Educación con sentido social
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Después de unos meses de ausencia, me alegra regresar a este espacio de expresión que me brinda El Regional, con nuevos proyectos y opiniones, pero siempre con la convicción de promover los valores morales que es necesario rescatar para los años que vienen. Aprovecho el espacio para agradecer a tanta gente linda que conocí en la región de Coatepec, que lucha por salir adelante y que espera un verdadero cambio en la forma de hacer política en todos los niveles. Estamos en un punto crucial en la historia mexicana y se abren grandes oportunidades para hacer las cosas bien, de la mano de la ciudadanía, recuperando los ideales que forjaron a esta nación. Espero de corazón que este momento sea un antes y después para México. Es justo y necesario.
Uno de los ejes que es prioritario fortalecer es el educativo. Cuántas veces oímos de la urgencia de una reforma en el sistema de enseñanza básica que cuando se da la oportunidad de proponerla, se realiza sin la opinión de los maestros y sin capacitación adecuada para la implementación de los nuevos programas. Peor aún, se les minó en sus derechos laborales, cancelando sus oportunidades de crecimiento y desmantelando al normalismo. Las consecuencias están a la vista y repercutirán a largo plazo: generaciones de niños que estarán en desventaja para su inserción social, maestros que no tienen un acompañamiento adecuado por parte de sus supervisores, y una comunidad que no amalgama su futuro próximo.
Por ello, ahora que el tema de una abrogación o cancelación de la pasada reforma educativa está en el legislativo, es preciso repensarla tomando en cuenta estos factores. Si bien ya se están realizando foros con el futuro Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, es preciso una revisión minuciosa con expertos para que la nueva propuesta se fortalezca socialmente. No queremos que nos vendan espejos sin luz propia ni priorizar las recomendaciones internacionales que solo fijan su posición desde el punto de vista económico. Queremos una propuesta educativa que dé sentido a la existencia de cada quien; que genere cohesión social, pero también que promueva la libertad y la igualdad.
El momento histórico está dado. Hay que aprovecharlo.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.