DÍA DEL PADRE
Arquidiócesis de
Xalapa
DÍA DEL PADRE
El
tercer domingo de junio celebramos en México el DÍA DEL PADRE. Se trata de una hermosa tradición que nos permite recordar, honrar y festejar a nuestros padres. El papá, junto con la mamá, es uno de los pilares fundamentales en el hogar.
El
DIA DEL PADRE nos da la oportunidad para reconocer la figura paterna y la gran importancia que ésta tiene en la
formación y educación de los hijos. Esta celebración
nos ayuda a expresar a nuestro papá, nuestro amor, respeto y admiración y desde luego también es una
ocasión para orar por ellos, por los que todavía están con nosotros y aquellos que ya contemplan el rostro de Dios.
La
paternidad no se reduce sólo al aspecto biológico o a ser proveedor en una familia; padre es el que engendra, pero
también el que educa, acompaña y forma.
Son muchas las tareas que los padres deben aprender y cultivar, una de ellas es el cuidado para que sus hijos,
no sólo tengan el alimento y el vestido, sino
todo lo necesario para que sean personas de bien y se desarrollen en forma armónica y e integral.
Esta manera de acompañar a los hijos está brevemente esbozada en lo que nos dice el evangelista San Lucas sobre el niño Jesús: crecía en edad, sabiduría
y gracia, delante de Dios y de los hombres (Cfr Luc 2,
52). Esta breve descripción nos habla
del ambiente integral en el que deben crecer los hijos.
Las
circunstancias actuales muchas veces, obligan a los padres de familia a buscar algún empleo que los mantiene mucho
tiempo fuera del hogar con el posible
riesgo de descuido o abandono de los hijos. De ahí que el padre de familia junto con su esposa deba
aprovechar el poco tiempo que tenga para ofrecer
una paternidad de calidad. El padre de familia ha de estar atento de cómo se van desarrollando sus hijos y con
quienes crecen, cuáles son sus necesidades y cómo es su comportamiento; es importante además que el padre
esté enterado del ambiente que lo rodea, quienes son sus amistades y con quienes se reúne, de esta manera podrá prever los elementos que reforzarán el carácter de
sus hijos, los cuidados que necesita y la orientación que hay que darle; desde luego es fundamental también el apoyo,
la cercanía, el diálogo, la corrección amorosa y su
autoridad.
La
autoridad del padre en el hogar se conquista con actitudes de respeto, honradez, integridad y bondad. Ser padre implica entonces desgastarse, desvelarse y dar la vida por los demás, en este caso, por sus hijos.
La
Sagrada Escritura ilumina la conducta humana y a través de lo que nos revela Jesús sobre Dios, entendemos mejor
qué significa SER PADRE. Jesús nos
habla del amor del Padre y de los múltiples cuidados qué él tiene para nosotros; nos muestra cómo debemos mantener con él actitudes de confianza y de súplica, porque él es providente y
misericordioso y está atento a lo que necesitamos.
En
la persona de Jesús se muestra plenamente el rostro bondadoso del Padre que está en los cielos. Por eso quien lo
conoce a él, conoce también al Padre (cf. Jn 8, 19; 14, 7), y viéndole a Él podemos ver al Padre, porque Él está en
el Padre y el Padre está en Él (cf. Jn 14, 9.11). Dios
Padre nos ha dado a su Hijo Jesús; él
perdona nuestro pecado y nos lleva al gozo de la vida nueva; Dios Padre nos dona el Espíritu que nos hace hijos y nos permite llamarle, de verdad, «Abba, Padre» (cf. Rm 8, 15). Por ello Jesús, enseñándonos a orar, nos invita a decir «Padre Nuestro» (Mt 6, 9-13; cf. Lc 11, 2-4).
En este del DIA DEL PADRE, felicitamos a todos los papás y a quienes desempeñan funciones parecidas, desde luego oramos también por todos ellos.
Llegue
también nuestro reconocimiento y admiración a todas las madres que por diferentes causas y circunstancias,
ante la ausencia del padre en la familia, hacen una notable y venerable labor de formación, acompañamiento y educación, desdoblándose en múltiples
tareas para tratar de suplir la figura paterna en el hogar.
¡Muchas felicidades papás!