OpiniónPedro Peñaloza

EBRARD FRENTE AL DEDAZO

Comparte

EBRARD FRENTE AL DEDAZO

Pedro Peñaloza

“Todo hombre es como la Luna:

 con una cara oscura que a nadie enseña”.

Mark Twain

Quizá el inquilino de Palacio Nacional no calculó que el destape de sus preferidos provocaría reclamos prematuros entre los suspirantes. Aunque, es posible que el ex Jefe de Gobierno, por su carácter autoritario, piense que sigue teniendo en sus manos el monopolio del ungimiento del candidato presidencial. Así lo corrobora todos los días. El maximato se asoma.

Sin embargo, ahora se han presentado algunas diferencias entre las corcholatas, concretamente en el manejo de las encuestas. Ya antes Ricardo Monreal, que no tiene la bendición del tabasqueño, había sido insistente en oponerse al método de las encuestas, máxime que él fue atropellado por la decisión de López Obrador de imponer a Claudia Sheinbaum para la CDMX. Después, AMLO lo impuso en la coordinación del Senado y se volvió sumiso, hasta que cayó de su gracia.

Ahora, por primera vez, Marcelo Ebrard, mediante Malú Micher, la feminista incondicional del presidente, lanzó algunos dardos denunciando que algunos candidatos “están usando recursos públicos” para promocionarse. Pero no sólo eso, la ahora vocera de Ebrard, declaró que las encuestas deben ser “abiertas, independientes, transparentes, verificables y accesibles para toda la ciudadanía, tal como sucedió en 2011”. Es decir, lo que está diciendo Ebrard es que no va aceptar encuestas amañadas y al gusto del tabasqueño, lo cual está por verse, si nos atenemos al perfil timorato del canciller, que ya ha exhibido en otros momentos.

Frente a estos reclamos, no tardó la respuesta oficialista. El primero en salir fue el pequeño gerente Mario Delgado, presidente formal de Morena, para tratar de apaciguar las aguas ante las acusaciones de su antiguo jefe. Su respuesta fue propia de un burócrata, al pedir “no hacer declaraciones fáciles que sean contraproducentes a nuestro movimiento”. Llama la atención la postura descalificadora de Delgado, si recordamos que fue un empleado incondicional de Ebrard. Ahora es un ujier de Palacio.

Y no podía faltar la respuesta del Tlatoani para desestimar las críticas. El presidente, en la misa de siete, expuso una larga perorata contra los que “no confían en el pueblo” y exigen “piso parejo”. Claro, se curó en salud al decir que, “no había dados cargados para nadie”. Frase para fanáticos e ingenuos. El golpe a Ebrard fue evidente, solo por pedir encuestas verificables y denunciar el manejo de recursos públicos a favor de algunas corcholatas. Es previsible que AMLO endurezca su discurso y acciones para imponer a su candidata preferida. La duda es: ¿Ebrad agachará la cabeza?, o mostrará un rasgo de dignidad.

pedropenaloza@yahoo.com/       Twitter:@pedro_penaloz