¡Despierte, señor gobernador!
¡Despierte, señor gobernador!
Por Edgar Hernández*
¡Francisco Berlín corre el maquillaje de un gobierno fallido!
Pudiera decirse que el
gobernador Cuitláhuac García Jiménez, da pena ajena, pero no.
Es
demasiada la mofa, imparable la burla, insostenible que los veracruzanos seamos
hazmerreír de la república por culpa de un ocurrente que escupe imbecilidades.
Inaceptable
que quien nos representa avergüence a todo un pueblo día tras día, declaración
tras declaración.
De
si grave que a lo largo de casi 26 meses de gobierno haya sido colocado por las
empresas demoscópicas más importantes del país, como uno de los peores
gobernadores de la república como para encima tenerlo como el tonto útil del
Peje, representando a más de ocho millones de veracruzanos.
Difícil, de verdad difícil,
sentirse representado por Cuitláhuac.
Los
veracruzanos no jugamos a la política, la ejercemos. Nos gusta el chiste y el
albur, sin embargo para el ejercicio del poder, somos serios. Somos formales. Nos
gusta representar a nuestro pueblo con dignidad, sin cantinflear y, por
supuesto que nos gusta el rollo y el abuso de la retórica, pero cuando se trata
cumplir, cumplimos.
Más
si son intereses supremos como lo es la salud de nuestras familias, el respeto
al empleo, el cumplimiento de la obra pública, el compromiso educativo, así
como garantizar la seguridad pública.
No
nos gusta, de hecho nunca nos gustó, del México postrevolucionario para acá,
esa descarada y ominosa supeditación al centro, al mandato presidencial.
Veracruz
hace mucho había dejado de ser una oficina más de Palacio Nacional.
Como
estado libre y soberano siempre se guardó institucional prudencia y sana distancia,
no como ahora en donde invocar al Peje, es como arrodillarse ante Dios y escuchar a su discípulo, el
gobernador, es como quedar sometidos al imperio de los tontos.
Bien
decía Fernando Gutiérrez Barrios que mal andamos cuando el poder lo detentan
los soberbios “más aun los soberbios ineptos”.
Y
bien dice el sabio de la política y reconocido internacionalmente como padre
del Derecho Electoral, Francisco Berlín Valenzuela, en una carta abierta al
gobernador Cuitláhuac García Jiménez –una misiva que su arrogancia le impedirá
leerla- que ha llegado el momento de la autocrítica.
“Ha
llegado el momento de hacer un acto de reflexiones profundas, con una
autocrítica sería y sincera, evaluando lo hecho hasta ahora en el ejercicio de
su cargo, el apoyo que le han brindado sus colaboradores, algunos de los cuáles
no han sabido responder a su confianza, tal vez, por su falta de preparación
para el desempeño de los cargos que ocupan, carencia de creatividad y ausencia
de espíritu de servicio, lo que hace recordar la frase colocada en el
frontispicio de la Universidad de Salamanca “Lo que la naturaleza no da, Salamanca
no (lo) otorga”.
Y
agrega el reconocido veracruzano:
Usted,
por azares de la vida, de repente se vio envuelto en las actividades políticas,
favorecidos por circunstancias que lo han colocado en el honroso cargo de
Gobernador de Veracruz. Han pasado casi 26 meses y el pueblo que gobierna, no
parece sentirse satisfecho con las ideas políticas que lo animan, ni con las
acciones realizadas, razones que explican las fuertes críticas y adversos
comentarios a su actuación pública”.
“Lo anterior se lo comento, porque en muchas partes de nuestro
Estado y fuera de sus límites, me apena escuchar tantas críticas y censuras
sobre su persona, bromas de mal gusto aludiendo a la forma en que está
ejerciendo el poder en Veracruz, desaprovechando la valiosa oportunidad que la
vida le ha otorgado, para aprovechar el cargo a fin de contribuir a
mejorar las condiciones existenciales de la población que generosamente lo
llevó al poder mediante su voto”.
Y remata:
“A lo largo de su gobierno, usted ha dado la impresión de desconocer
el valor de los veracruzanos poseedores de valiosas experiencias
administrativas, encerrándose en una burbuja de cristal esmerilado, rodeado por
cortesanos que no dejan que nadie se le acerque, provocándole un
distanciamiento social con sus gobernados, que ha dañado su imagen como
servidor público de alta investidura”.
“Urge que salga de esa burbuja, que abra las puertas de sus
oficinas y que atraiga a los ciudadanos para establecer un diálogo directo con
ellos, pues me consta que muchos se alejaron de usted, al ver que sus puertas
estaban siempre herméticamente cerradas”.
Es lo que dice el multireconocido Berlín Valenzuela, afirmaciones
que se suceden en la hora
de Veracruzm en donde ha llegado el momento de reflexionar sobre quién y cómo
nos están gobernando.
Es
tiempo de la ciudadanía en donde no caben los mercachifles de la política.
Y
es que Veracruz es algo más allá que un desgarbado sin talento ni sensibilidad
particularmente en una tierra que históricamente ha dado prohombres de la
política, la ciencia, la cultura y las bellas artes.
Son
tiempos de cambio.
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo