¿Dónde están?
¿Dónde están?
Pedro
Peñaloza
“Estoy solo y no hay nadie en el espejo”.
Jorge Luis Borges
Los efectos de la pandemia han sido trepidatorios
para todos los rubros socioeconómicos del mundo. Por su parte, la economía
mexicana tuvo este año su peor rendimiento en nueve décadas. Se contrajo el PIB
8.5 por ciento. Recordemos, que la peor caída fue en 1932, cuando se desplomó
14.8 por ciento. Las proyecciones de diversas agencias y bancos consideran que
nuestro país podrá recuperar producto per cápita (absoluto) hasta 2026 ó 2027.
Según Coneval existe el riesgo de volver a los niveles de pobreza de hace 10
años.
Frente a este panorama la orientación del gobierno
ha sido errática. El año pasado se otorgaron un millón de créditos a
microempresas y emprendedores afectados, para el 2021 la Secretaría de Economía
ofrece 60 mil préstamos que, por supuesto, no aminoran el severo golpe que han
recibido. El mal manejo y falta de alternativas para la población se traduce en
términos concretos en la abultada cifra de pérdida de empleos, la cual, según
fuentes oficiales y académicas, ascendió alrededor de 15 millones de personas.
Además, su plan contra la pobreza en estados y municipios, que ronda los 84 mil
millones, está desactualizado, ya que las cifras calculadas por el Coneval, son
de 2015 y 2018, por lo que no se toma en cuenta los estragos causados por la
pandemia de Covid-19.
En un análisis focalizado, son los jóvenes los que
representan un sector altamente vulnerable: según el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), desde el inicio de la crisis sanitaria dos de cada cinco
jóvenes a escala global presentaron una reducción de su ingreso y más del 20
por ciento vieron impactado su acceso a una vivienda. En México 12 por ciento
de este grupo poblacional perdieron su trabajo. No debemos perder de vista en
nuestro análisis, para romper esquemas lineales, que, de acuerdo a datos de la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en los últimos 20 años ha
crecido el desempleo, en mayor medida, entre las personas con estudios
universitarios o de bachillerato, en comparación con quienes cuentan únicamente
con educación básica. En el año 2000 casi 17 por ciento de los desocupados
tenían estudios de licenciatura, en 2020 representaron 27 por ciento.
Por si algo faltara, en este cóctel excluyente, han
desertado del Politécnico y de la UNAM, 23 mil y 7 mil estudiantes, respectivamente,
durante el periodo 2019-2020. La pregunta clave es: ¿Dónde están estos miles de
desempleados, desesperanzados y marginados? Esa debe ser la tarea de
investigación y de alternativas que exige la realidad mexicana.
pedropenaloza@yahoo.com / Twitter: @pedro_penaloz