DÍA DE LA SANTA CRUZ

Rafael Rojas Colorado.

El domingo cinco de mayo del año 2024, fue la fecha que eligió la familia Peralta–Estévez para celebrar las cruces que tienen bajo su responsabilidad. A las doce horas, bajo un incandescente sol, besaron la pequeña cruz que reposa en una sencilla capillita construida por la familia. Se dieron cita en el predio que forma parte de una ladera en el cerro de las culebras, pero la salida y entrada se ubica en la calle Quintana Roo de esta ciudad de los cafetos.

Más tarde realizaron el ritual a la cruz negra en la calle Hernández Hernandez número cuarenta. Fue apadrinada por miembros de la familia, Jonathán Núñez Peralta y Zuriam Lozada. La ceremonia fue breve, pero emotiva. Bajo la cruz negra se veían tres fotografías de familiares que ya reposan en la estancia de la vida eterna y por sí mismas comunicaban mucho. La de don Jesús Peralta Huesca, patriarca de esta familia, parecía romper el silencio para contar un sin numero de historias. La de su hijo Julio Amando, con un rostro sereno saludaba a los presentes y la de la señora María Alicia Peralta Estévez, lucía una tierna mirada esa tarde que nunca falta la celebración de la cruz que tanto cuidó.

La evocación se hizo presente, el año pasado en este mismo festejo en torno a la cruz, ella estaba radiante de felicidad, plácida, atenta y con una sonrisa de gratitud hacia la vida. Muy a pesar de sus 98 años, parecía una mujer de mucho menos edad. La vida sigue siendo un misterio; pocas semanas después, la vida se le escapó del cuerpo, solo su alma remontó el vuelo hacia otra dimensión mucho más elevada. En este momento parecía estar presente en cuerpo y alma, así se sintió en el corazón de la familia, amigos vecinos e invitados. Todos la sentimos muy cerca, como en años anteriores. Cierto es que el espacio que dejó es insustituible, nadie lo puede llenar. Una lágrima, un recuerdo y una oración por su eterno descanso, hasta siempre señora Alicia

La cruz negra continúa su existencia que inició con el tata Mateo Huesca y sigue hacia el futuro, nuevas generaciones toman la estafeta, con el compromiso de amarla, cuidarla y respetarla y vestirla, porque su historia ya es una leyenda.

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