DERECHA E IZQUIERDA
DERECHA E IZQUIERDA
Uriel
Flores Aguayo
Casa vez
dice menos referirse a las izquierdas o las derechas en México y en el mundo.
Políticamente ambas posturas se han corrido al centro. Ideológicamente se
mantienen algunas líneas en matiz sobre todo en ciertas libertades y ciertos
derechos. Pero nada más.
Solo en
visiones mesiánicas se cree en refundaciones o caricaturas de revoluciones. Las
confrontaciones y debates de hoy tienen que ver con la democracia versus
autoritarismo. Esto significa la vigencia o no del pluralismo, el Estado de
Derecho, elecciones libres, órganos autónomos, respeto a los derechos humanos,
garantías constitucionales, justicia, seguridad civil, visiones de Estado,
transparencia, rendición de cuentas, etc..
Esas
características y condiciones no tienen que ver con posiciones de izquierda o
derecha. Es territorio democrático y piso común para la pacífica competencia y
convivencia social. Es casi deprimente que haya quienes consideren de izquierda
a las dictaduras cubanas y nicaragüense.
Es
nostalgia ingenua o de auto engaño. Peor todavía que existan quienes vean a
Putín, sanguinario gobernante ruso, como progresista. Hay muchas confusiones en
el ambiente. Por provenir de la transición democrática, al menos de la
insurgencia electoral del 88, hay quienes creen que AMLO es de izquierda. Lo
dudo.
Sin
reforma fiscal, con programas clientelares, violación de las reglas
democráticas y la militarización no se puede hablar de un gobierno de
izquierda, ni siquiera de centro. Es claro que respeta en general al Mercado,
que su política económica se ciñe a las condiciones del capitalismo, aunque
comete muchos errores y actúa por capricho y ocurrencia.
Contrastes
como ese, en niveles macro, lo podemos ver en China con su capitalismo de
Estado al que llama socialismo. Aquí, se apega al capitalismo, incluso de
cuates, pero aspiran al monopolio político. De la dictadura perfecta y las
alternancias quieren imponer la dictadura imperfecta.
En ese
sentido las nociones de izquierda o derecha dicen poco o nada y únicamente
pueden servir para la confusión y el engaño. Para no pensar y no dar
explicaciones la clase política en el poder actual se inventa un discurso hueco
y de consignas cuya esencia es el mensaje de no pensar, ser masa anónima (pueblo
le dicen) y repetir mecánicamente los lemas del poder. Será un proceso lento e
imaginativo rescatar los recorridos de lo mejor de lo que fueron las
ideologías, actualizarlas con el mundo actual y convertirlas en ideas claras y
convincentes. Hemos aprendido que el poder iguala a los diversos, su ejercicio
tradicional los desnuda y vuelve tan parecidos a los de siempre. Da igual su
color partidario y que se digan de izquierda o derecha.
Debo
anotar que la derecha casi siempre ha sido vergonzante, no se define y asume
como tal; acude a eufemismos, a diferencia de la mayoría de países donde serlo
es hasta motivo de orgullo. De los que llegaron al poder desde posturas de
izquierda, sobre todo a nivel local, hay que decir que resultaron superficiales
y chambistas.
En muchos
casos son simuladores y farsantes. Son tan corruptos, clientelares y
corporativos como el viejo PRI. Son idénticos o peores a los operadores del
viejo régimen. No pasan de adorar a un caudillo y recitar consignas sin sentido.
Pronto estarán aterrados ante la posibilidad de perder sus privilegios y harán
lo que sea para conservar el poder. Son más parecidos a Fidel Velázquez y Díaz
Ordaz que a Madero y Heberto Castillo.
Recadito: se nos viene la primavera mexicana.