertarán tu Divinidad Interior”
Hoy date
permiso de gozar el milagro de la vida, de acariciar, de que brote y se
desarrolle amorosamente el niño que vive dentro de usted, dispóngase a gozar la
inmensa policromía de la vida en toda su majestuosidad.
Cuando
despunta el alba, al mirarte al espejo, centra tu mirada en tus ojos, que son
la puerta del alma, y DATE PERMISO DE amar, de halagar al niño que
llevas en tu interior, hazlo crecer con tus mimos, con tus cariños.
La magia
llegara a ti –“En la vida no hay magia, hay magos y los magos no necesitan
trucos”– te sorprenderás con el brillo que llegará a tus ojos, a tu alma, a tu
corporalidad, a tu vida, te maravillarás con los resultados.
Se
llenará lo más íntimo de tu ser de una extraordinaria alegría, redescubrirás el
suave encantamiento de la vida, con todo el potencial que vibra dentro de
tu ser.
Es
maravilloso gozar el prodigio del nuevo día, más cuando reconoces que tienes en
tu espíritu el niño de tu vida, el de tu infancia, ése que te
acompaña en las duras y en las maduras.
Detrás de
una personalidad llena de la hiperseriedad de adulto, a veces de viejo, se
esconde el brillo, la alegría, el poder, la fuerza y el amor del niño que
vive en tu interior, cuando seas capaz de reconocerlo y amarlo, se renovará
espectacularmente tu energía vital.
Tu niño interior
confía en la vida, se da permiso de amar a
plenitud, sonríe, goza de una alegría permanente, rechaza la violencia, vive el
milagro del HOY intensamente, perdona siempre, ama más, odia menos, para él, el
más modesto alimento es el platillo más suculento, no conoce el protocolo,
tiene muy arraigado el don de dar, dar amor, dar una sonrisa, dar alegría, su
vida se pasa dando.
Acariciando
su niño interior, el campesino de Güémez se la pasa dando una
pizca de buen sentido del humor.
A su
tierna edad el niño filosofito trabajaba en el Congreso
lavando carros, cierto día llega un hombre y le pregunta:
––
¿Disculpa muchacho por la tarde no trabajan?
–– No
–responde el filosofito– Por la tarde no vienen, ¡Cuando no trabajan…
ES POR LA MAÑANA!
1 http://informe21.com/felicidad/18-cosas-que-deberiamos-aprender-de-los-ninos-para-ser-mas-felices
TWITTER:@filosofoguemez