Edel Álvarez Peña, digno retiro
Edel Álvarez Peña, digno retiro
Por
Edgar Hernández*
Sabedor de que no son sus tiempos ni su
circunstancia, uno de los políticos con más experiencia en el ámbito local y
nacional, Edel Álvarez Peña, se retira del escenario y pone fin a su carrera en
el Poder Judicial.
A la par, concluye su tránsito por el azaroso mundo
de la política en donde lidió con políticos y gobernantes de todo tipo y estilo.
Fueron más de 50 años de brega durante los cuales
sorteó los más recios embates de la política. De la derecha a la izquierda
radical pasando por el populismo de Fidel Herrera, el autoritarismo de Miguel
Ángel Yunes y los berrinches y rencores intestinos de Cuitláhuac García, el
oriundo de Coatzacoalcos, prefirió los caminos de la concordia, el diálogo y la
institucionalidad.
Siempre tuvo una respuesta valiente en momentos en
que cierta prensa lo acusaba transitar del priismo, al panismo y el morenismo
por conveniencia personal aduciendo que cuando se sirve en la institución no
hay banderas, marcas o signo político alguno: “Solo se responde a la
institución”, decía.
Así sobrevivió a la política.
Presente, sin embargo, en el imaginario colectivo sus diferencias políticas con Fidel Herrera resultante de que Edel siempre fue
madracista, mientras el de Nopaltepec, traía otros datos.
Fidel se movía de acuerdo a las circunstancias
políticas, que por aquel 2005 iban en favor del corrupto gobernador del Estado
de México, Arturo Montiel, cabeza del llamado Tucom, “Todos Unidos contra
Madrazo”, que llegó a aglutinar a gobernadores, exmandatarios y legisladores,
en busca de la Presidencia de México.
Al final ni Madrazo ni Montiel ganarían.
Edel Alvarez Peña, sin embargo, continuaría su
carrera política en Xalapa, luego de largos años de servicio público en la
ciudad de México, el PRI y su tierra natal Coatzacoalcos.
Ya magistrado en la era de Javier Duarte no permitió
una sospechosa salida jurídica en torno al asunto del asesinato de la
periodista Regina Martínez y de nuevo la confronta que a final de cuentas
terminaría en diálogo de ambas partes.
Días difíciles estarían por venir cuando arriba al
poder el gobernador de las tempestades, Miguel Angel Yunes, el amigo de nadie, momentos
en que se registra la asunción de Álvarez Peña a la titularidad del Poder
Judicial.
Los que siguieron fueron tiempos de presión y
exigencias.
De sortear en el día a día las exigencias del
ejecutivo sin violentar la ley y de medir paso a paso cada acción judicial que
se tomaba particularmente porque el titular del Poder Judicial nunca estuvo
dispuesto a violentar el marco jurídico ni constitucional.
La relación se descompondría de manera violenta una
vez que Yunes Linares concluyó su efímero y catastrófico mandato al presionar y
cuestionar las liberaciones de los duartistas y señalarlo en privado y también
en público, de violentar la ley.
Ello daría lugar a una brusca ruptura, fin del
diálogo y mantener una postura respetuosa con la nueva autoridad, Cuitláhuac
García Jiménez.
Pero como en la casa del jabonero, cuando no caes
resbalas.
También fueron públicas y repetidas las advertencias de Cuitláhuac García por llevar a juicio y eventualmente a la cárcel a su par del Poder Judicial.
Por respuesta Edel Álvarez Peña, siempre conservó el
liderazgo y cordura sin manifestar actitudes de arrodillamiento o entreguismo.
Al paso de los días, las semanas y los meses la
situación empezaría a distenderse gracias al puente tendido por el entonces
Presidente del Congreso del Estado, José Manuel Pozos.
Luego vino el diálogo directo con el gobernador, el
llevar la fiesta en paz y a dejarle ver el torpe gobernante moreno, que la 4T
había llegado para quedarse, situación que el magistrado entendió a cabalidad.
Por esos días de diciembre del año pasado, al abrirse
la posibilidad de extender su periodo como magistrado presidente, gentilmente
declina sin exigir a cambio una sala para refugiarse como era costumbre entre magistrados
presidentes salientes.
Prefiere salir de Xalapa solicitando al mismo tiempo
a las nuevas autoridades le asignaran la tarea de magistrado visitador, una
salida digna ante la desmedida ambición de poder de parte los morenos.
Finalmente, la semana que terminó el TSJ anuncia la
posibilidad de que él y dos magistrados más extiendan su periodo por un lustro
más como magistrado, tal como lo marca la ley, Álvarez Peña, sin embargo, se decide
por el retiro definitivo cerrando así todo un ciclo de vida pública.
La de Edel ha sido una historia en busca de la
dignidad política hoy extraviada.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de
Periodismo