Dante, el indigno
EN CORTO… SIN CORTES
José Ortiz Medina
Tras varias semanas jugando al “policía japonés”, Movimiento Ciudadano decidió integrarse a la coalición “Por Veracruz al frente” para los comicios locales de este año.
Durante todo el último mes de 2017, el partido propiedad de Dante Delgado Rannauro se hizo el “rejego”, y no definía si iría solo o en alianza a la elección de gobernador y diputados locales en la entidad.
Finalmente, la noche de este miércoles, Movimiento Ciudadano suscribió la coalición que se registró ante el OPLE. Y parece que, como la “aventurera”, vendió bastante caro su amor: le tocará encabezar cinco candidaturas a diputaciones locales y cinco federales.
Nada mal para que Dante se anime, aunque sea de facto, a levantarle la mano al hijo de su carcelero. «Ya no hay moral», diría extinto periodista veracruzano.
Lázaro Medina rifó tres autos y monederos electrónicos
Lázaro Medina, aún dirigente de la sección 32 del SNTE, como el bíblico personaje, se quiere levantar y andar. Sabe que se le acaba la fuerza al interior de esa organización, pues ya hay algunos tiradores a sucederlo en el período que está pronto a fenecer. Uno de esos suspirantes es Guadalupe Velázquez, quien ya fue líder de esa facción sindical y trata de volver por sus fueros. A “Guadachupe” se le recuerda precisamente por ser aficionado a las bebidas espirituosas y por haber sido un pésimo alcalde de Poza Rica, ahí donde exhibía las horrendas esculturas de su hija, adefesios que fueron pagados a precio de oro. Una de esas patrañas cristalizadas en yeso y mármol se llamó “Tabú”, pero los pozarricenses la bautizaron como la “Teibolera”, tremenda porquería de ¿arte? que con justicia luego fue retirada por el entonces presidente municipal Pablo Anaya.
Pero volviendo a Lázaro (“levántate y anda”), se quiso congraciar con los profesores y personal administrativo al rifar en diciembre pasado tres autos, y no precisamente de formal prisión, sino de esos que tienen llantas y sirven para transportarse. Lázaro también sorteó monederos electrónicos de Chedraui, para que toda la familia magisterial esté de acuerdo.
Ya se verá si Lázaro Medina y su grupo logran cohesionar a su gente, con el apoyo de Juanito Callejas Roldán (¡qué tipo tan gris!, por cierto) o si les comen otros el mandado. Ya se verá.
Gonzalo Guízar, yunista y pejista
Con justa razón Elena Poniatowska cuestionó a nivel nacional el desatino de Andrés Manuel López Obrador de aliarse con el mini partido Encuentro Social, que lejos de sumar a la causa pejista, resta y mucho. El PES es un instituto político que aPESta, por sus orígenes poco claros y truculentos.
Pues ya ven que en la aldea local, el dirigente estatal del PES y diputado federal, Gonzalo Guízar Valladares, no es precisamente un ejemplo de excelente imagen. Gonzalo es un saltimbanqui, una especie de grillo jarocho que brinca de un partido a otro, sin el menor rubor o escrúpulo. Militó en el nada honorable PRI, luego saltó al PAN gracias a su amistad con Miguel Ángel Yunes Linares, amistad que Gonzalo nunca ha negado. Habrá que ver qué opina de eso AMLO, quien no puede ver a Miyuli ni en pintura. Por cierto, a Gonzalo le mataron a un hermano, crimen que no ha sido esclarecido. Misteriosamente el oriundo de Coatzacoalcos no ha exigido desde hace meses que se haga justicia en torno a ese homicidio. ¿Será que no quiere molestar al Fiscal Yunista?
En Córdoba se cometen asaltos mientras alcaldesa panista desayuna con policías
Donde tampoco empezaron bien las cosas con la nueva administración municipal es en Córdoba.
Resulta que a la presidenta municipal panista, Leticia López Landero, se le ocurrió invitar a desayunar a los 31 policías municipales con que cuenta la “Ciudad de los 30 Caballeros”, dejando a Córdoba sin seguridad alguna en esos momentos.
Y como si alguien les hubiera avisado (¿o será que así fue exactamente?), los delincuentes hicieron de las suyas. Dos empleados de una tienda de ropa fueron víctimas de un violento asalto ¡sobre la misma avenida en la que se encuentra el hotel donde se celebraba el desayuno!
Dicen que cuando la enteraron del delito, cometido prácticamente en sus narices, a la alcaldesa casi se le atoran las enchiladas suizas que muy felizmente engullía.