DON AGUSTIN DE ITURBIDE
Don José Joaquín de Iturbide y Arregui, nacido en Pamplona, formó una distinguida familia (como muchos peninsulares), al casarse con la michoacana Josefa de Arámburu y Carrillo de Figueroa, originaria y vecina de Valladolid. Al poco tiempo, bautizaron al primer chilpayate criollo, con el nombre de Agustín Cosme Damian Iturbide Arámburu, que más tarde se le conoció como Agustín de Iturbide o Agustín I de México.
Al pequeño Agustín Damian Cosme, le dio por ir a aprender gramática latina , en el seminario que estaba en la esquina de su casa; ahí no hizo huesos viejos por ser malito p’al estudio. Su señor padre, viendo ese desatino, no reparó en buscarle empleo, encontrándolo rápidamente, en la hacienda de su propiedad.
En el año en que Hidalgo ensordecía con las campanas de Dolores, Agustín Damián Cosme, prestaba servicio en el ejército realista, siendo el mero picudo del regimiento Provincial de Valladolid. Con ese cargo, arrolló con verdadero fanatismo a los insurgentes, obteniendo rápidos ascensos.
Con el grado de coronel, y en plena lucha de Independencia, es comisionado al mando de la provincia de Guanajuato, distinguiéndose por su vida licenciosa y disipada, por su fría y sanguinaria crueldad, por su ambición insaciable, aunada a una falta completa de escrúpulos para enriquecerse, abasteciéndose siempre, para una futura campaña política. Con todas esas apetencias, doña Ana María Huarte, su esposa, a veces no lo podía ni ver, pero se acordaba que, marido poderoso, mata infidelidad.
En el Abrazo de Acatempan, en el Plan de Iguala, en los Tratados de Córdoba, en el Ejército Trigarante, en la Consumación de la Independencia, en todo estuvo presente AGUSTÍN DE ITURBIDE. Y un 21 de julio pero del año de 1822, la chusma y la no chusma le aclamó: “Viva Agustín I” ¡Viva la familia imperial!… Agustín I, se convirtió en monarca.
Amigos, don Camilo José Cela nos dijo, “Hay dos clases de hombres: quienes hacen la historia y quienes la padecen”. ¡No totol..! eso es una gran verdad.
¡Ánimo ingao…!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz
Ahí va eso, dice el DJ…