DESAPARECER AL INE “INOPORTUNO E IMPROCEDENTE”, BERLÍN VALENZUELA
DESAPARECER AL INE “INOPORTUNO E IMPROCEDENTE”, BERLÍN VALENZUELA
Por Edgar Hernández*
En
la víspera de la “Marcha por la Democracia” en 28 ciudades del país en defensa
del Instituto Nacional Electoral, INE, consideramos oportuno destacar el
análisis del doctor Francisco Berlín Valenzuela, Padre del Derecho Electoral y
Legislativo, quien advierte el grave retroceso que está por sufrir nuestra
democracia.
Mañana
continuaremos con el seriado entregado previamente a “Línea Caliente” por el
propio Berlín Valenzuela.
Texto íntegro:
“¿Qué es el Instituto Nacional Electoral?
Para quien ha pasado gran parte de su
vida académica en el campo de los estudios del derecho electoral, es oportuno,
expresar algunos comentarios y reflexiones sobre la iniciativa de reforma
electoral, enviada por el Presidente de la República, Andrés Manuel López
obrador, al Congreso de la Unión, para su discusión y aprobación, en su caso.
Desde luego, es patente que el asunto se
ha polarizado, al establecerse dos posiciones:
Primera.- La de aquellos que la apoyan y
Segunda.- La de quienes la rechazan por
considerarla inoportuna e inadecuada, al implicar un retroceso a las conquistas
democráticas logradas por el pueblo de México a lo largo de su accidentada
historia.
Es mi propósito, en este breve análisis,
proporcionar algunos razonamientos y argumentos, más allá de intereses políticos
coyunturales, a los diversos partidos, asociaciones y público en general, que
les haga entendible el significado y alcances de una institución tan
importante.
Desde el punto de vista de la doctrina
del derecho electoral, se considera que constituye una parte trascendental del
proceso electoral, el capítulo referente a los organismos electorales, ya que
son los encargados de la organización de las elecciones y constituyen un
elemento vital para la credibilidad de su realización.
Al respecto, los interesados en estos
temas, se han venido preguntando ¿Quién debe organizar los comicios?, si ¿Debe
el gobierno ser constituido o encargarse a organismos autónomos e
independientes, que sean una garantía de imparcialidad y credibilidad?
Las respuestas a estas interrogantes,
han sido una preocupación de los estudiosos de la ciencia política, la
sociología política y el derecho electoral, las cuales podemos encauzar en dos
direcciones:
1) La de quienes sostienen que si el
gobierno no hace las elecciones, no hay quien las haga, por los complejos
problemas que entraña, su preparación, desarrollo y su enorme gasto y,
2) La de aquellos que piensan que deben
ser realizadas por personas y organismos ajenos al gobierno y a los intereses
políticos concretos que sus funcionarios suelen representar.
La orientación que algunas naciones han
venido dando a este problema electoral, está directamente conectado con su grado
de desarrollo social, avance democrático o retroceso político, que da lugar a
prácticas electorales viciadas o a la creación de instituciones más
perfeccionadas.
Decidir, por tanto, quién debe organizar
las elecciones o resolver los conflictos e irregularidades que se presentan en
ellas, es una cuestión derivada del sistema político general que caracteriza a
un pueblo, así como de la correlación de fuerzas que intervienen en las luchas
por el poder y el apego y respeto al estado de derecho y a los derechos humanos
en general.
Independientemente que hayan existido,
sobre todo en el siglo pasado, algunos estados partidarios de que sus gobiernos
intervinieran en los procesos electorales.
La tendencia general, hoy en día, es que
en un régimen, verdaderamente democrático, deben ser organismos especiales
codificados en leyes con una práctica aceptada, para hacer prevalecer las
garantías de imparcialidad, que los procesos electorales exigen, con
organizaciones administrativas y judiciales, que estén libres de toda sospecha.
Esta última orientación se ha venido
fortaleciendo en la medida en que numerosos países han revisados sus leyes
electorales y creado organismos para la preparación, vigilancia y desarrollo de
las elecciones, incluyendo los encargados de aplicar una avanzada justicia
electoral.
En mis estudios de derecho electoral,
realizados desde el año de 1979, con la finalidad de contribuir a orientar el
rumbo que los cuestionados procesos electorales tenían en esa época, propuse en
mis libros, que la autoridad administrativa debía estar facultada por las leyes
constitucionales y electorales para realizar actos relacionados con los lugares
de votación, los electores, con los candidatos y en general con el desarrollo y
vigilancia de los procesos comiciales.
Para la realización de los mencionados
actos, debían ser creados varios organismos, los clasifiqué como:
a) El organismo rector de las elecciones
b) Los encargados de la elaboración del
censo o padrón electoral
c) Las comisiones o juntas electorales
nacionales y regionales, encargadas de delimitar las circunscripciones y
secciones en que es dividido cada estado, así como realizar los comicios en sus
áreas
d) Las mesas o casillas electorales que
presiden la votación, efectúan el escrutinio que les corresponde y vigilan la
buena marcha de los comicios dentro de cada sección.
De los diversos organismos enlistados
anteriormente, me referiré solamente en este análisis, al que denominé
organismo rector de las elecciones, el cual en nuestro país ha recibido la denominación
de Instituto Federal Electoral (IFE), anteriormente ahora conocido con el
nombre de Instituto Nacional Electoral (INE).
Desde un punto de vista general, podemos
definir al Instituto Nacional Electoral de México como el organismo encargado
de realizar los procesos electorales en forma libre, equitativa y confiable,
para garantizar el ejercicio de los derechos electorales de los ciudadanos.
Su regulación normativa está hecha en la
Constitución General de la República y en las leyes secundarias y demás
disposiciones reglamentarias.
En su artículo 41, apartado “A”, la Constitución
expresa que:
El instituto Nacional Electoral es un
organismo público autónomo dotado de personalidad jurídica y patrimonios
propios, en cuya integración participan el poder legislativo de la unión, los
partidos políticos nacionales y los ciudadanos, en los términos que ordene la
ley.
En el ejercicio de esta función estatal,
la certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y
objetividad serán principios rectores.
Para garantizar su autonomía e
independencia, el Constituyente Permanente expresamente manifestó “el Instituto
Nacional Electoral será autoridad en la materia, independiente en sus
decisiones y funcionamiento, y profesional en su desempeño. Contará asimismo en
su estructura, con órganos de dirección, ejecutivos, técnicos y de vigilancia.
El Consejo General será su órgano
superior de dirección y se integrará por un Consejero Presidente y diez
Consejeros Electorales, y concurrirán, con voz pero sin voto, los Consejeros
del Poder Legislativo, los representantes de los partidos políticos y un
secretario ejecutivo.
La ley -sigue diciendo- determinará las
reglas para la organización y funcionamiento de los órganos, las relaciones de
mando entre éstos, así como la relación con los organismos públicos locales…”
Después de estas breves reflexiones
sobre la importancia que los organismos rectores tienen en el proceso
electoral, debemos de considerar que el debate que suscitado entre el gobierno
de la república y numerosos sectores de la sociedad mexicana, acerca de
posibles cambios a la estructura del INE, es de gran importancia y
trascendencia para el presente y futuro de la nación.
Por tanto, siendo imparciales, se
observa que los cambios propuestos en la iniciativa del ejecutivo son
inoportunos e improcedentes, porque acabarán conduciendo a la nación, a un
grave retroceso en las conquistas democráticas que el pueblo de México ha
logrado después de largas décadas del sistema de partido dominante y hegemónico.
En esta ocasión, nos hemos referido a
las reacciones que tales propuestas han provocado en numerosos sectores de la
sociedad mexicana, unificando su criterio, para marchar juntos en una gran
manifestación de apoyo al INE que se proponen realizar el día de mañana domingo,
para decirle al mundo entero que los mexicanos quieren vivir en el país libre y
democrático, en el que se respeta el estado de derecho.
Francisco
Berlín Valenzuela: Doctor en Derecho, autor de Libros de Derecho Electoral y
Parlamentario; ex Secretario General de Gobierno en Veracruz; exdirector fundador
de El Colegio de Veracruz; exdiputado Federal, y exdirector fundador de la Casa
de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
*Premio Nacional de Periodismo