DEMOCRACIA ES Y DELIBERACIÓN TÓXICA
DEMOCRACIA ES Y DELIBERACIÓN TÓXICA
Por Uriel Flores Aguayo
Hace
mucho tiempo, tal vez unos cuarenta años, luego reciclada eventualmente, se
promovió una exitosa campaña publicitaria que giraba en torno a la frase
«amor es». A partir de ella se completaba con un sin fin de
expresiones: amor es esto, amor es aquello, etc.. Fue un fenómeno sobre todo
entre la niñez y la juventud. Se le podía ver grabada en todo tipo de objetos.
Sus méritos radicaban en su sencillez y era tal su fuerza que fue popular por
mucho tiempo. Para valorar este tipo de fenómenos hay que pensar en que no
existían el internet y, mucho menos, las redes sociales. Pensando en ese bonito
antecedente se me ocurre que podríamos construir una campaña similar pero
relacionada con la democracia. Nos hace mucha falta. Partamos de qué hay un
déficit de cultura democrática en México, viéndola en su sentido amplio, más
allá de lo electoral. Con y sin alternancias nuestra vida democrática sigue
siendo de baja calidad. Si pudiéramos tener una campaña como la indicada,
ayudaríamos a centralizar un mensaje indispensable para la comprensión y el
diálogo en democracia. Podríamos decir, escribir e ilustrar frases como «democracia
es»: tolerancia, diálogo, convivencia, mayorías, minorías, elecciones
libres, expresión sin ataduras, división de poderes, libertad de organización,
etc.. Colocadas en playeras, gorras, bolsas, libretas, exhibidores, autobuses,
harían central el mensaje y generarían la participación ciudadana en la
deliberación pública sobre el valor e indispensable cultivo de la democracia.
Me parece que el INE podría ser el gran convocante a la sociedad, instituciones
y agrupaciones de todo tipo. La democracia es asunto colectivo y no concluye
con el sufragio.
De
pronto, si se toma en serio, el debate entre quienes apoyan o rechazan al
Presidente López Obrador, adquiere niveles tóxicos. Es una especie de deporte,
por su intensidad, que deriva en lo intrascendente, el ruido, lo hueco y en un
círculo vicioso. Es demasiada energía puesta al servicio de la destrucción
virtual. Por ahora está localizada en las redes sociales y aparece por
ahí, ya en la realidad, de vez en cuando y todavía sin fuerza. Nadie puede
garantizar que no evolucione a manifestaciones concretas en breve tiempo,
especialmente en las próximas elecciones. Es una deliberación tóxica y de bajo
nivel. Obviamente niega el diálogo y cualquier tipo de acuerdo. Hablo de los
pro o anti AMLO. De esa curiosa especie de fanáticos donde hay de todo, los de
verdad y los falsos. Los críticos o simpatizantes serios están aparte y creo
son mayoría. El problema es que gana espacios la estridencia, el ataque y la
descalificación. Nos jala a los polos e inhibe la reflexión y las
coincidencias. Cada vez es más difícil ubicarse en medio. Para los extremos somos
traidores o tibios. Estás con ellos o en contra de ellos en una reedición del
pensamiento totalitario. Si no los sigues te cuestionan legitimidad; su mundo
es bicolor, de buenos y malos. De caricatura la descalificación de los bandos:
golpistas contra comunistas. En la historia hemos registrado ese tipo de
comportamientos y coyunturas: Estalinismo, Nazismo, Priismo, Castrismo, etc..
Mucho daño al desarrollo de la democracia y de sociedades libres les ha hecho
ese tipo de conductas sectarias que giran en torno a símbolos básicos, casi
primitivos, líderes fuertes y oposiciones restauradoras.
Creo
que el modelo de Gobierno de AMLO tiene muchas cualidades pero entraña también
varios riesgos. Bien la separación de los poderes políticos y económicos, bien la
reducción de privilegios de las élites, bien la ampliación de programas
sociales, bien la austeridad y la cercanía con la gente; mal el culto a la
personalidad, mal el mayoriteo legislativo, mal las descalificaciones desde el
poder, mal el menosprecio a los movimientos feministas y mucho peor la
implementación de proyectos no sustentados suficientemente. Pero tiene un
mandato amplio y lo debe cumplir. Las oposiciones insisten en las frivolidades.
Mientras no hagan su profunda autocrítica estarán en precarias condiciones para
decirle a México que merecen su voto. Las diferencias entre AMLO y sus colegas
en los Estados y municipios es abismal. Si Morena sobrevive en las elecciones
del año 2021 como fuerza relevante será más por la debilidad de sus opositores;
sobre todo en los ámbitos locales donde en general no ha podido acreditar ser
diferentes y mejores. Tan absurdo pueden ser las caravanas que piden la
renuncia de AMLO como los vivas y aplausos como argumento de apoyo al
Presidente.
Recadito:
pesada loza para Morena y AMLO la ubicación de algunos de sus gobernadores.