DESAPARICIONES
DESAPARICIONES
“Busca en el agua y en los matorrales
(¿Y por qué es que se desaparecen?)
Porque no todos somos iguales
(¿Y cuándo vuelve el desaparecido?)
Cada vez que lo trae el pensamiento
(¿Cómo se le habla al desaparecido?)
Con la emoción apretando por dentro”
Desapariciones. Rubén Blades
Por Martín Quitano Martínez
Tenemos una condición de
dolor en nuestro país que dista mucho de los imaginarios de felicidad que
oficialmente se reconocen y que sin pizca de autocrítica se presentan. La
crudeza de nuestra situación se muestra día a día en hechos y datos que se van
conociendo mucho más allá de medios o redes, ya que la cercanía de la desgracia
se observa tocando las puertas de todos.
Hace unos días acaba de
pasar la fecha establecida para conmemorar contra la violencia hacia la mujer. Independientemente
de la “buena voluntad” de algunos eventos desde los espacios institucionales, los
actos mostrados hacen patente la ausencia o ineficacia de una estrategia que arroje
impactos positivos y sin embargo hay acciones que se identifican como
efectivamente negativas.
O cómo podríamos llamar a la
evidente lejanía hacia los reclamos que nuevamente se hicieron sentir el 25 de
noviembre pasado de parte de ese conjunto de personas que con razón se indignan
contra el abandono institucional que se demuestra frente a los registros y
estadísticas oficiales respecto de la violencia de género, en los que los
feminicidios se incrementan y las agresiones y violaciones continúan sin dique
alguno.
Cómo alejarse de las
condiciones que se viven en nuestro país y observar sin horror la “normalización”
que representa el incremento en las desapariciones. Crímenes que se ostentan como incontenibles, registran
un dato de terror: en lo que va del 2022, las desapariciones alcanzan a 16 644
personas, de las que 8,447 siguen sin ser localizadas (68.17% hombres y 31.76%
mujeres). Con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), en los últimos
cuatro años hay 37 mil desapariciones. Solo en 2021 se cerró con 8,820 personas
desaparecidas que aún se desconoce su paradero, cifra prácticamente igualada en
este año. Las entidades con mayor número de personas desaparecidas son CDMX con
1,213 casos, EDOMEX con 907, Veracruz con 556, Nuevo León con 474 y Zacatecas
con 403.
En una entrevista para el
Universal, (04/12/2022), el activista Michael Chamberlin plantea que “Una de
las principales recomendaciones del Comité de Naciones Unidas sobre
Desapariciones es generar un plan nacional de prevención” y por otra parte
comenta que se ha normalizado la violencia de las desapariciones ya que, “ya
nadie se espanta de que haya 26 desaparecidos diarios. Esta cifra es
escalofriante y muy desesperanzadora”.
Según Chamberlin, el perfil
de las desapariciones se ha ido moviendo, ya que si en el pasado inmediato
existía una proporción mayor de hombres que de mujeres entre 18 y 35 años,
“Esta proporción ha ido disminuyendo con
el tiempo y ha ido en aumento. En este sexenio han crecido las desapariciones
de mujeres y de niños. Estamos en 25% o 30% de mujeres y niños desaparecidos.
Esto es verdaderamente espantoso”.
Ciertamente que el fenómeno
de la violencia en nuestro país es complejo, difícil de enfrentar y encontrar
positivos resultados inmediatos. La interrogante es ¿cómo se está procesando el
problema?, porque los datos nos enfrentan a cuestionar si se están aplicando estrategias
que permitan frenar y disminuir los hechos, porque más allá de los discursos complacientes,
debe haber una real preocupación de las instituciones y de quienes las
encabezan, para que se atienda este flagelo.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Se superan a sí mismos. La solicitud de declarar a Messi
persona non grata, oportunista y banal, ¿no tienen ningún otro asunto más
importante?