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Doña Rosario Ibarra de Piedra

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Doña Rosario Ibarra de Piedra

La otra versión:

Por René Sánchez García.


El pasado sábado 16 en la ciudad de Monterrey, falleció Rosario Ibarra de Piedra, pionera en la defensa de los derechos humanos en México. Su lucha se inició en el año de 1975, cuando su hijo Jesús fue detenido y desaparecido, precisamente en los años de la guerra sucia emprendida por el Estado. En ese camino arduo y doloroso que emprendió, se le unieron cientos de mujeres, quienes crearon el Comité ¡Eureka!, que se dio a la tarea de búsqueda de los desaparecidos a fin de que nunca quedaran en el olvido. “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, fue la exigencia por décadas de dicho grupo creado por doña Rosario Ibarra.


Mujer comprometida siempre con las causas sociales en México. Desde su visión y práctica congruente de izquierda se le reconoce como luchadora para abrir los espacios para una nueva democracia en el país. Participó activamente en las protestas contra los fraudes electorales en México, y trabajó como diputada y senadora para crear los espacios e incluir en la Ley  los derechos humanos de los hombre y mujeres de México. Su entrega siempre fue reconocida por los organismos internacionales y por ello fue propuesta en cuatro ocasiones al Premio Nobel de la Paz. Fue también la primera mujer que se postuló a la Presidencia, en 1982 y 1988, por el Partido Revolucionario de los Trabajadores.


De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en México, “Eureka fue semilla del movimiento por la presentación de los desaparecidos y el inicio de la toma de conciencia de nuestra sociedad, de que los malos gobiernos de México, al igual que las dictaduras militares de Latinoamérica utilizaron la desaparición forzada para combatir a opositores políticos y luchadores sociales”. De allí que el Senado de la República le otorgó la medalla “Belisario Domínguez” en el 2019 por su incansable búsqueda de los desaparecidos políticos, desde Echeverría hasta Peña Nieto. Pues gracias a su tesón, se logró rescatar a 100 desaparecidos en cárceles clandestinas que tiene en Estado Mexicano.


Amiga muy cercana a Cuauhtémoc Cárdenas y a Andrés Manuel López Obrador. La escritora mexicana Elena Poniatowska en su libro Fuerte es el silencio, relata las correrías de Rosario Ibarra para acercarse a mandatarios y jefes y recoge una declaración de la luchadora: “Yo sigo yendo y viniendo, hago lo imposible, lo haré hasta que muera. Aunque mi hijo esté muerto, seguiré para que vuelvan los demás jóvenes”. Prosigue Elena: “Rosario rompía los cánones, estaba en la oposición, se salía del huacal”. La verdad doña Rosario Ibarra de Piedra nunca logró encontrar a su hijo Jesús, pese a su lucha incansable por más de 50 años, pero en palabras de César Iglesias, la labor de ella y muchas mujeres no fue inútil, “muchos de nosotros nos encontramos gracias a ella”.

sagare32@outlook.com