CULTURA DE PREVENCIÓN
Rafael Rojas Colorado
El hombre siempre anhelará la libertad
Hace veinte años feneció el siglo XX y la luz del tercer milenio comenzó a brillar, vislumbramos un nuevo horizonte, nuevas oportunidades de progreso, proyectos, planes, ideas, sentimientos y hasta lágrimas de emoción. Pero al poco tiempo fueron apareciendo las primeras sombras, primero se acrecentó la inseguridad, surgieron conflictos sociales, políticos y problemas económicos a los que se les fueron sumando los fenómenos naturales, la población solo ha sobrevivido ante estas adversas circunstancias que la aquejan en el diario vivir. Aunque el siglo XXI todavía es joven, no se ha presentado como se esperaba, sino pleno de muchos conflictos que complican el desarrollo social en general.
Por si esto fuera poco el año 2020 inicia con una pandemia que afecta al mundo, puesto que el corona virus es una bacteria sumamente contagiosa que provoca la muerte si no se detecta a tiempo. Cierto es que todos estamos preocupados y buscamos la manera de contribuir para que este mal sea erradicado y el planeta sea sanado por completo.
Tenemos la experiencia de lo que están viviendo países del primer mundo y no deseamos experimentar esas circunstancias. Por esta razón nos sumamos a la cultura de prevención; estamos atentos a las recomendaciones que emiten las autoridades correspondientes; por ejemplo, respetar la cuarentena, guardar distancia entre las personas con las que nos relacionamos, medidas de higiene entre otras cosas más; porque somos solidarios y deseamos que este problema se resuelva lo más pronto posible en beneficio de toda la población.
Lo hacemos con espíritu cooperativo y con plena conciencia de apoyo, sin que estas urgentes medidas que se están tomando sean autoritarias, ni tampoco que nos priven, cuando esto se resuelva, de las garantías que gozamos como ciudadanos y mucho menos de la libertad que tanto trabajo nos ha costado conquistar desde el grito de Dolores.
En otros países están aplicando medidas extremas contra algunos ciudadanos, que no corresponden en nada para aniquilar al maligno virus, puesto que no existe un enfermo por primitiva que sea su racionalidad que desee contagiar a otra persona. Lo mejor es auxiliar al enfermo y acercarle los medios necesarios para su pronta recuperación. Esperamos que en nuestro país no suceda lo mismo y la aplicación sea verdaderamente solo para combatir esta terrible amenaza.
Cultivemos la cultura de prevención y sumaremos esfuerzos para eliminar la propagación del virus, y los ciudadanos pronto vuelvan a experimentar la sensación de la libertad a la que se tiene derecho. rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx
