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CUITLÁHUAC PIDE PERDÓN DE RODILLAS

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CUITLÁHUAC PIDE PERDÓN DE RODILLAS

 

@LineaCaliente

Por Edgar Hernández*

 

Esta es una historia real contada por un empresario veracruzano quien semanas vivió una experiencia inédita al acercársele el exgobernador Cuitláhuac García Jiménez para pedirle perdón de rodillas.

Una historia que relata la humillación del peor gobernante que ha tenido la historia de Veracruz al verse culpable y sin nada.

La historia de un desempleado, abandonado por sus amigos, repudiado por sus aliados, olvidado por sus seguidores y aliados a quien tanto ayudó, al igual que su propia familia que le dio la espalda a pesar de darle a manos llenas poder y dinero.

Es la historia de una persona de excesos que de la noche a la mañana se quedó sin nada.

La de un “arrepentido” de sus arrogancias, prepotencia y señalada venganza contra sus enemigos, la de aquel que creyó que congratulado con el “cacas” pensaba que la tenía hecha, que su futuro estaba garantizado y que, aunque era bien sabido que un bueno para nada el sistema lo acogería como un bueno para todo.

La historia, su historia, tras la asunción del nuevo régimen no sería así.

Luego de barajear su nombre para que supuestamente ocupara una cartera de primer nivel en el gabinete de Sheinbaum como director de CFE o secretario de Educación Pública, embajador en Cuba o cualquier paraestatal de primer nivel, la realidad se le echó encima.

El propio sistema moreno lo devoró.

La misma candidata presidencial, luego presidenta electa en repetidas ocasiones hizo pública su simpatía por el afamado danzarín de salsa adelantando su inclusión en su equipo de trabajo.

El atarantado no se dio cuenta de que se la estaban guardando.

Había que esperar a que transcurriera el 2 de junio, luego la asunción de la presidenta de México, dar paso libre a la victoria de la local Roció Nahle y hacerle sentir que él y sus equiperos, familia incluida, mantendrían sus espacios de poder.

El Cuícaras feliz paseando por antros y fondas en donde a los cuatro vientos gritaba su promisoria carrera.

No percibía que estaban listas las carpetas de investigación que revelaban sus raterías, sus atropellos con colectivos, la lista de enemigos políticos que en número aproximado de mil 200 tenía en la cárcel, los millonarios gastos familiares y lo más grave, el estado de abandono y pobreza en que tenía a Veracruz.

Llegó la toma de posesión de Sheinbaum y nada. Se sucedió la de Nahle y nada. Vino una visita relámpago de la presidenta en donde volvió a encender la luz y por fin se decidió.

Antes se mostró a la mandamás el desastre por él provocado, su incapacidad para desempeñar cargo alguno, el lío en que podría meter al gobierno federal por su ineptitud, la falta de preparación y torpeza y el desprestigio mismo que provocaría al nuevo régimen.

“¡Es un pendejo!”, le insistieron a quien toma las decisiones a lo que respondió que tenían toda la razón… “¡Pero es nuestro pendejo y hay que ponerlo bajo la alfombra!”.

Y como ese “pendejo” es ingeniero químico, que nada tiene que ver con temas del gas natural, pero se parece, es que lo nombran director del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), organismo descentralizado sectorizado a la Secretaría de Energía (Sener).

La mandataria federal justificó que García es ingeniero sin aclarar que es químico “y tiene muchos conocimientos sobre electricidad y energía”, sin ahondar sobre la responsabilidad que representa el manejo y tráfico de gas natural.

El chiste era, a final de cuentas, darle chamba en una oficina menor, una alterna, la más lejana a la Secretaría de Energía.

Ahí la titular es Luz Elena González Escobar quien lleva como subsecretarios a Juan José Vidal Amaro, Jorge Marcial Islas y José Antonio Rojas, uno de ellos fuertemente ligado al empresariado veracruzano atropellado por Cuitláhuac.

Se le dio paso libre al rarito exgobernante no sin antes advertirle que su función era decorativa y que una vez pasada la cresta del arranque sexenal sería desplazado si no se disculpaba con los afectados por su régimen, uno en lo particular era su “sobrino”.

Así, más rápido que aprisa se apersonó con ese “sobrino” para pedirle perdón… de rodillas.

Ante tal humillación propia el sorprendido empresario lo atajó diciéndole que tuviera un poco de dignidad al tiempo que le pidió se levantara y siguiera su camino.

Tiempo al tiempo. 

 

*Premio Nacional de Periodismo