Diputade, ¡le pute!
Línea Caliente
Diputade, ¡le pute!
Por Edgar Hernández*
So
riesgo de que se me acuse ante “le fiscalé
Veroniqué” de agravios a la autoridad por rasgar el lenguaje inclusivo y
me metan a “le Paché” -o sea Pacho Viejo- obligado rendir parte: La quinta
generación de los Cervantes Saavedra se infartó al adelantarles que tendrán que
corregir la obra maestra de la literatura española “Don Quijote”, para adecuarla
al nuevo lenguaje inclusivo. Pero eso no es todo.
Dicen
las malas lenguas que a los tataranietos de Sancho Panza les dio diabetes al
enterarse de tan infausta noticia y que a los descendientes de Rocinante que si
bien burros-burros, pero bien entendidos, quedaron torcidos de coraje y ni
pa´jamelgos sirven. A quien sí les dio mucha alegría el cambio del español por
el nuevo lenguaje donde predominan las “l” y las “e” fue a las bisnietas de
Dulcinea, que digo bisnietas, recontrataranietas de la novia de ilustre
Quijote.
¿Será
acaso porque en su esencia son un poco chairas o “zopis”?
Y
a pesar de que la Real Academia de la Lengua Española, expresó su rechazo al lenguaje
inclusivo ya que “no se puede confundir la gramática con el machismo con
definiciones como “todos y todas, todxs o tod@s son construcciones que la Real
Academia las rechaza”, a los chairos les vale madre.
Gonzalo Durán Chincoya, primer legislador autodenominado no binario que formará
parte de la nueva Legislatura de Veracruz, pidió que los medios de comunicación
y ciudadanos se dirijan a él como “Diputade”.
¿Pero,
y lo que dice la Real Academia?
No,
no… ¡hay que concentrarse!
“Yo
les pido con todo respeto y por favor cuando se dirijan a mí por el pronombre
de Diputade si se refieren a la parte legislativa y elle si se refieren a nivel
personal”, insistió. Darío Villanueva,
director de la Real Academia de la Lengua no le respondió al diputado -o diputade-
porque vive en Madrid; tampoco le manda decir que está equivocado; simplemente
al abordar el tema del lenguaje incluso define que “el problema es que no se
puede confundir la gramática con el machismo”.
¡Holi!,
responden los gays y lesbianas.
Pero
el modosito diputadé -¿será con acento?- es muy preciso cuando señala que “no
se autodefinirá ni con el género masculino ni con el femenino, por lo que pidió
que esta apertura se extienda por todo el recinto legislativo… se lo pido a mis
amigos periodistas” ¿Somos sus amigos o amigues los periodistas? ¿Somos ellos o
elles? ¿Cuándo entra en acción la “e” o la “l”? Importante saber si aplica a
los nombres propios, adjetivos o solo a los sustantivos ya que en mi caso el
“Edgaré” de plano como que no me cuadra… ¡Ni que fuera francés! Todo está muy
complicado en estos tiempos.
Y
es que en la era chaira -¿hay que aguantarlos hasta que se vayan?- muchos
moldes y paradigmas se han destruido.
Al
lenguaje inclusivo, autorizado por “Le Peje”, habrá que sumar el rechazo a los
“aspiracionistas” que somos un chingo -perdón por la expresión ¿será “un
chingué”?- que nos la pasamos rebasando la norma de “tener un pantaloncito, un
par de zapatitos y dejar que nos lleven nuestra comidita, como a los perritos”
(sic, AMLO).
Pero,
bueno. Por lo pronto ya le dije a mis hijas que ni piensen en becas del Conacyt
porque todos, bueno casi todos sus directivos, en el Conacyt son unos ratas y
además a los becarios los mandan a universidades extranjeras en donde “solo les
enseñan a robar” (contrasic AMLO). ¿O no Claudia? Pero ¡al toro!
Estábamos
con el tema del lenguaje inclusivo del “diputadé” ¿será con acentos, chingaus?
Gonzalo Durán Chincoya, un desconocido hasta que nos informaron que gracias a
la tómbola o a que lo ayudó otro de su mismo rango o que se lo encontraron
perdido por algún barrio y como a la Cenicienta le dijeron: “¡Tú eres de pata
chiquita y te vamos a hacer diputado… mejor no, diputadé!”.
A
final de cuentas, tal vez con el tiempo, sabremos qué palabras van con “e” o
con “l” y quizás -si estos cabrones siguen en el poder- nos acostumbremos a la
sopé con su carné y tortillé y que los frijoleiros cambien a frijolé y que
cuando vayamos al parqué, la fondé o al restauranté nos echemos una fileté
porque fifis, lo que se llama fifis, la neta del planeta, no dejaremos de ser.
¿Chido,
no amigue Chincoya?
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo