Cinergia

DIAMANTES EN BRUTO

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Por: Pablo Contreras Sánchez

Adam Sandler es un buen actor, y esa no es una declaración controvertida… ¿o sí? Claro, el tipo se ha hecho de una reputación gracias a comedias grotescas como ‘El hijo del diablo’, ‘Jack y Jill’ o ‘No te metas con Zohan’ (las cuales cuentan con un grupo de fieles seguidores a pesar de ser odiadas por la crítica) pero Adam ha demostrado, en múltiples ocasiones, que cuando realmente lo intenta y tiene un buen guion para trabajar, puede ser realmente brillante, como con ‘Embriagado de amor’, ‘La esperanza vive en mí’, ‘Los Meyerowitz: La familia no se elige’ e incluso sus días en ‘Saturday Night Live’ y las películas de ‘Hotel Transylvania’.

De hecho, el actor y comediante parece estar en medio de un resurgimiento últimamente, y como fan de sus proyectos tempranos, no podía esperar a ver qué haría después de ‘Los Meyerowitz’, la cual se estrenó en 2017, y entre las muchas joyas de ese año (uno de los mejores para el cine de la década pasada) destaca una pequeña película que debió recibir los elogios y la atención que merecía: ‘Good Time: Viviendo al límite’. El frenético thriller de los hermanos Josh y Benny Safdie es una experiencia inmersiva con un ritmo impecable y un tono implacable, tan emocionante como incómoda y tan cruel como compasiva, pero quizá su aspecto más celebrado fue la actuación principal de Robert Pattinson, en un papel demandante y atrevido que lo redimió ante los ojos de quienes aún lo asociábamos con su trabajo en la saga ‘Crepúsculo’.

Así que, naturalmente, una colaboración entre los hermanos Safdie y Adam Sandler me tiene más que entusiasmado; la voz creativa y estilo particular de la dupla de directores es algo que se adaptaría perfectamente a las tendencias más caóticas de Sandler, al igual que sus fortalezas dramáticas como intérprete, y este fin de semana, los frutos de dicha unión finalmente llegan a nuestras pantallas a través de Netflix con ‘Diamantes en bruto’. La película trata de Howard Ratner (Adam Sandler) un carismático joyero y padre de familia que tiene un cuestionable, pero popular negocio en la ciudad de Nueva York. Después de realizar una serie de grandes apuestas, Howard queda envuelto en un ambiente de alto riesgo con peligrosos adversarios donde su único objetivo es salir con el mayor número de ganancias posibles.

Creámonos el hype: Adam Sandler es una absoluta fuerza de la naturaleza en ‘Diamantes en bruto’. Howard Ratner es un hombre sin escrúpulos que no lo piensa dos veces antes de pasarle encima a sus colegas y seres queridos si eso le trae algún tipo de beneficio, y que constantemente se ve envuelto en problemas gracias a que su ambición y deseos de ganar no tienen límites. Sandler captura los aspectos más despreciables de su personaje perfectamente, al mismo tiempo que consigue ganarse la empatía del público, mostrándose vulnerable en un puñado de escenas que nos recuerdan, este es a fin de cuentas un hombre como cualquier otro, cuyas malas decisiones le han arrinconado en una especie de callejón sin salida donde no importa cuántas sean sus ganancias, nunca serán suficientes para compensar todas las pérdidas.

Queremos ver a Howard triunfar y salir de todo este lío una pieza, aún si no aprobamos necesariamente sus métodos y elecciones. Si bien, el setenta-por-ciento de su papel consiste en gritar maníacamente (como lo hacen todos en esta película, en realidad) esa entrega, humanidad e intensidad son lo que hacen de este su mejor papel hasta ahora. Adicionalmente, y a excepción de Adam Sandler, la película cuenta con un reparto compuesto en su mayoría por no-actores, quienes hacen un maravilloso trabajo bajo la dirección de los hermanos Safdie. Con esta película, los Safdie apuestan nuevamente por el realismo caótico. El guion es una historia aleccionadora sobre la avaricia y el efecto que las apuestas tienen sobre quienes son adictos a ellas; los diálogos y conversaciones son vulgares, agresivas, con personajes constantemente interrumpiéndose entre sí y hablando uno encima del otro, lo que da una cualidad natural, casi improvisada al proyecto; la fotografía es cruda y en el momento, con abundantes close-ups, cámara en mano y una paleta de colores neón que ambienta los escenarios nocturnos del bajo mundo neoyorkino; el uso de violencia es disperso y bien pensado, orquestando un crescendo a lo largo de todo el tercer acto cuyo remate es brillante e intenso, y finalmente, su peculiar y electrizante banda sonora original compuesta por Daniel Lopatin (cuyo trabajo fue tristemente pasado por alto en las nominaciones al Oscar de este año) es increíble, y dota al filme de gran parte de su personalidad y singularidad.

VEREDICTO:

En la tradición de sus dos excelentes largometrajes de ficción previos, y con un estilo que por momentos evoca al de su productor ejecutivo Martin Scorsese, pero sin dejar de destacar con una personalidad propia, los hermanos Safdie nos traen una mirada explosiva al mundo de las apuestas encabezada por la mejor actuación de Adam Sandler a la fecha. Con una dirección fascinante, una banda sonora infecciosa, increíble fotografía y hasta un par de valiosas lecciones de vida debajo de todo el caos, ‘Diamantes en bruto’ es una tragedia cinematográfica llena de adrenalina que explora la ambición desmedida y cómo esta nos puede llevar a la ruina.

CALIFICACIÓN: 5/5 estrellas.

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