DOLOR Y GLORIA -reseña completa- (Pedro Almodóvar, 2019, España)
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Por: Manuel Duran.
Si una película puede definirse enteramente dentro de su título; ese caso es Dolor y Gloria.
Almodóvar entrega una película llena de corazón que no pierde nunca de sentirse enteramente dolorosa. La historia sigue a Salvador, un director de cine que se encuentra en un retiro temporal debido a su falta de salud física y mental que le impide abrir nuevos capítulos en su vida; cuando se encuentra con un episodio indispensable de su pasado poco a poco se reviven más experiencias que Salvador había dejado atrás. Cada experiencia hace su camino hasta llegar al presente y cuando llegan a Salvador le traen dolor y también le recuerdan la gloria de esos tiempos.
Esta película es una carta de amor al cine, no hace falta ser un cinéfilo, ni ser conocedor, ni haber visto películas francesas desde que tenías ocho años, ni tener pasado alguno con el séptimo arte para sentir lo que Salvador siente por el cine.
A Salvador el cine lo salvó, le dio cultura y cumplió como lugar seguro durante toda su vida, por eso, en esta brecha de su vida en la que no se encuentra en condiciones de hacer cine; no se encuentra en condiciones de vivir.
Salvador mismo lo dice: “mi vida carece de sentido cuando no estoy rodando” pero no puede encontrar la razón por la que se le fue el ánimo de vivir en cine, o si quiera de vivir, hasta que se encuentra con su pasado frente a frente y mira a los ojos a su dolor físico y mental, para poder después encontrarse con la gloria.
La revelación final de la película es impresionante y llena de corazón, los momentos finales de la película nos dejan ver que Salvador va camino a la gloria, sin embargo, podemos ver en su pasado que siempre hubo dolor, siempre hubo gloria, siempre hubo gloria dentro del dolor, siempre hubo dolor dentro de la gloria y que su vida, como la de todos y todas, será un remolino en los que siempre habrá dolor y gloria; nunca uno sin el otro.