EL ЯEGIONДL EN ЯUSO
Poя Héctoя Laяios
Llegó el mundial, el balón rueda nuevamente en las pantallas de televisión del mundo. Cuarenta días de goles, emociones y desilusiones. También de comerciales, comentarios, repeticiones que nos recuerdan que hace tiempo el deporte dio el paso a una competencia comercial entre televisoras en búsqueda de mayor audiencia, raiting. Explotan, al igual que los partidos políticos, los deseos y las emociones. Las filias y las fobias de la ciudadanía y del mundo. Romper records de audiencia, se esperan sean mil millones de televidentes, se pronostica el aumento del 73% en la compra de botanas, 65 % más en el consumo de refrescos y 43 % de cerveza, son las proyecciones empresariales. Ellos son los verdaderos ganadores.
La selección campeona del mundo recibirá 38 millones de dólares (MDD) de premio, el otro finalista 28 MDD, Aquellos que pasen la primera ronda tendrán un ingreso de 8 MDD, y 12 millones los que pasen a octavos de final y cuatro melones más para los que lleguen al soñado quinto partido. Para el cuarto y tercer lugar, 22 y 24 MDD respectivamente.
Los de pantalón corto, aquellos que corren, sudan, arriesgan el físico y su carrera se quedarán con el gran recuerdo y las migajas de los federativos, esos de pantalón largo e ideas cortas, repartirán las ganancias a los clubes asociados, en el caso de la Liga MX. Después de restar los gastos de su preparación. Estos son solo algunos ingresos, la caja registradora ya sumó los 16 patrocinios de empresas y que genera ingresos en dos países, México y EUA. Capitalizando el sentimiento de mexicanidad, los jugadores del futbol de la industria deportiva, son una fusión de instrumento humano publicitario, imagen moderna sobre expuesta en medios y redes sociales que vende una imagen falsa de héroe para una población deseosa de sentir la sensación de bienestar. Para que tristemente en el momento de la derrota asuman el rol de villanos, gracias a la prensa deportiva acrítica que sigue el juego dictado por el espectáculo deportivo de la industria del entretenimiento, círculo vicioso del sistema.
Los comentarios de radio y televisión agitan las banderas del triunfo, donde el fin justifica los medios, la trampa se aplaude en silencio envueltos en una bandera, se creen semidioses para crucificar a los derrotados y coronar a los campeones en turno. Los valores, las conductas positivas, en el vaivén de las emociones provocadas por un balón que rueda para cualquier parte. Aplaudimos a los coreanos, los coreamos por definir el pase del equipo verde.
Mientras tanto terminaron las campañas y 5 millones 690 mil veracruzanos tienen la oportunidad de votar el próximo domingo con la ilusión de cambiar el rostro al estado más alegre con altos indicadores de pobreza, a pesar de tener una riqueza natural. 10, 631 casillas les esperan y 190 mil jóvenes de 18 años tendrán la oportunidad de votar por primera vez. De los cuales 15,530 fueron aceptados en la Universidad Veracruzana y 26,180 fueron rechazados, es decir, 174, 470 jóvenes de ese rango de edad donde están, qué hacen, cuál es su presente y futuro.
El día “D” se aproxima y con él una nube oscura pronostica viejas prácticas autoritarias en pleno siglo XXI. Unos sueñan con el triunfo ante Brasil y otros más simplemente sueñan. La desilusión está a la vuelta de la esquina, adiós promesas de campaña. Es hora de cumplir. Es hora de que hombres y mujeres visualicen espacios de acción para vigilar, exigir, respeto a las libertades y derechos. Porque la democracia no solamente es un día de elecciones, es una práctica cotidiana.