CULTURA, FUENTE GENEROSA DE INGRESOS
CULTURA, FUENTE GENEROSA DE INGRESOS
· El patrimonio inmaterial juega un papel
estratégico en la generación de ingresos para numerosas familias y para nuestra
nación: Cristina Amescua Chávez
Ciudad Universitaria, CDMX, 30
diciembre 2024.- El patrimonio cultural inmaterial (PCI) se ha vuelto, sobre
todo en tiempos de crisis exacerbada y desigualdad creciente, uno de los
ámbitos con los que la gente cuenta para tener un ingreso, afirmó la
investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM)
de la UNAM, Cristina Amescua Chávez.
Ese concepto, precisó la
también directora de la Cátedra UNESCO de investigación sobre PCI y diversidad
cultural con sede en esa entidad universitaria, hace referencia a todo aquello
importante para la identidad y sentido de pertenencia de las personas, como un
elemento cohesionador o para dar cuenta de la trascendencia de un grupo social
en la historia.
“El patrimonio vivo o
inmaterial es esa porción de la cultura que nos hace identificarnos entre
nosotros, que construimos día a día de forma colectiva, que nos heredaron las
generaciones pasadas y nosotros legaremos a las futuras”, añadió en entrevista.
Y es que la cultura tiene una
aportación importante a la economía. De acuerdo con la Cuenta Satélite de la
Cultura en México (CSCM, 2022) del INEGI, tan sólo en ese año el sector
contribuyó con 815 mil 902 millones de pesos al producto interno bruto (PIB)
nacional; es decir, 2.9 por ciento del total.
Además, en ese lapso las
actividades relacionadas con ese ámbito generaron un millón 494 mil 745 puestos
de trabajo; o sea, 3.6 por ciento del total nacional.
Riqueza nacional
Se trata de prácticas y
saberes que están en constante transformación. México, recordó Amescua Chávez,
es uno de los países más ricos en ese campo, entre otras razones por su diversidad
étnica y de ecosistemas que generan respuestas diferentes de los grupos humanos
que los habitan.
De acuerdo con la experta,
ante el desempleo, falta de oportunidades o a empleos precarios, numerosas
familias mexicanas obtienen recursos gracias a sus prácticas culturales.
En términos de gastronomía, la
riqueza incluye platillos, saberes, creencias y prácticas que relacionan a las
comunidades con su medio ambiente, con las plantas que crecen a su alrededor,
la manera y el tiempo en el que se cultivan y cosechan, así como con la
preparación de los alimentos, conocimiento que se transmite de generación en
generación.
El patrimonio inmaterial
también abarca fiestas patronales y carnavales, así como celebraciones, por
ejemplo, las conmemoraciones cívicas de hechos históricos acontecidos durante
la Independencia y la Revolución mexicana.
A ello se suman rituales que
todavía subsisten: petición de lluvias; bendición de la semilla para la buena
cosecha; purificación de mantos de agua; además de danzas que se bailan desde
hace siglos, refirió.
Sin embargo, el papel de esa
herencia en la economía es difícil de estimar porque no se cuenta todavía con
indicadores precisos. Existe una especie de prejuicio en torno a que la
economía es “perversa” y “contamina” otros espacios, mientras que la cultura
debe ser un ámbito “puro”. Por eso existe resistencia a vincularlas, cuando en
realidad la cultura tiene una dimensión económica innegable.
Detalles de la CSCM
Un gran avance para medirla es
la creación de la CSCM, la cual permite calcular, en términos estadísticos, el
valor económico de la cultura en el PIB y el empleo, resaltó Amescua Chávez.
Un equipo de investigación del
CRIM (conformado por Juan Carlos Domínguez, Edith Pérez Flores y Carolina
Buenrostro) solicitó un acompañamiento técnico con colegas del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (Manuel Pérez Tapia, Carlos Andrés Pelestor
Franco y Miroslava Martínez González) para discutir qué datos de la Cuenta
Satélite servirían para calcular la contribución del patrimonio inmaterial a la
economía en México.
Entre otros resultados
encontraron que el patrimonio cultural inmaterial generó 61 mil millones de
pesos del PIB, en tanto las artesanías representaron 19.3 por ciento de este.
A pesar de que todas son
elaboradas con técnicas tradicionales, no todas pueden ser clasificadas como
patrimonio inmaterial porque algunas de sus características estéticas y
utilitarias radican en su naturaleza material, por lo que se consideraron
únicamente las artesanías que se elaboran con un propósito distinto a la
comercialización; significaron aproximadamente 18 mil millones de pesos. En
tanto, los carnavales y fiestas tradicionales tienen un porcentaje de
contribución de 18.4 por ciento, agregó la antropóloga social.
La aportación de la
gastronomía es complicada de evaluar, entre otras razones porque la información
disponible proviene de establecimientos que venden comida y es difícil
desagregar cuál es comercial y cuál tiene un componente de transmisión
intergeneracional, identitaria, etcétera, aclaró la experta.
No obstante, se encontró que
el rubro de alimentos y dulces típicos, referido a productos específicos (como
panes de fiesta) y no a sistemas completos como podría ser la “gastronomía
poblana”, representó 51.1 por ciento del total de la contribución económica del
patrimonio inmaterial. Es decir, cinco de cada 10 pesos que aporta al PIB
cultural.
“Aunque la Cuenta Satélite y
los instrumentos estadísticos no están diseñados para captar la diversidad de
esa herencia, es posible apreciar que la gastronomía es, sin duda, uno de los
puntos más fuertes que tiene México en este sentido”, subrayó Cristina Amescua.
FUENTE: UNAM