Ars ScribendiPLUMAS DE COATEPEC

DON REMIGIO RONZÓN ACOSTA SE DESPIDE

Comparte

DON REMIGIO RONZÓN ACOSTA SE DESPIDE

El calendario marcaba ocho de enero de 2023. El viento soplaba de calle en calle comunicando una triste noticia al pueblo de Coatepec. Don Remigio Ronzón Acosta se despide de la vida. Sin duda alguna un ser humano ejemplar que recorrió una senda de ciento un año de edad; tal vez porque fue creado para valorar cada día de su existencia. 

Jamás vivió con prisas, implícitamente, sabía que, al despertar, tenía un compromiso consigo mismo que cumplir. Cada vez que finalizaba la jornada, su alma sonreía, simplemente, por ser útil a la sociedad. El creador le concedió la oportunidad de ser parte de esta maravillosa dimensión llamada vida.

            Fue un hombre proactivo; forjándose en el oficio de la construcción que llevó paralela con el deporte del pugilismo, siendo él mismo un protagonista de cruentas batallas, experimentando el calor de la sangre al estar dentro de un cuadrilátero intercambiando golpes con el rival en turno. Ovacionados por la enloquecedora afición. Pero, además, enseñó a muchos jóvenes el arte de boxear. Su indomable espíritu de lucha lo llevó a formar su Arena de box y lucha libre. Convocó a peleadores y a la afición para vivir momentos de pasión deportiva, donde el calor humano encendía el alarido de los aficionados: golpes, sangre, sudor y pundonor deportivo fueron las huellas escritas con la seda de la nostalgia en esa irrepetible época a mediado del siglo XX. Pero que se trasmite de generación en generación haciendo eterno esos rostros perlados de sudor y coraje deportivo. En ese retorno al pasado se visualiza la blanca tez de don Remi, esa mirada que trasmitía amistad, confianza y motivación para salir adelante.

            Don Remigio, fue un hombre de corazón bondadoso, el pueblo lo confirma: esposo, padre de familia, abuelo, filantropo y amigo. Por su familia luchaba incansablemente en el despertar de cada mañana, pues vivía pleno de ilusión por un mejor mañana, ya que conformaban la razón de su existir.

            Un hombre que nació un trece de octubre de 1921, hoy se cansó de vivir, ya no tenía caso seguir adelante, porque su misión terrena la cumplió al pie de la letra. Coatepec le llora una lágrima para despedirlo y agradecerle una época deportiva que el tiempo no borrará de del corazón de los ciudadanos de su pueblo natal y su nombre será eterno el imaginario colectivo.

            Don Remigio Ronzón Acosta se despide con una sonrisa de gratitud y dispone su cuerpo a descansar con el ornamento de la paz en su corazón, mientras su alma remonta el vuelo hacia los cielos, porque jamás morirá. rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx

rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx