De qué mueren los que se mueren
Mirando al azar las redes en este día inhábil aunque no inhabilitado, encuentro unas curiosidades que le agradezco a Arturo Ángel, buen reportero del buen periódico digital animalpolítico.com, quien se puso a investigar sobre las causas más extrañas de muerte que le suceden a los mexicanos, y dio con un estudio realizado por el INEGI que, si me permiten la por hoy desocupada lectoral y el ocioso lector, iré detallando a continuación.
Lo primero es que en cinco años (2009 a 2013) murieron en nuestro país 2 millones 973,338 personas, es decir que cada año dejan este mundo, en números prorrateados y redondos, 594,667 mexicanos y medio (lo que me pone a pensar -cosas de la aritmética- cómo es posible que muera media persona, ¿o será que más bien se medio muere una persona completa?).
Pero lo interesante es que las actas de defunción realizadas por médicos autorizados arrojan varias muertes inexplicables, aunque todas son causas reconocidas en los protocolos de la ONU.
Por ejemplo, hay seis casos de personas que murieron en un “accidente provocado por viajar en una nave espacial”. Jaime Maussan debe estar feliz -si se puede aplicar el término en tal caso- con este reconocimiento en papeles oficiales -lástima que sean actas de defunción- de la existencia de los OVNI.
Pero vean otras maneras extrañas de morir que han tenido algunos paisanos: partidos por un rayo murieron 439 personas, aunque lo insólito es que a 39 de ellas les cayó mientras estaban adentro de su casa.
De morirse, la gente se muere más de cáncer, de infartos o de enfermedades respiratorias, y sigue siendo preocupante la enorme cantidad de personas asesinadas: 120 mil en esos cuatro años, así como la de quienes perdieron la vida en accidentes de tránsito: casi 50 mil.
Pero luego hay dormilones que fallecieron porque se cayeron de la cama, cifra que alcanza los 192 casos, para la gente que se siente segura cuando llega a su hogar. Vaya, ahí mismo hasta hubo tres personas que perdieron la vida a causa de la podadora de pasto.
Y oigan esto: 604 personas murieron por caerse de una carreta. Y no es que fueran en una de ellas y las atropellara un vehículo. No: murieron simplemente porque se desbarrancaron. El dato pone a dudar a aquellos que dicen que andando la carreta se acomodan las calabazas… habría que agregar: “y se caen las gentes”.
Los animales también son mortales. Hay decenas de personas que murieron por mordeduras de perros o por piquetes o mordeduras de animales ponzoñosos, sobre todo alacranes y víboras. Y en esos cuatro años, tres mexicanos murieron comidos por un cocodrilo (bueno, por tres cocodrilos) y seis más fallecieron “aplastados por un reptil”, que yo imagino fue porque les cayó, no sé cómo, un lagarto encima.
Bueno, ésas son las causas y las cifras de cinco años pasados, pero en esta época de elecciones inminentes tendríamos que anotar a los que se están muriendo por saber quién será el bueno por el PRI para la gubernatura de dos años, si Pepe o Beto…
Y ésos son millones.
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