CUITLÁHUAC: 90 % DESLEALTAD Y 10% INEXPERIENCIA, ¿VERDAD, CLAUDIA?
CUITLÁHUAC: 90 % DESLEALTAD Y 10% INEXPERIENCIA, ¿VERDAD, CLAUDIA?
Por
Edgar Hernández*
¡Será
melón, será sandía!
Acaso
desapercibido el cambio de corcholata por un corcholato entre la chairiza que le
vale madre por quién aplaudir o por quién votar, no así para la opinión pública
y los partidos de oposición que observan, tras la visita de Adán, lo sencillo
que resulta a los morenos bajarse los calzones y darlas sin que se las pidan.
Y es
que si los morenos están dispuestos a votar por dinero y poder ¿Por qué no lo
podrían hacer por otro candidato o partido que les prometa beneficios iguales o
mayores?
Máxime
en momentos en que la república observa el decantamiento de la 4T y el
precipitado desgaste de López Obrador en el ocaso de su mandato. Pareciera que
el legendario septuagenario está dando palos de ahogado.
La
más cercana manifestación de deslealtad y manifestarse “con el ganador hasta
que pierda”, la dio el pasado jueves Cuitláhuac García.
No sacó
el cobre, sólo mostró de qué está hecho.
Luego
de dos años de arrastrarse por la Sheinbaum y la comadre de ésta, Rocío Nahle,
de pronto arría banderas, cambia de señal y se entrega a Adán, dueño del
Paraíso Terrenal.
“¡Te queremos Adán Augusto!”, fueron las emotivas
palabras que pronunció el gobernador del estado en su discurso de bienvenida al
secretario de gobernación, en su primera parada, como parte de una gira por
todo el país.
Sin
escatimar lisonjas y olvidando los tumultuosos actos en favor de la ya no tan
favorita del presidente, toda la propaganda millonaria en favor de su
candidatura, el Cui dijo a don Adán, luego de mandar al carajo a la caída
corcholata:
«Para
nosotros, para Veracruz es un gran gusto, un orgullo que nos visite quien tiene
a cargo la gobernabilidad del país, nuestro querido amigo Adán”.
Quedaba
para el olvido aquella “¡Querida Claudia!” de Cuitláhuac, a quien en su última
visita a Veracruz el pasado noviembre, desde Tuxpan a donde le llevó 9 mil
aplaudidores, le expresó: “Amiga, para nosotros es un orgullo que nos visite;
su presencia es una fiesta para la democracia. ¡Estamos con usted!”.
Pero,
de pronto, todo cambio. Claudia ya no cargaría los peregrinos y el amor de
Cuitláhuac por “#Es Claudia” no lo sería más.
Fue
tan abierto el descaro del gobernador en favor de Adán que AMLO seguramente
diría: “imagínense primero está con una y luego con el otro… es de que así no,
¡No!”.
Muy
seguramente el veracruzano recibió la orden de Palacio Nacional y no
precisamente del Peje que andaba de elevadorista de Biden y Trudeau de apoyar
al corcholato en el inicio de su gira por toda la república, pero como buen
cirujano chairo en lugar de usar bisturí, el Cuícaras utilizó un hacha.
Simplemente
se le tiró al piso.
Lo
hizo desde que lo llevó a “La Parroquia” de Veracruz, antes del acto oficial
del WTC de Boca, en donde no lo dejaba ni respirar; se le embarraba y no cesaban
los hinchas chairos de gritar “¡Presidente, Presidente!”.
Vaya
hasta se la perdonó a su archienemigo Sergio Gutiérrez Luna, quien ya no fue
hostilizado ni corrido de la gira. Es más, ya le vieron hasta espolones para la
gubernatura.
¿Y
la Nahle?, le preguntaron.
Solo
guardó silencio.
Creo
que se enteró que es de Zacatecas, que es corrupta, mentirosa y que Dos Bocas,
fue un fracaso, creo.
El
punto es que fue muy señalada la desmesura de quien el pasado jueves lo dedicó
a la pachanga partidista olvidando su chamba de gobernador.
Fue
tanto el respaldo al tabasqueño, que el propio López Obrador tuvo que regresar
a Adán Augusto López de su gira, y convocar a todos los gobernadores de Morena
del país, para una reunión de emergencia.
En
la propia oficina del Secretario, en Bucareli, el líder de Morena, Mario
Delgado exigió a los gobernadores a respetar el “piso parejo” para todos los
aspirantes sin preferenciar a alguno en lo particular.
La
fotografía del acto hecha pública por “La Jornada”, en donde se ve devastado
Adán López es muy ilustrativa, al igual que la actitud de “¡Yo no fui!” de
Cuitláhuac que se refugió en la faldas de Sheinbaum y no se le despegó en todo
el encuentro.
Así
lo muestra en la fotografía oficial (anexa).
“¡Simpatizo
con uno de los aspirantes!” -(¿Uno de los aspirantes o una?-, declararía más
tarde a la prensa este amigo tan poco hábil para hilar fino.
Su
ambigüedad, de nuevo nos dejaría confundidos.
Hoy
la pregunta obligada es ¿Así como recibió a Adán recibirá a Ebrard o a su
archienemigo Monreal?
Poco
se puede confiar en el mandatario quien no sabe distinguir entre la gimnasia y
la magnesia.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo