CUITLÁHUAC, ¡EL ATAÚD DE UN PORRO!
CUITLÁHUAC, ¡EL ATAÚD DE UN PORRO!
Por
Edgar Hernández*
En los
estertores de su gobierno, Cuitláhuac García muestra, una vez más, su vocación
de porro.
Eso es
lo que le gusta, es lo que le sale mejor.
A
estas alturas no hay de duda que el mitote es lo suyo al igual que la
proclividad a la transa, a la venganza y un señalado desprecio al respeto de
las leyes, típico del ignorante, del fanático.
Así lo
confirma su presencia en las puertas de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la ciudad de México, acompañado de una parte de la burocracia
llevada a huevo a un evento donde la parte estelar la llevó su Secretario de
Gobierno, Eric Cisneros, quien ¡Vaya ridículo! apareció desfilando con un ataúd
sobre el lomo simbolizando el presunto funeral de la Ministra Presidenta, Norma
Piña.
De
pena ajena observar la gritería de los “ofendidos” encabezados por el
gobernador, del cual la propia dirigencia nacional de Morena, encabezada por
Mario Delgado, se deslindó mientras el Peje simplemente volteó la cara sin
acusar recibo.
Ignorando
la viga en el propio, el gobernador de más de ocho millones de veracruzanos,
condena la paja en el ojo ajeno.
Censura
el actuar jurídico y legal de la titular del Poder Judicial de la República
cuando a lo largo de su sexenio ha mostrado laxitud y permisividad a la
corrupción en el Poder Judicial estatal.
Exige
respeto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando en Veracruz el
Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura han sido objeto de
un saqueo millonario -500 millones en el último año-, así como la imposición de
titulares a conveniencia política.
Exige
a la ministra Presidenta Norma Piña desde su tribuna callejera, con ese
cantadito de voz sublime en sus devaneos de cantina, “no ofender más al pueblo
de México”, ignorando que en Veracruz es mayor la ofensa por los desvíos
millonarios vía subejercicios, corruptelas, alianzas con el crimen organizado,
feminicidios y cárcel para sus enemigos.
No
mide la ofensa a los ministros al llevar sus fotografías sobre ataúdes de
manera grosera, olvidando el respeto a uno de los tres poderes federales que
dan vida a la democracia de nuestra república.
Y como
corolario de su plantón a un lado del Zócalo capitalino, hasta donde llevaron
templete, sonido, playeras con propaganda ofensiva, ataúdes, banderolas y
porristas, se dio el lujo de arremeter contra los periodistas que acudieron a
cubrir la nota golpeándolos y echándolos del lugar.
¡Bonita
chingadera!
La
autollamada “Concentración por la Defensa de la Soberanía del Pueblo y en
contra de la Corrupción que invade a la Suprema Corte de Justicia de la Nación”
no fue más que la acción gansteril de un gobernador que a lo largo de su
sexenio más se ha ocupado en atender los caprichos políticos y financieros de
su patrón que en gobernar.
Su
vergonzoso acto público ofende, aparte de un poder federal, al pueblo
veracruzano.
Las
crónicas periodísticas reseñan que el gobernador acusó a los ministros Norma
Piña, Mario Pardo Rebolledo, Margarita Ríos Farjat, Luis González Carrancá,
Alfredo Ortiz Mena, Alberto Pérez Dayán y Luis Aguilar Morales de “no querer
terminar con una etapa de políticas neoliberales”.
En
realidad, difícil que un lerdo entienda el significado de las leyes, menos del
significado histórico de las causas neoliberales, liberales y conservadoras o
que de los ministros fustigados por Cuitláhuac, al menos tres de ellos fueron
recomendados por el presidente López Obrador.
Hace
público un documento plagado de fallas ortográficas y de redacción que carece
de sustento jurídico y precisión legal, sin importarle más allá que la palmadita
en la espalda de quienes lo empinan desde Palacio Nacional.
Ese es
el tamaño de su desdén, igual que el de su ignorancia.
Voces
críticas a nivel nacional y la opinión pública veracruzana coinciden en que la
acción de ayer Cuitláhuac -quedabien del Peje desde que animaba los mítines de
campaña en el 2018 vestido de “El Payaso Cuícaras”- es la típica de un “porro”
en abierto intento de “intimidación”.
“Es
una oscura expresión del autoritarismo mexicano de hoy”, expresó Ciro Murayama,
exconsejero del INE.
Un
gobernador porro, protestando y cargando ataúdes “¿Qué falta? ¿Qué los
gobernadores morenos tomen universidades y hagan huelgas de hambre en los
estados donde gobiernan?”, señala.
Sin
embargo, al mandatario de poca monta, no le importa.
Le
vale que ocho de cada diez veracruzanos lo reprueban mes con mes considerándolo
el peor gobernador en la historia.
A él
le interesa su patrón y su bolsillo.
Sabe
que el tiempo se le acaba y que le urge un fuero federal para salir corriendo
el primero de diciembre del año próximo cuando se suceda la alternancia
Ese es
el origen de su bipolaridad en la que un día habla de su retiro, el otro
-cuando le entra el miedo- que irá a dirigir a Morena a nivel nacional, el
siguiente cuando alude unas tierritas que posee en Banderilla que tiene que
chapear… y la pesadilla recurrente que no lo deja dormir, pasar el resto de sus
días en la cárcel.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo