Cuic… ¡Confirmen por favor!
Cuic… ¡Confirmen por favor!
Por Salvador
Muñoz
Desde
hace muchos años, en cada proceso electoral, surge por allí un candidato sui
generis que da lugar a la polémica, a la discusión, a desgarrarse las
vestiduras en nombre de la política. Aunque cada ocasión parece nueva, tengo la
sospecha de que el PRI fue pionero en estos eventos con personajes singulares.
Imagino la cara de los políticos cuando se
enteraron que el PRI llevaría a Irma Serrano como candidata a diputada. No
hablo de los ciudadanos, que seguro estaban emocionados de ver a La Tigresa
compitiendo en la política… si había salido airosa junto con el Santo de su
enfrentamiento con los zombies, cuantimás lo haría con los políticos… ¿pero
entre los políticos ver a una cantante, vedette, escritora, actriz, cubierta en
el velo de haber sido amante de un gobernador veracruzano y de un presidente de
la República?
Algo debió tener Irma Serrano que después el PRD la tomó como candidata al
Senado…
El Partido Encuentro Solidario en algunos puntos del país está apostando a ex
jugadores de balompié para disputar cargos de elección popular. Ahí están el
Bofo Bautista, Jorge Campos, El Abuelo Cruz, entre otros.
La reacción del respetable de las redes sociales es de menosprecio a estas
propuestas. Se entiende, pero no se comparte. La figura del Atleta o Deportista
es mal vista por una idea de que hay sana distancia entre músculo y materia
gris. Lo mismo ocurre con los personajes de la farándula, como saber que Kiko
(Carlos Villagrán) va por la candidatura a la Gubernatura de Querétaro por un
partido local: ¡No les simpatiza! Me entero que Redes Sociales Progresistas postulará
a alguien de los Ángeles Azules: Amo su inocencia… amo sus errores…
Al final, tenemos partidos que apuestan más por la pasión del ciudadano que por
la razón del ciudadano, sea a través de estrellas de la farándula o deporte, o
revolviendo las vísceras del electorado, como fue el llamado efecto AMLO, con
las consabidas consecuencias y políticos que llegaron bajo este esquema
pasional.
Por eso,
quizás por eso, puede ser que hoy, lleven a tu, mi, nuestro Gobernador
(legalmente así es) a la escala de esta pregunta que Marietto Ponce hace en
tuiter: “¿El gobernador más pendejo en la historia del país será Cuitláhuac?
Confirmen por favor”.
Lo preocupante no es el adjetivo con el que califica al mandatario estatal
veracruzano, motivado por la corta, muy cortita respuesta que dio con respecto
al fenómeno del Covid y la Cepa Nueva detectada en Inglaterra: “Nosotros no
tenemos ningún aeropuerto que reciba pasaje de Inglaterra, no tendríamos por
qué tener esa preocupación contra esa cepa”.
Tampoco por las reacciones que lo ponen al nivel del Gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, seguidos por Luis Miguel, no el Sol, sino el Eclipse Barbosa Huerta, el mandatario de Puebla, así como la gobernadora Claudia Sheinbaum, de la Ciudad de México.
Este fenómeno social, el de calificar como “Pendejo” a la autoridad, tampoco es nuevo. Denostar a quien ejercita el Poder es como una especie de deporte nacional: el alcalde es un pendejo, el diputado es un pendejo, el Gobernador es un pendejo, el presidente es un pendejo… ¡todos son unos pendejos, menos los ciudadanos!
Desde hace años, referirse a las autoridades en tonos injuriosos, no era más que una especie de desahogo por ver al Sistema en el Poder en un estatus y verse uno en otro, sin que hubiera visos de un cambio.
Decirle “Pendejo” al Poder, fuera entre dientes, mascullando, o a los cuatro vientos, era un desfogue… el asunto es que hoy, llamar al Gobernador de Veracruz “Pendejo”, no se trata del escape de una frustración social, sino algo que podría ser más terrible: una realidad.
Tranquilos seguidores de la Cuatro T o en su defecto, admiradores de Cuic… no todo es negativo… independientemente del adjetivo que en tuiter endilgan a Cuitláhuac, lo cierto es que además de ser un xalapeño que ya pasó a los anales de la historia política como el primer gobernador de izquierda en Veracruz, en una de ésas, Marietto Ponce ya le hizo el favor de ponerlo como el gobernador más pendejo en la historia del país… ¡Confirmen por favor