EL ACUARIO Y LA RAPIÑA DE CUITLÁHUAC
EL ACUARIO Y LA RAPIÑA DE CUITLÁHUAC
Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno
Gran indignación ha causado entre los
ciudadanos veracruzanos la andanada que el gobierno de Cuitláhuac García
Jiménez –que todos los días se esmera en ser más nefasto que sus antecesores-
lanzó contra el Acuario de Veracruz, el principal atractivo turístico de todo
el estado.
El miércoles pasado, personal de la Procuraduría
del Medio Ambiente estatal (PMA) clausuró el Acuario de Veracruz bajo
argumentos poco claros, para luego filtrar –lo que ya se consolidó como un
“modus operandi” del “cuitlahuato”- que se debió lo mismo a una fiesta privada
que se había celebrado en sus instalaciones que a un supuesto “tráfico de
especies”. O lo que es lo mismo, la calumnia, que cuando no mancha, tizna.
Pero rupestres como son, pronto dejaron ver sus
verdaderas motivaciones. Al otro día de la clausura, el gobernador Cuitláhuac
García Jiménez anunció que “aprovechará” para ver “cómo está la parte
administrativa, para ver cómo podemos mejorar el funcionamiento” del Acuario, a
la par que se quejó de que a pesar de que el Gobierno del Estado forma parte de
su Consejo de Administración, es “nada más como mirones, porque cuando se hace
votación al interior de la instancia donde tenemos participación, pues
perdemos, gana la parte privada y ya no se mueve nada”.
“Cándido” como suele ser al hablar, García
Jiménez reveló la “jugada”, que no ha sido otra que tener injerencia y
controlar un espacio que maneja y genera cuantiosos recursos, pero cuya operación
está en manos privadas. Lo cual también evidenciaron sus personeros en el
Congreso local, como el presidente de la Comisión de Vigilancia Luis Arturo
Santiago Martínez, quien no descartó que se atrevan a revocarle la concesión al
Patronato, que encabeza el empresario porteño Jaime Mantecón.
Como lo del tráfico de especies es una evidente
tomadura de pelo, decidieron concentrarse en la versión de las fiestas privadas
en el recinto, algo que sí ha sucedido desde hace tiempo y que sin duda merece
una investigación por parte de las autoridades competentes. Que no son, por
cierto, las estatales. Y además, lo saben perfectamente.
Desde 2020, la PMA -que encabeza el ex
perredista y ex duartista Sergio Rodríguez Cortés, “célebre” por haber sido
captado en una campaña contando billetes en calzoncillos y ebrio en un tugurio-,
admitió que el Acuario de Veracruz está fuera del ámbito de su competencia y que
a quien toca regularlo es a la Semarnat y a la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente (Profepa).
En una notificación sobre el expediente
administrativo PMAVER/DJ/EXP-001/2020, se determinó que el Acuario de Veracruz
A.C. es una Unidad de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA), por
lo cual su regulación corresponde a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) y la verificación de su funcionamiento a la Profepa, de
acuerdo con las leyes de Vida Silvestre y del Equilibrio Ecológico y la
Protección del Ambiente.
Precisamente por ello, en ese año se dejaron
sin efecto las órdenes y acta de inspección emitidas por la PMA al Acuario –que
fueron revividas para aplicarle ahora la clausura- y solo se le exhortó a dar
“debido cumplimiento a las autorizaciones expedidas” por la Semarnat.
¿Por qué contra el Acuario? Porque es exitoso
–de lo que no tiene nada para presumir el gobierno estatal-, porque se ubica en
la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, en la que el lopezobradorismo no ha
logrado penetrar del todo. Y principalmente, porque su Fideicomiso de
Administración maneja recursos por más de 46 millones de pesos y genera grandes
ganancias a lo largo del año. Claro, tampoco habrá que descartar el tema de la
extorsión.
La razón es el dinero. Y la rapacidad de una
pandilla que cree que eso es gobernar. O por lo menos, a eso vinieron.
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