DIALOGO CALLEJERO
Pedro Peñaloza
“Recuerdo incluso lo que no quiero.
Olvidar no puedo lo que quiero”.
Marco Tulio Cicerón
1. Tiempos violentos. El poder como táctica para engañar. Uno se tiene que preguntar, ¿qué país tendríamos hoy si Luis Echeverría hubiese salido de sus oficinas para dialogar con las primeras manifestaciones del movimiento estudiantil de 1968? Es muy difícil tratar de construir un escenario probable sin tomar en cuenta las múltiples variables que influyeron en el contexto específico. Lo que sí es cierto, es que el diálogo callejero que protagonizó Osorio Chong con los estudiantes politécnicos produjo múltiples ingredientes para evaluar a la coyuntura y al régimen de Peña. Por supuesto, en el contexto díazordazista, las condiciones socioeconómicas generales no presentaban la volatilidad y polarización que hoy vive el territorio mexicano.
El coctel de elementos que permean al país son muy explosivos y asoman los inicios de una confrontación múltiple y multicausal. Las incapacidades estructurales de un país periférico brotan por todos lados: policías ineptos y vinculados a la delincuencia organizada, gobernantes municipales y estatales avariciosos y torpes, estructuras priistas paquidérmicas y verticalistas, y junto con todo ello, agréguese a partidos opositores de utilería y una creciente e insultante desigualdad social, todo ello es un arsenal imposible de controlar desde posturas antiguas y autoritarias.
2. El Politécnico y las pistas de la desactivación. Abordar la fenomenología de la irrupción estudiantil exige ver más allá de las simplezas momentáneas de quien ve sólo una parte de los reclamos juveniles. Lejos de comprender los vectores y detonantes que dispararon a los muchachos a las calles y a las movilizaciones, los escribanos de lo superfluo a sueldo o gratuitos, han tratado de encapsular su sentido y alcance. Por supuesto, la directora del IPN no está en la sincronía que le permita comprender lo que pasa en dicha institución, por ello el gobierno peñista decidió tomar en sus manos el timón de las negociaciones y de las posibles salidas. No es cualquier cosa resolver los diez puntos del pliego petitorio (claro, pueden realizar artificios para darle largas a dichas demandas), máxime cuando miles de muchachos se encuentran en movimiento y atentos a las respuestas oficiales. En efecto, una derivación natural y evidente será la autonomía del Politécnico, logro que no resuelve de fondo la crisis, pero puede significar un motor para la transformación de dicha institución cardenista. Osorio Chong sabe que no podrá responder, con la profundidad que amerita el decálogo del movimiento estudiantil. Su interés es otro, y consiste en buscar encapsular esta irrupción, e incluso su planteamiento hecho ayer, de que le dieran «media hora», tenía como propósito desactivar la participación de los politécnicos en la marcha conmemorativa de hoy. No lo logró.
3. Reformismo y ajedrez en Los Pinos. Evidentemente, el manejo mediático que se difundió de Osorio, juega en los acomodos y reacomodos del bloque gobernante. El primer hecho y que ya es frecuente, es la «desaparición» de Chuayffet, secretario de Educación, quien se ha convertido en un simple administrador y no en un activo interlocutor en toda la esfera educativa. Recordemos que en todo el movimiento de la CNTE estuvo apartado, y ahora en otro tema que también le es inherente a su cargo, tampoco es requerido. El poder otorgado a Osorio por Peña deja damnificado al mexiquense. El panorama nacional está dinamitado, el peñismo pretende sofocar fuegos por doquier, el pequeño problema es que la mayoría de ellos no se resuelve sólo con que un señor salga de su oficina, en mangas de camisa, para hacer histrionismo mediático.
pedropenaloza@yahoo.com / Twitter: @pedro_penaloza